Nos dejó Thomas Fuller como enseñanza que quien no está dispuesto a navegar hasta que no exista peligro alguno “nunca se ha de echar a la mar”; que es, a mi entender, lo que quiere decir nuestra gente con la tradicional expresión de que “de los cobardes no se ha escrito nada”. Es por eso que me complace grandemente reconocer hoy el esfuerzo que día a día realizan tantos hombres y mujeres para implantar en sus lugares de trabajo las medidas que ha de garantizar a nuestra gente los servicios de calidad que merecen con la eficiencia requerida.
Es indiscutible que el mayor cambio que se ha evidenciado en los pasados seis meses en la estructura gubernamental es el relacionado con los dos factores responsables de haber devuelto la confianza que había perdido el Gobierno como consecuencia de las acciones y omisiones de la pasada administración. Estos elementos esenciales de la transformación que estamos experimentando en el andamiaje gubernamental y en la isla son visión y ejecución. En el Plan para Puerto Rico, avalado por nuestro pueblo durante las pasadas elecciones generales, quedó establecida con toda claridad la ruta que estamos siguiendo para alcanzar nuestros más grandes anhelos. La misma, partiendo de un responsable análisis de la situación del Estado y de las consecuencias de no haber alcanzado la igualdad plena como daño colateral por nuestra condición colonial, se fundamentaba en una visión del futuro que, implantadas adecuadamente cada una de las propuestas presentadas a nuestra gente, disfrutaremos tanto nosotros como las próximas generaciones.
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Llegado el momento de la ejecución, como bien ha quedado demostrado desde las primera hora del pasado 2 de enero de 2017, el compromiso de la presente administración es con la ejecución de cada una de las estrategias que garantizan el desarrollo socioeconómico de la isla y el progreso individual y colectivo de nuestra gente. Las órdenes ejecutivas y las leyes firmadas por el honorable Ricardo Rosselló Nevares hasta el presente son ejemplo de que podemos salir de la crisis heredada, con medidas de austeridad implantadas de manera diligente, promoviendo a la vez el cumplimiento con nuestras responsabilidades y el crecimiento en la actividad económica, mientras protegemos a nuestros más vulnerables. Ejemplo de ello es la forma y manera en que nuestro presupuesto para el año fiscal que se avecina incluye una asignación de más de 2,000 millones de dólares para garantizar, con cargo al fondo general, el pago de cada pensión a nuestros retirados. Lo anterior, como parte de nuestro primer presupuesto “base cero” e incluyendo los recursos para el pago de la deuda pública; tal y como quedó establecido en el plan fiscal que la administración presentó a la Junta de Supervisión Fiscal y que esta aprobara de forma unánime.
Con igual sentido de obligación y adhesión a la palabra empeñada, aprobada y en marcha la consulta para la descolonización inmediata y definitiva de Puerto Rico. Tan recientemente como el lunes se firmó en los jardines del la residencia o mansión ejecutiva habitada más antigua del hemisferio la ley que viabiliza la selección y eventual designación de nuestros emisarios para llevar un genuino reclamo de nuestro derecho a igual representación en la Rama Legislativa de nación a la que pertenecemos, pero de la que aún no somos parte. Quienes se han de sentar en el Congreso de nuestra capital americana exigiendo hacerlo de igual a igual con el resto de los congresistas hermanos ciudadanos americanos.
Hemos sido meridianamente claros en que la igualdad como ciudadanos americanos de Estados Unidos de América se logra obteniendo representación ante el Congreso federal, votando por el presidente de la nación y recibiendo las asignaciones de fondos federales en igualdad de condiciones. Es en esa dirección que nos movemos, en cumplimiento con el mandato de nuestro pueblo. Este domingo, 11 de junio, conoceremos la expresión e intención del futuro que reclama nuestra gente y pronto será nuestra nueva delegación congresional la que trabaje mano a mano con nuestro gobernador y nuestra comisionada residente para dar a conocer nuestra voluntad. La descolonización es política pública de esta administración, por el bienestar y la dignidad de nuestra gente, por la estabilidad y certeza que nos brinda, por ti, por mí, por nuestros hijos e hijas. Como todo lo que estamos haciendo, por Puerto Rico.