Agraciadamente, el poderoso huracán Irma nos dio solo un gran susto y nos volvemos a zafar de una amenaza catastrófica. Sin embargo, ya está en el vecindario el fenómeno atmosférico llamado María. En terminos generales, el Gobierno ha manejado de forma satisfactoria la reconstrucción, aunque tampoco podemos llamarnos a engaño. Con lo que venía, en realidad no nos pasó nada. Usted puede pensar que lo digo desde un lugar ya energizado, y que, por tal razón, menosprecio lo ocurrido. Usted no puede ser tan simplista. Mire a nuestras islas vecinas, el desastre que hay allí, y diga que usted tiene una situación similar por el simple hecho de que no tiene luz. Allí no tienen qué comer, qué tomar y hasta la seguridad personal puede estar en riesgo en algunos lugares. Eso no ocurre en Puerto Rico, en esa magnitud, tras el paso del huracán.
Ahora bien, el asunto de la luz fue el tema principal toda la semana pasada: que si llegó, que si no llegó, que si el 80 % o el 95 % energizados en tantos días, etc. En eso de los porcentajes, no sé, pero uno escucha tanta y tanta queja de lugares donde no ha llegado el servicio, que el volumen de denuncias parece no guardar proporción con lo que indica la Autoridad De Energía Eléctrica (AEE).
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Dentro de todo el debate, renació el tema de la privatización, y creo que algunos análisis no son hechos con datos reales y pensados. Quizás sirvan para apoyar teorías en las que se creen, pero nuevamente, dichos análisis son hechos con información a medias. Me refiero al debate de si el sector privado tiene mayor eficiencia o no que el sector público. Yo sigo reafirmando que sí tiene mayor eficiencia. El hecho de que el huracán Irma afectara el servicio público de electricidad en Puerto Rico, así como el servicio privatizado del estado de la Florida, los dos por igual, no valida la teoría de que el sector privado tenga las mismas deficiencias que el sector público y de que la privatización no resuelva nada.
Primero, pensamos que no hay espacio para más sorpresas en la AEE en cuanto a deficiencias, pero la realidad es que el Gobierno sigue sorprendiéndonos. Recuerde que son corporaciones públicas administradas por partidos políticos y presiones electorales, y mientras esté en manos del Gobierno, así será por los siglos de los siglos. En segundo plano, dejemos meridianamente claro que la empresa privada no opera sin fallas. Sí, las tiene porque son operadas por seres humanos, pero las reglas son distintas a las del Gobierno y eso le da una ventaja. Si operara igual que el Gobierno, estuviese a punto de desaparecer. En ese sentido, en términos de eficiencia, aun con fallas, el sector privado es operado de forma mucho más responsable y, por ende, exitosa, en mi opinión. Nuevamente, recuerden: no opera con la presión electoral.
Los datos son que en Puerto Rico, agraciadamente, no hubo vientos de intensidad huracanada, ni siquiera de categoría 1. Lo más que hubo fue de tormenta tropical. En el estado de la Florida, el huracán Irma impactó como categoría 2, 3, 4 y como tormenta tropical, con vientos sostenidos de hasta 130 mph a su llegada, lo que dejó a cerca de 4.4 millones de clientes sin servicio. Con ese panorama, el servicio comenzó a restablecerse en el estado, y ayer domingo ya había regresado la electricidad a toda la costa oeste. Las peores zonas deberían tener el servicio restablecido el próximo viernes. Aun así, recordemos dos cosas: el huracán cruzó el estado de sur a norte, por el oeste, y afectó a cerca del 50 % del servicio privado de Florida Power & Light (FPL). Aquí, con el servicio público, nos rozó una tormentita en el noreste y se quedó más del 62 % sin luz ¡antes de que llegara!
No hay sistema, privado o público, que aguante de forma incólume un huracán de tres categorías distintas. Si usted choca un camión de la FPL contra un muro, se va a afectar igual que si chocara uno de la AEE. Por lo tanto, el que el sistema se hubiese caído allá no es sinónimo de que operen igual de deficiente que la AEE. Se cayó porque enfrentó un huracán que impactó gravemente. ¿Es normal o no?
Escuché que llevaron personal de otros estados a trabajar en la restauración de la energía en la Florida. ¿Qué ocurrió con la UTIER aquí? No querían a nadie… para nada. Agraciadamente, pudieron trasladar personal de unas regiones a otras para avanzar algo. No obstante, ¿imagina que hubiese afectado a toda la isla Irma? ¿De dónde a dónde trasladarían personal? ¿Dejarían a Aguadilla y Ponce sin personal para que vengan a reinstalar servicio a San Juan? ¿Imagine que no exista esa opción de trasladar brigadas ni usar los servicios de la empresa privada porque se los come la UTIER? Luego de leer esto, ¿es comparable la Florida Power & Light con la Autoridad de Energía Eléctrica? Juzgue usted.