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Estadista: ser o no ser

Lea la opinión de Alex Delgado

Matemos de inmediato si la participación baja del plebiscito de hace unos días debe ser relevante o no. “En la democracia, el que cuenta es el que vota…el nivel de participación no puede ser excusa para que el resultado de la consulta no sea respetado”, Aníbal Acevedo Vilá cuando ganó la unicameralidad en el referendum del 2005, cuya participación fue la misma del plebiscito del 11 de junio. Pero no fue el único. “Tenemos la obligación de acatar el mandato del pueblo”, dijo Héctor Ferrer con la participación de 22% en ese referendum.

El Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) también ha levantado issue por el bajo porciento. En las elecciones del año 2000, bajo el liderato de Rubén Berríos Martínez, el PIP obtuvo el 5.2% de respaldo y en el 2005 3%. Para el 2008, bajo Edwin Irizarry Mora sacaron 2%, en el 2012, con el amigo Juan Dalmau, 3% y en el 2016, con María de Lourdes Santiago 2%. Desde el 2004 el PIP ha perdido la franquicia electoral en todas las elecciones. No obstante, la organización política vuelve a inscribirse, a sabiendas que el pueblo los rechaza en las urnas, elección tras elección. Peor aún, cada vez con menos votos. ¿Ha considerado el PIP sus bajos porcientos para desistir de sus luchas? Si la respuesta es que no, pues porque aplicarle a sus opositores un argumento que no se aplican ellos mismos.

De hecho, escuché el pasado viernes en NotiUno 630 a un líder del PIP, a quien aprecio y respeto, decir que la unicameralidad en el 2005 obtuvo mayor apoyo que la estadidad en el 2017 en las urnas. Aquí los datos oficiales: la unicameralidad obtuvo 456,267 en el 2005 y la estadidad 502,801 en el 2017. En ambos la participación fue de 22% a 23%. Ciertamente, en este evento plebiscitario hubo sectores que llamaron a no participar, y sus huestes respondieron.

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En el caso de los sectores no estadistas, el llamado a no participar, ya fuera porque no estaba avalado por el gobierno federal, porque no resolvería nada a corto plazo, porque los demás partidos se quitaron o por lo que fuera, funcionó, y a mi juicio, percoló a una parte del sector estadista. En el caso de los estadistas, supongo hubo diversas variantes para que muchos no votaran, pero no creo haya sido porque dejaron de serlo. ¿Que hubiese pasado si los demás partidos hubiesen participado? ¿Cuáles serían los resultados? ¿Hubiese prevalecido la separación de Estados Unidos vía la Libre Asociación y la Independencia? ¿Hubiese ganado el ELA actual luego de que se validara con PROMESA que somos una colonia sin ningún poder real?

El PPD prometió en la campaña del 2000 atender el asunto del estatus para desarrollar el ELA. Ganaron gobernación, comisionado residente y ambos cuerpos legislativos. Tras la promesa, no hicieron nada. En el 2012 igual. Prometieron y tras prevalecer, tampoco hicieron nada. Decía Héctor Ferrer hace unos días en Radio Isla que presentarán una definición del ELA “en su momento”, aunque tarden 5 siglos. La realidad es que el ELA actual no puede mejorarse. Si eso fuera cierto, lo hubieran hecho del 2001 al 2005 o del 2013 al 2016. No lo hicieron. Es un tema que divide dentro de la colectividad popular y me sospecho nunca lo atenderán, seguirán pateando la lata con estrategias como las del boicot.

De otra parte, el pasado miércoles la entrada del Castillo San Felipe de El Morro amaneció con multiples banderas de los Estados Unidos, cuando se conmemoraba el día que dicha nación adoptó oficialmente su bandera. Eso reinició el debate de lo que somos y/o lo que queremos ser. Que si somos americanos, que si somos diferentes, que si acomplejaos, que si hay que estar orgullosos de la ciudadanía, etc. En el caso de la identidad puertorriqueña, nuestra cultura, idiosincracia y gustos, eso no nos lo quitará nadie.

Hace unas semanas, participaba en un debate sobre el plebiscito. Uno de mis planteamientos y preguntas fue que hemos podido ver, por medio de las redes sociales, a nuestros hermanos que se han mudado a los Estados Unidos mantener su identidad, su cultura, aún viviendo dentro de la estadidad. Yo he visto a los míos publicando fotos haciendo pasteles y coquito en la Florida, asando lechón en Boston, etc. Vemos desfiles puertorriqueños y festivales salseros en distintas ciudades de la nación. Entonces, si la estadidad no se ha tragado la identidad y cultura de los que se han mudado, ¿sí se va a tragar la nuestra en nuestro propio suelo? ¡Por favor! Ciertamente hay personas de mente débil que se creen todo lo que escuchan o leen. En ese debate el representante de la libre asociación y el de la independencia admitieron que bajo la estadidad el puertorriqueño no pierde su identidad, su cultura, ni sus costumbres. No me crea a mí, véalo en las redes sociales de los que se han mudado a Estados Unidos. Si allá no se deja de ser puertorriqueño, aquí mucho menos.

Antes era que la estadidad traería el sale tax y eso era la pezuña de Satanás. ¿Quiénes trajeron y lucharon por implentar el sale tax a la isla? Aníbal Acevedo Vilá y Héctor Ferrer con una legislatura PNP. No solo eso. Tenemos uno de los más altos. Hace un tiempo estuve en California y el sale tax allí era de 6%, Nueva York 8.75%, en North Carolina promedia el 7%, Hawaii 4%, ¿y el de Puerto Rico? 11.5%. Ya el cuco del sale tax lo soltaron. Ahora es el de la identidad cultural y el idioma. Sobre el español, ¿cada cuánto vemos empresas y gobiernos estadounidenses reclutando puertorriqueños en la isla, que hablen ingles y español para dar servicios a los ciudadanos allá? ¿Para que los quieren bilingues? ¿Para que hablen inglés?  ¿No tienen bastantes americanos allá para eso? Los quieren para dar servicios en español. No obstante, aquí nos dicen que no se podría hablar más español si llega la estadidad.

Ahora bien, como he planteado antes, la estadidad sí acabaría con la respresentación de la isla en eventos internacionales donde Estados Unidos participe. El líder estadista que le diga que con la estadidad vamos seguir teniendo representación olímpica le miente. Sí, el Comité Olímpico Internacional (COI) podría permitir a la isla participar en sus eventos, pero Estados Unidos no lo permitiría. ¿Usted cree que “the great nation of Texas” no participaría solito en las olimpiadas si los dejaran? Estados Unidos no lo permitiría. Así sería con nosotros y al pueblo hay que hablarle claro. Los estadistas no deben caer en la campaña de mentira, porque estarían haciendo lo mismo que critican.

Es un asunto muy personal, al pensar en el futuro del país, el que le quiere dejar a sus hijos y nietos, la consideración de si prefiere mantener, por ejemplo, un comité oplímpico o un concurso de belleza, con los que tenemos o mediante la separación, o elegir perderlos y ser parte del país al que cada día se siguen marchando miles de puertorriqueños.

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