El pasado sábado se realizó una actividad en el Coliseo Roberto Clemente en la que se pretendía, según los organizadores, celebrar una asamblea de pueblo en contra de la junta de control fiscal federal. Dicha actividad no logró llevar una cantidad considerable de asistentes si tomamos en cuenta la magnitud de la situación a discutir. Contrario a un Dr. Ricardo Rosselló, candidato a la gobernación del Partido Nuevo Progresista (PNP), que llenó a capacidad el mismo recinto, este grupo, según reportes periodísticos, no llegó ni a la mitad.
Participaron los sospechosos usuales: la presidencia del Colegio de Abogados, Ingrid Vila Biaggi, y José “Tato” Rivera, del desaparecido Movimiento de Unión Soberanista (MUS), el congresista “independentista” que no abandona la estadidad por nada del mundo, Luis Gutiérrez, la concejal de la ciudad de Nueva York, que también atesora la estadidad, Melissa Mark Viverito, entre otros. De hecho, según se reportó, hubo abucheos en el caso de estos últimos dos.
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Por lo menos yo no tengo duda de que la junta de control fiscal es, para esta gente, el medio para llegar al fin: lograr la independencia de Puerto Rico, entre otros. Estos eventos se utilizan para sembrar sutilmente en la mente de la ciudadanía un mensaje que provoque al pueblo a llevarlos a la finalidad que ellos quieren. Están en perfecto derecho de así hacerlo, como lo estoy yo a decir lo que opino de lo ocurrido.
Como les digo, a mi juicio, la junta de control federal era la excusa de los organizadores. ¿No me creen? En el caso del congresista Gutiérrez, este utilizó el evento para hacer campaña contra el Partido Republicano de Estados Unidos. De otra parte, Karla Pesquera, del Partido del Pueblo Trabajador, organización que se ha pronunciado contra la junta, según reporta un medio, dijo: “Esto ha sido un espacio para hablar y no deliberativo para proponer soluciones. Se ha convertido en un mitin político a favor de la alcaldesa de San Juan y de los políticos que son parte de la crisis”.
Hace unos meses, Richard Carrión, del Banco Popular, dijo en la Legislatura estadounidense: “Me avergüenza que hayamos llegado a esto” y el pasado fin de semana dijo en otro medio: “Nos han dicho legislativamente, jurídicamente y ejecutivamente que somos poco más que ganado en una finca”. Carrión tiene una mezcla de vergüenza y reconocimiento por lo que hemos hecho. Así me siento yo.
Ahora bien, reconocer que fuimos un desastre no es suficiente. Hay que aceptar la ayuda, aunque sea dolorosa. Fíjese que muchas veces los tecatos están en negación de su problema, ¡incluso en el momento en que aceptan que tienen un problema y que tienen que cambiar! “Admiten” su adicción, pero buscando otros responsables y rechazan los tratamientos. ¿Es eso aceptar? ¿Con aceptar se resuelve el problema?
“¡Ah! Es que los políticos tienen que cambiar y la crisis los va a obligar”, dicen algunos. Mire este ejemplo, sencillo y calientito, de la semana pasada. El senador popular por Carolina, Luis Daniel Rivera Filomeno, radicó una legislación para que todo empleado part-time que trabaje en una empresa de 250 empleados o más acumule vacaciones y enfermedad. Cuando la reportera de Noti Uno le preguntó qué estudio de impacto económico se utilizó para esta pieza legislativa, dijo: “Ninguno”, como si eso no tuviera impacto en la empresa privada, en medio de una crisis económica.
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Le pregunto a usted: “¿Entiende ahora por qué Richard Carrión dice que nos ven como ganado en una finca? ¿De verdad usted confía en que legisladores como Rivera Filomeno van a resolver esto?”. Sencillamente, a los políticos que tienen el control de nuestro gobierno les importa poco la crisis y con tal de ganar votos hunden al que sea, así sea lo que quede del sector productivo del país.
¿Por qué estuvo vacía la asamblea del sábado? Porque aquí to el mundo está leído y ya se detecta las intenciones ideológicas hasta cuando disfrazan de verbena pueblerina.
¿Recuerdan a esos grupos con el “Fuera la Marina de Vieques” acompañado del “Patria o muerte: venceremos”? Después de sacar a la Marina, estos grupos se olvidaron de la Isla Nena. Su lucha, más que por la salud de los viequenses, era contra los gringos y por la independencia, admitido por Rubén Berríos con su “Hoy es Vieques (libre) y mañana es Puerto Rico”.
Por lo menos, hasta el momento de escribir esta columna, no he visto las soluciones presentadas el sábado como alternativas a la junta ni propuestas de desarrollo económico, aunque sí hablaron de marchitas frente al Tribunal federal, tirarse al piso y patalear… otra vez.
Para estos grupos la junta de control fiscal federal es lo que fue la Marina en 1999 y su lucha contra dicha junta es puramente ideológica. ¿Harán estos grupos lo mismo que con Vieques? Si lograran detener la junta (no creo tengan el poder ni para hacer cosquillas en este caso, pero supongamos que Estados Unidos caiga rendido), ¿qué después de eso? ¿Regresarán los cabecillas a la mesa a degustar un buen tinto Almaviva o un Vega Sicilia? ¿Se dejará usted endoctrinar?
Como les dije, la gente está ¡JARTA! de los políticos, los partidos y de estos grupos que celebran estas minicumbres independentistas disfrazadas de asambleas de pueblo. Por eso no fueron el sábado y no van a las caravanas ni mítines políticos.