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Prevención es la clave

huracán María

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Mariliana Torres, Ph.D.

Nadie duda de la importancia que tienen los medios de comunicación durante la época de huracanes. Nos inundan de información valiosa que solo lamentablemente el público la considera pertinente cuando el fenómeno atmosférico ya está tocando a sus puertas. Son pocas las familias que meses antes de la temporada de ciclones tienen su plan preparado y abastecimientos. Es cierto que nos hemos librado de muchas tormentas pero ahora estamos en una situación fiscal deprimente por lo que el tiempo de recuperación podría alargarse. De este susto seguramente todos saldrán a preparar su mochila de emergencia. Sí esa misma que desde la orientación de los terremotos nos vienen hablando y todo el mundo se ríe. Son pocos las que la tienen. No es cuestión de alarmar de más es de tomar con seriedad lo que no podemos controlar. La prevención es el mejor arma en estas situaciones. No es que ser compulsiva pero mientras decenas de personas estaban haciendo filas estoy tranquila porque desde hace mucho tiempo compré las baterias D, agua, alimentos no perecederos, estufa de gas y llené el tanque de gasolina. Usted se preguntará: ¿y el hielo? Pues sinceramente nunca he entendido la euforia, golpes, manotazos e intervención de la policía para poner órden por una funda de hielo. En tiempos de emergencía por fenómenos catastróficos hay que mantener la cordura y la sensatez. Cada vez que me enviaban a cubrir las filas enormes de personas queriendo obtener una bolsita de hielo leía los rostros. Crónica tras crónica hasta que un día una persona mal humorada sacó su arma de fuego y disparó en plena fila. Un incidente desgraciado que sentenció las cubiertas periodísticas de las filas para comprar hielo por siempre. La impotencia del ser humano se ve reflejada en estos casos cuando pierde la razón al percibir que está perdiendo su zona de comodidad. Ahora lo notamos más porque la gente lo expresa en otro medio de comunicación: las redes sociales. Decenas y decenas de publicaciones quejándose por no tener acondicionador de aire.

Tanto en las redes sociales como en los medios de comunicación tradicionales se debe dar más espacio y tiempo para educar sobre los fenómenos atmosféricos y prevenir caer en la histeria comercial que raciona productos esenciales. La cultura de la prevención se aprende y se transmite por medios formales y por personas que tienen credibilidad. Ello implica aprender sobre las consecuencias de los riesgos, exposiciones indebidas y conocer como actuar en el caso de salvaguardar vidas. Cuando pasó Irma cerca de nuestra costa norte decenas de personas desafiaron los vientos y permanecieron en el mar. Un acto irresponsable que también coloca en riesgo a los rescatistas. Me parece meritorio también que se difunda la memoria histórica pues en ella está expuesto el peligro y las amenazas que como pueblo sufrimos y superamos. Recalcar las consecuencias de Hugo, George, David entre otros nos hace comprender la fragilidad del ser humano y cuanto debemos aprender para poder estar preparados. Ya cuando los fenómenos se han ido de nuestra zona la prevención debe recalcarse y hacerla permanente. Si se espera que ocurra la desgracia para prevenir todos estamos fallando. Casi todos los gobierno cuando entran al poder prometen reforzar las zonas vulnerables donde la sociedad está en riesgo. Se ha intentado pero no todo se le debe dejar a las autoridades gubernamentales o simplemente minimizar la información a un anuncio radial. Aquí todo el mundo es responsable de llevar el mensaje de prevención y ejecutar el propio. Los medios de comunicación deben informar de manera responsable y oportuna observando siempre la pertinencia noticiosa sin alarmar. Una sociedad carente de un plan de prevención está abocada al peligro. Asumamos una conducta sensata y extendamos la mano al vecino que necesita. Nos vemos post María.

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