El pasado jueves el presidente de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), José Carrión III, inició una ronda de entrevistas en NotiUno 630 para dirigirse al país. Sus expresiones acapararon los titulares y la atención del pueblo en una movida, a mi juicio, necesaria y positiva para el ente federal. Recordemos que, contrario al gobierno, la JSF no se expone con la misma frecuencia a los medios, ni al pueblo, dejando precisamente en el gobierno el dominio de lo que se discute sobre lo que ocurre entre ambos.
¿Qué dijo Carrión? Lo primero fue reconocer que la administración de Ricardo Rosselló ha realizado un esfuerzo para atender la crisis fiscal del gobierno con medidas correctas. No obstante, sigue teniendo unos retos fiscales, en especial con unos recortes que no lograron alcanzar para evitar la reducción de jornada laboral.
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Parte de los cambios que requería la JSF era reducir la nómina gubernamental recortando la cantidad de empleados de gobierno. Sin embargo, indicó que para evitar esa acción, la administración Rosselló acordó reducir la jornada laboral si no se daban unas condiciones y así se estableció en el plan fiscal. ¿Cuáles eran las condiciones? “Había dos renglones. Uno era liquidez y el gobierno cumplió. Lo segundo era unos cambios estructurales que rondaban los 800 y pico de millones de dólares. Esos ajustes llegaron a 600 y pico de millones de dólares. Cuando pasamos juicios sobre los cambios, vienen una serie de medidas… le adjudicamos 27 millones de dólares adicionales y bajó de 250 a 218 millones más o menos. Hubo cambios estructurales pero no pudieron llegar a la totalidad. El segundo elemento de lo acordado el 13 de marzo era que si no llegaban a esos 800 millones, a nuestra discreción, nosotros podíamos determinar implementar estas medidas que fueron acordadas. Supongo que ellos acordaron eso porque entendían que iban a llegar… y llegaron cerca, pero no en su totalidad” dijo Carrión, al dejar meridianamente claro que el plan aprobado fue el del gobernador Rosselló y no el de la JSF. Supongo por eso se baja de 4 a 2 días al mes la propuesta reducción que se discutió en un principio, y en ese sentido es un logro.
¿Qué dijo Rosselló el 13 de marzo luego que certificaran su plan? “Ante la consideración de la Junta había dos planes fiscales. Por un lado, la propuesta de la Junta que implicaba el despido de 45 mil empleados públicos, dejando desprovistos de servicios de salud a más de 700,000 personas y afectando a todas las pensiones con recortes que impactarían negativamente a los más vulnerables. Hoy, con mucha satisfacción, le comunico al pueblo de Puerto Rico que la JSF validó nuestro plan, acompañado de una serie de contingencias que garantizan que no habrá despido de empleados públicos, sin afectar la jornada laboral, manteniendo el acceso a los servicios de salud a nuestro pueblo…”.
Recuerdo que en las discusiones posteriores trascendió que el plan incluía la reducción de jornada si no se daban unas condiciones. En el programa Jugando Pelota Dura (Sistema TV) la administración admitió que, en efecto, esa condición existía pero que no habría necesidad de ejecutarla porque lograrían las condiciones impuestas.
Luego de las expresiones de José Carrión, y de que éste dijera que tiene evidencia documental de que existe el acuerdo con el gobernador Rosselló, el primer mandatario aseguró que no existe ningún acuerdo y que no tiene ningún documento firmado a esos fines. La realidad es que no tiene que haber una hoja de papel firmada por Rosselló. Si en el plan fiscal certificado el día que el gobernador lo celebró en un mensaje al país se encuentra dicha condición, es más que suficiente evidencia de que estuvo acordado.
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Como se haya trabajado y planteado en el plan fiscal está sujeto ahora a la interpretación del Tribunal, quien dilucidará quién dice la verdad. Por naturaleza, tiendo a creerle más a lo que diga la JSF, y cuando digo “por naturaleza” me refiero a que no siempre le creo al gobierno, sin singularizarlo en quién sea el mandatario. Todos sabemos que los gobernadores tienden a buscar segundos términos y las decisiones que toman están basadas en cómo les afecta en un proceso eleccionario futuro. Carrión, único miembro de la JSF que vive y mantiene sus negocios en la isla, no tiene esa presión de que vaya a unas elecciones. Si tuviera alguna presión es de que la isla salga del atolladero, porque si eso ocurre, él, sus negocios, su familia y todos nosotros, saldremos también.
No hay duda que será un proceso doloroso, pero no ha habido una jurisdicción que no haya sentido el dolor de las decisiones correctas que hay que tomar. Hasta ahora, esas jurisdicciones que han tenido que enfrentar juntas de control fiscal han salido del desmadre en que se metieron… sí, con dolor, pero salen. Llevamos más de cincuenta años con una vida glotona, comiendo, bebiendo y celebrando, sin control. Hoy nos falló el corazón y hay que rajar el pecho en dos para salvarnos. Eso va a doler, pero eventualmente la herida sanará y el dolor se dejará de sentir. Lo importante es que no salgamos del hospital a retomar la vida sin control que llevábamos.