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Por Puerto Rico II

Lea la columna de opinión del secretario de la Gobernación.

William Villafañe

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En tiempos difíciles sale a flote el carácter de los seres humanos y se da a conocer la voluntad de los pueblos. Durante los pasados meses eso es precisamente lo que ha demostrado nuestra gente, al igual que un equipo de trabajo que no ha vacilado en poner a Puerto Rico en el sitial que merece y anhela.  El recientemente recomendado presupuesto demuestra que podemos hacer lo que corresponde, de manera eficaz y eficiente, promoviendo los ahorros y recortes que requieren los tiempos sin dejar de atender las necesidades de los más vulnerables. 

Los esfuerzos, recortes y sacrificios que administraciones pasadas pedían hacer y comprender a quienes aún residían en cualquiera de las islas de nuestro archipiélago por fin son compartidos por una administración que ha mantenido su compromiso de retener en el empleo a más de 45,000 servidores públicos que pudieron haber perdido el mismo si todo se mirara bajo el crisol del tradicional balance entre ingresos y gastos.   En cambio, en claro contraste con los estilos del pasado, las medidas de austeridad y disciplina fiscal han ido dirigidas hacia la reducción de puestos de confianza y la congelación de plazas, de gastos operacionales y en servicios profesionales y contratos. 

Nuestra mira está puesta en el futuro, en uno prometedor en el que continuaremos por la ruta de progreso, cumpliendo responsablemente con nuestras obligaciones, así como los residentes de la isla, cumplen diariamente con las suyas para echar su familia y comunidad hacia delante. Así como estamos enfocados en pagar la deuda y dejar atrás el déficit heredado, también lo estamos en continuar haciendo realidad cada uno de los compromisos contenidos en el Plan para Puerto Rico.  A esos efectos, el honorable Ricardo Rosselló Nevares ha propuesto una reforma contributiva que promueve ahorros de $200 millones de dólares a los contribuyentes, que 400,000 personas que rinden planilla hoy no tengan que hacerlo a partir del próximo año fiscal, en que se vuelven a establecer créditos por dependientes para un sector y en que la exención contributiva a los pensionados sube a 20,000 dólares.   

Con el interés de hacer más fácil hacer negocios en nuestra jurisdicción, especialmente para nuestros pequeños y medianos comerciantes, hemos de reducir a la mitad el impuesto conocido como B2B implantado por la pasada administración.   Marcando igualmente un contraste en prioridades y dejando atrás las incertidumbres provocadas a nuestros más vulnerables en los pasados presupuestos, la presente administración ha recomendado un cargo al fondo general para una asignación de más de 2,000 millones de dólares, de manera que se garantice el pago de cada pensión.  Un aumento de 1,340 millones a dicha partida presupuestaria en comparación con el año fiscal vigente.

Habiendo presentado, de manera consolidada, el primer “presupuesto base cero” en nuestra historia y teniendo en cuenta que el mismo no depende para su credibilidad y aprobación de las estrategias inciertas y espejismos financieros del pasado, continuamos ganando para nuestra gente y su nuevo gobierno la confianza en que un mejor Puerto Rico es posible.Cuando reconocemos que, como dijera Ralph Waldo Emerson, “el pensamiento es la semilla de la acción”, nos damos cuenta de la importancia que tiene continuar la ruta trazada hacia nuevas oportunidades con la seguridad de que nuestro continuo progreso está en las manos de hombres y mujeres de bien que alcanzarán, individual y colectivamente,  las metas que nos hemos establecido como pueblo. 

Ya vamos viendo los resultados que trae consigo el trabajar juntos con un mismo fin. Actuando como equipo, con un mismo norte, el sector gubernamental y el privado, con y sin fines de lucro, seguiremos trabajando por el bienestar colectivo e igualdad de oportunidades.  Y es evidente que prevaleceremos en nuestro afán por nosotros y las generaciones futuras, en tres palabras: por Puerto Rico.

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