La creación o la adaptación de nombres propios en Puerto Rico es una realidad innegable al momento de imponer un nombre de pila al recién nacido. En ocasiones, escuchamos algunas personas catalogar dichos nombres como “únicos”, “raros”, “inventados” o “absurdos”. Sin embargo, la creatividad de los padres, de los abuelos y de los tíos es grande y se han podido identificar varias preferencias al momento de crearlos. Se ha recurrido a la unión de dos o más nombres, la conversión de género, el uso de diminutivos y variantes multilingües.
Aunque lo más usual es la unión de dos nombres, se ha podido identificar la unión de tres o de cuatro nombres propios para formar un nombre. Por ejemplo, de la unión de los nombres Julia y Evaristo se formó Julieva, de la unión de Annette, Reynaldo e Isamar se formó Areyssa; y de la unión de los nombres de pila Judy y Víctor y de los apellidos Dávila y Vélez se creó Juvidalex. Por otro lado, el mar y el sol, al guardar una estrecha relación con los puertorriqueños, han servido de inspiración al momento de crear nombres; siendo Anamar, Judymar, Kellymar, Lauriemar, Lindamar, Solymar y Lunisol, algunos ejemplos.
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La Biblia ha sido una fuente de referencia para la selección de nombres, pero se han podido identificar varias mujeres en nuestra isla con nombres masculinos; por ejemplo, Dodanim (Génesis 10, 4), Madai (Génesis 10, 2), Merarí (Génesis 46, 11), Samir (1 Crónicas 24, 24) y Zurishaddai (Números 1, 6). Otro tipo de conversión proviene de nombres propios de lugares. Aunque la frecuencia en esta tendencia no es alta, resulta interesante ver cómo los siguientes nombres de lugares han sido convertidos en nombres de pila femeninos: Hanoi (Vietnam), Pischia (Rumania), Urda (España), Varsovia (Polonia), y Kalahari (desierto en el sur de África).
En la lengua rusa —y en otras lenguas eslavas— muchos nombres terminados en –chka y –shka son diminutivos de nombres propios de personas; como es el caso de Annushka, el cual es el diminutivo de Anna. En Puerto Rico, se han creado nombres con los sufijos antes mencionados, pero con la intención de que se oigan bonitos. Algunos ejemplos son Andreishka (de Andrea), Joanneshka (de Joanne), Manueshka (de Manuel), Marieochka (de Marie), y Katiuschka (de Katiuska). También el uso de apodos como nombres de pila es habitual en Borinquen. Por ejemplo, Angie (de Angélica o Angelina), Sasha (de Alexander o Alexandra), Eddie (de Eduardo o Edward), Nellie (de Nélida) y Jenny (de Jennifer). Una cosa es llamar a una persona por su apodo, y otra es registrar a un recién nacido con este tipo de nombre.
Por último, un caso interesante en nuestra tierra son los nombres Juan y María, puesto que se ha logrado constatar el uso de algunas variantes de estos nombres de pila. El nombre de pila Juan, el cual procede del español, es frecuentemente usuado, pero se ha podido ver como algunas variantes de dicho nombre se han hecho muy populares, tales como Giovanni (el cual proviene del italiano), Iván (del ruso), Jan (del holandés), Jean (del francés), Johann (del alemán), John (del inglés) y Sean (del irlandés). Por su parte, María, el cual proviene también del español, le pasa algo muy similar, pues muchas féminas en Puerto Rico han utilizado las siguientes variantes: Marilyn, Marian y Mary (del inglés), Marya (del ruso), Mariella y Marisa (del italiano), Mia (del danés y sueco), Marie (del francés) y Mariana, el cual se encuentra presente en el español, italiano y portugués.