En la cocina se forma parte del carácter de un niño o por lo menos es lo que pienso al recordar mi niñez y la dedicación de mi mamá a la hora de preparar la cena familiar. Ese olor a sofrito y el torturante aroma de ese arroz con tocino que te hacía aventurarte a meter la mano para tratar de alcanzar un pedacito de tocino tostadito con el riesgo de llevarte un buen chancletazo de la guardiana del caldero.
Desarrollar la paciencia, cuando tienes hambre y tienes que esperar, aceptar lo que está en el plato y agradecer cuando quieres llorar por la creatividad y la osadía de incluirle pitipuás al corn beef, comprender que hoy no hay dinero para la leche pero que mañana es otro día son lecciones que, mientras vamos creciendo, nos servirán para enfrentarnos a la vida. Hogares alegres, llenos de momentos positivos, debe ser lo que se cocine en nuestras casas. Hogares donde se establezca como prioridad el disfrutar nuestros días juntos y no permitir que el ajoro de los días e, inclusive, las posibles diferencias que podamos tener nos roben la capacidad de construir un hogar saludable.
PUBLICIDAD
¡Qué importante es el disfrute, el humor, la risa, el apoyo, la cooperación, el ánimo y el entusiasmo en un hogar! La distracción constante en la que estamos inmersos nos nubla la vista de lo verdaderamente importante. Todos los días llegarán niños a sus hogares ansiosos por contarle a alguien todas las cosas maravillosas que hicieron y aprendieron en la escuela, sin encontrar a alguien que los escuche con la calma que requiere un niño, pues tenemos muchas cosas importantes por hacer.
Amigos, es importante no dejarse confundir y establecer prioridades importantes que tengan un impacto positivo en nuestra salud familiar. El ajoro y tensiones nos están haciendo un daño permanente como sociedad, estamos corriendo, agotados, en una carrera en la que pocos saben tan si quiera dónde están y para dónde van. Hoy no escribo en ánimo de criticar, pues no es mi estilo, sino en ánimo de evaluar lo que funciona y lo que no. Me parece que debemos regresar a lo menos, menos compromisos, menos compras, menos electrónicos, menos quejas, menos negatividad.
Debemos multiplicar lo bueno, más momentos positivos como familia, más tiempo bajo la sombra de un gran árbol y la brisa fresca en el rostro. Necesitamos más oraciones en familia y espacios de diálogo interesantes de crecimiento, en lugar de disputas, desacuerdos, problemas y contiendas. Necesitamos más de lo bueno, y la ventaja es que lo podemos identificar.
Podemos evaluar lo que se está cocinando en mi hogar y lo que debemos cambiar para mejorar como familia. Nuestro carácter, que fue formado inicialmente en la niñez, esperando con paciencia nuestro plato, lidiando con lo que no me gusta, pero es lo que tengo al momento, siendo agradecido y humilde al reconocer el esfuerzo de los demás en mi vida… Todo esto tiene el potencial de ayudarme a identificar lo positivo que quiero retener en mi realidad familiar y lo que debo cambiar.
Muchas cosas requieren nuestra atención al día de hoy. Cuidado, pues nuestro hogar, nuestra familia, no debe quedar rezagada en esta carrera llamada rutina diaria. Asegúrate que hoy sea un día A OTRO NIVEL y activa lo mejor de ti, enfocado en lo positivo y evitando las distracciones que quieren robarte la paz y la alegría. Un abrazo y bendiciones.