A lo mejor las generaciones de hoy desconocen que las drogas han estado presente en la humanidad desde el comienzo de la historia moderna. Los antiguos Sumerios usaban opio, los Egipcios preparaban alcohol y hasta los Taínos utilizaban cohoba para alucinar mientras estaban de party en los areitos. Así que no se engañen pensado que todo comenzó con Scarface y Tony Montana. Las drogas más reconocidas del tiempo moderno son la heroína y la cocaína; ambas ilegales en Estados Unidos y muchos países del mundo. Sin embargo, no siempre fue así.
La heroína (diacetilmorfina) es derivada del opio y es una versión modificada de morfina, que todavía se usa para tratar dolor intenso. Fue sintetizado químicamente en un laboratorio en Londres por primera vez en 1874 y en 1898, fue introducida al mercado bajo el nombre de heroína por la farmacéutica Bayer (que todavía existe y produce aspirina). Se mercadeó para tratar dolor y tos; sin embargo el uso de heroína es altamente adictiva y la mayoría de las personas no utilizaban el medicamento por sus propiedades médicas. Para 1914, se creó una ley para controlar la venta y uso de la heroína. Parece que no fue suficientemente efectivo el control porque 10 años después, pasaron otra ley para hacer ilegal la producción, importación y la venta de heroína.
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En el caso de la cocaína, esta droga es derivada de la hoja de coca, oriunda de América del Sur. Los indígenas masticaban la hoja de coca que le brindaba energía y le aliviaba el dolor. Se comenzó a utilizar la cocaína médicamente en 1859. Se usaba para tratar el dolor de dentición en los infantes (así mismo, se le daba a los bebés), para la caspa, anestesia entre otras cosas. Como nota interesante, también se incluía hojas de coca en la elaboración de la Coca Cola (eso se dejó de hacer mucho tiempo; así que no mire su refresco de forma sospechosa). Irónicamente, hasta se llegó a tratar la adicción a morfina con cocaína. Sin embargo, se comenzaron a llenar los hospitales del país con pacientes sufriendo los efectos nefastos de la droga. Entre esos efectos están daños a las fosas nasales, taquicardia, alta presión y muerte (este último efecto siendo permanente). En 1922, por fin se convirtió en una droga ilegal en Estados Unidos.
No pasó mucho tiempo en que el bajo mundo encontró la manera de producir heroína, cocaína y otras drogas similares para abastecer la adicción de los usuarios. Lo que comenzó como medicinas innovadoras que le vendían sueños de alivio a una variedad de males se convirtió en una pesadilla oscura que le consumió (y sigue consumiendo) la vida a sus usuarios.
Se han perdidos grandes talentos musicales y del entretenimiento, nuestros familiares y amigos; no solo por el consumo sino por el tráfico y venta ilegal de drogas. Solo hay que pasear en el carro por la mayoría de las luces del país para ver la gravedad del asunto en nuestro propio país. Ya han pasado más de 110 años de la introducción comercial, más de 90 años de la prohibición y todavía no hay solución al problema. Tenemos que seguir educándonos sobre las drogas como pueblo y entender su historia, porque el que no aprende de la historia está condenado a repetirla.