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Opinión: Soy una mujer incompleta

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Pienso que las pastillas anticonceptivas y los condones son esenciales en la vida de todos. Pienso que sin gorro no hay cumpleaños y si de todos modos celebraste, por la mañana en vez de café tómate una Plan B. Soy pro aborto, pro adopción y pro esterilización. Opino que tener hijos —por ser una responsabilidad increíble— debe ser una decisión bien tomada.

Dicho eso, quiero enviar un cordial saludo a la señora que, en medio de la fiesta de despedida de año, me juzgó al escucharme decir que no quiero tener hijos. Les comparto la conversación que tuve con ella (sí, “ella” porque ni siquiera sé su nombre):

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– “Yo no quiero tener hijos”.
– “Ya mismo cambias de opinión… cuando tengas esposo y eso”.
– “No, no… siempre he dicho que no voy a tener hijos. Es una decisión tomada. No me interesa. Mi estilo de vida no me lo permite… la verdad es que simplemente no quiero”.
– “Pues nunca vas a ser una mujer completa”.

No le contesté. Cuando escuché la frase “nunca vas a ser una mujer completa” el dolor de estómago me dejó sin palabras. No le refuté a su falta de respeto, pero no por falta de respuestas.

Pude haberle contestado que no quiero tener hijos porque a los 15 años tuve que ver a mi mamá enterrar a su hijo mayor. Me da miedo pasar por un dolor similar. Ninguna madre debe pasar por ese proceso de tener que enterrar a un hijo.

Quizás pude decirle que en la imagen que tengo de mi futuro los únicos niños que veo son mis sobrinos. En mis planes no hay niños, hay trabajo… mucho trabajo. Mi trabajo es mi pasión.

Otra opción era irme por el lado banal, y explicarle que no quiero tener hijos porque, para mi, rebajar es bien difícil (amo comer y no soy fanática del gimnasio). Estoy convencida de que después de un embarazo voy a quedar como un tanque, lo que me va a llevar a una depresión total.

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También podía decirle que soy histérica. Sería una madre extremadamente sobre protectora. No dejaría a ese bebé ni correr porque me daría miedo que le pasara algo. Soy pesimista. Un niño no merece una madre que siempre piensa que va a pasar lo peor.

Pero, más importante, le debí haber dicho que ser “una mujer completa” es algo relativo que se aplica específicamente a las metas de cada mujer. No es la sociedad —o en este caso ella— quien decide en qué momento específico una mujer “está completa”.

Es más, pregunto: ¿qué es una mujer completa? Siento que en su diccionario significa una mujer que se casa y tiene hijos. Si es eso, no llegaré ni a media mujer porque tampoco me interesa casarme… pero ese tema es para otro día.

Quiero hacer claro que respeto a las madres. Pienso que ser (buena) mamá es una de las cosas más difíciles del mundo. Es una aventura llena de momentos felices, pero también muchos difíciles. Admiro a las que han aprendido a ser madres antes que mujeres. Ser una (buena) madre es una tarea increíble, pero es una tarea que no quiero y nadie tiene el derecho de juzgarme por no quererla. Unas se imaginan con hijo, yo no.

Debí decirle a esa señora que no necesito a un hijo para definirme como mujer… pero no lo hice. Ella me faltó el respeto, pero yo, la mujer “incompleta” respetó su edad y las canas que ya le comienzan a salir.

Definitivamente, debí decirle que quizás tiene razón, nunca voy a ser esa mujer “completa” de la que ella habla porque pretendo siempre ser una mujer en crecimiento. El término “completa” me hace sentir que no hay posibilidad de más, y cualquier mujer sabe que, con hijos o sin ellos, es importante siempre querer más. Cuando algo está completo no tiene posibilidad de evolucionar.
 

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