Ello (ello.co) se ha convertido en un fenómeno viral. La visión de la empresa deja claramente plasmado por qué son la antítesis de Facebook. “En tu red social los anunciantes son tus dueños…Tú eres el producto que se compra y se vende”. Esta red social fue creada por una empresa independiente, es por invitación solamente y está 100 % libre de publicidad, lo que parece ser uno de sus atractivos.
En esencia, Facebook vive de la publicidad, y cada paso que uno dé dentro de la red genera datos que son valiosos para las empresas que se anuncian en él. Honestamente, no tengo problema con esto, siempre y cuando la empresa sea clara y transparente con la utilización de nuestros datos. Sin embargo, Facebook ha sido un infractor reincidente en el tema de la transparencia. Era solo cuestión de tiempo hasta que los usuarios dijeran: “Basta ya”. Como Ello, Diaspora* y Snapchat se unen al movimiento que busca ofrecer una experiencia que valore la privacidad de sus usuarios.
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Se estima que son más de 31,000 solicitudes por hora para lograr acceso a la red social de Ello.
Algunos están comparando a Ello con Tumblr, pero para una población un poco más adulta. La red social te permite compartir mensajes, fotos, videos y música sin límites de espacio. Una vez “posteas”, tus seguidores pueden darle like, share o comentar dentro de tu página. Para mí, no es nada nuevo y cosa que no exista en otra docena de redes sociales. Sus creadores han dicho que la manera que harán dinero será vendiendo funciones premium. Creo que su atractivo al momento es lo misterioso y exclusivo de la red social. Esto le añade un elemento de selectividad que ha fomentado una ola de solicitudes por Facebook y Twitter para accesarla. Algunos están llamando a Ello una comuna hippie para la generación de la Internet.
Ello va directo a atacar esta vulnerabilidad que ha caracterizado a Facebook, en donde el abuso contra los usuarios parece haber llegado a su límite. “Creemos que una red social puede ser una herramienta de empoderamiento. No una herramienta para engañar, coaccionar y manipular”, reza el final del credo de la empresa Ello. #Boom. No sé si es que tengo ganas que un underdog le “coma el almuerzo” a Facebook, pero me gustaría que Ello fuera exitoso en este proyecto.
La velocidad con que ha aumentado la popularidad de Ello en parte ha sido por la prohibición en Facebook de no permitir y cerrar en algunos casos cuentas de drag queens que no utilizan sus nombres reales. Esta política ha desatado toda una ola de protesta dentro de grupos LGBTT solicitando a Facebook mayor respeto por su estilo de vida. Este detonante ha sido un gran aliado para Ello, provocando en los pasados días un éxodo de usuarios a otras redes sociales.
Tuve la oportunidad de abrir una cuenta de Ello este fin de semana. Básico, rústico y hasta soso son los adjetivos que describen mi primera impresión de Ello. Todas estas redes sociales más allá de un diseño o un app atractivo requieren un componente crítico: gente. Hasta tanto no se cree una “masa crítica” y nuestras amistades no comiencen a conectarse a estas nuevas redes sociales, no van a dejar de parecerse a uno de esos nuevos condominios de lujo en Hato Rey: bonitos por fuera, pero vacíos por dentro. Al final del día, la gente y su contenido son lo que hacen especial a estas redes sociales. Es por esta razón que por más que critiquemos a Facebook todavía la cantidad de amistades que están ahí impiden a uno dar el salto a otro lugar tal vez un poco más sencillo y que valore más nuestra seguridad y privacidad. El momento llegará. Todas estas redes tienen su tiempo de vida útil. En la pasada década, nos hemos movido de Friendster, a Hi5, MySpace, Facebook y ahora a todas estas redes de comunicación efímera y visual. Ello podría ser ese próximo Facebook. El tiempo dirá.
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