Tuits y posts en Facebook falsos. Noticias falsas y trágicas que dan a conocer la muerte de conocidos artistas, cierres de empresas, hallazgos extraordinarios y millonarios falsos. Esa ha sido la corriente noticiosa en la última semana como si se tratara de una moda. Yo paso y la denuncio. También se han unido a la crítica conocidos periodistas muy molestos con la práctica porque afecta su credibilidad y el profesionalismo que han forjado. Por ejemplo, esta semana el amigo periodista Julio Rivera Saniel realizó lo que llamó un experimento social al colocar un titular falso en su columna y observar cuántos accedían a la información simplemente por el titular falso.
Los autores de los tuits y los post falsos no son periodistas, pero muchos seguidores parecen creerles y comparten la información. Hace tanto daño el que inventa la noticia falsa como el que la comparte. ¿Cómo podemos detectar un tuit o un post no periodísticos? Sencillo: verificando la información y escogiendo sabiamente a quiénes queremos seguir. Es aconsejable revisar los perfiles de cada persona que queremos seguir para poder detectar si el perfil es oficial o uno creado para hacer daño.
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¿Saben cuántas cuentas falsas de Facebook y Twitter tienen Donald Trump, Alejandro García Padilla y Kate Perry? Cada uno puede tener más de una docena de cuentas falsas. Cada perfil y post falsos tienen por objetivo hacer daño y promover el odio. Se calcula que este año eleccionario miles de cuentas en redes sociales serán abiertas con el fin de perjudicar candidatos. Ninguna de esas cuentas son periodísticas, de manera que hay que tener mucho cuidado con quién usted sigue.
Escribir un tuit y un post periodísticos en las redes sociales requiere explicar con las palabras apropiadas y, en ocasiones, en no más de 140 caracteres, una información que pretendemos se convierta en viral. Es decir, la información corroborada y escrita de una forma magistral es compartida por miles de seguidores. Es imprescindible que el periodista recurra a la rigurosidad para ensamblar las palabras. No se admiten errores ortográficos ni abreviaturas. Todo lo que se publica debería estar firmado con sus iniciales o con enlaces a sus cuentas oficiales, que a su vez deben estar avaladas por su patrono. Se puede comprender que en la prisa de ser primeros en divulgar la información se cometan errores, pero hay que revisar antes de publicar la información a la audiencia. La escritura de los tuits y post periodísticos también rige la obligación permanente de renovar el texto cuantas veces sea necesario. La audiencia de la red es merecedora de la información vigente y de última hora. Ese es uno de los grandes valores del periodismo digital. Insistentemente estamos leyendo tuits y posts que son titulares o encabezados informativos, lo que constituye un error periodístico. Los tuits y los posts periodísticos no se deben utilizar para eso, pues la regla periodística digital establece que la información periodística que contienen los tuits y posts deben ser el adelanto del adelanto. Lo que se escriba debe ser preciso, con un comienzo y un final. Veamos la diferencia. En el titular y el adelanto informativo se escribe con impacto y conmoción la noticia con el propósito de llamar la atención del público y que nos escuchen, lean y vean posteriormente. El enunciado periodístico que se publica en las redes debe ser siempre vigente, explicar brevemente qué ocurrió y cuál es la situación al momento.
Bajo ningún concepto se deben enumerar los tuits ni los posts, pues, aparte de que marea al lector por el marullo informativo, esa no es la esencia del periodismo de redes sociales, que se basa en la rapidez informativa correcta y corroborada. Después de todo, ¿quién tiene la paciencia de leer esa retraíla? Resulta, entonces, toda una destreza y habilidad escribir en las redes sociales en términos periodísticos. Recuerden que la fortaleza del tuit y el post periodísticos bien escritos reside en la defensa de la lengua. En ello me reitero porque me causa repulsión los q y pq.