Para entender al escritor y poeta peruano José Carlos Yrigoyen uno tiene que ponerse en su piel, sentir la euforia que todavía brota en cada una de sus palabras de color blanco y rojo.
Solo así es que tiene sentido su última obra literaria, "Con todo, contra todos", el libro en el que hace un repaso a la historia de la selección de Perú desde "el más subjetivo punto de vista".
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"No soy periodista deportivo y tampoco soy historiador", reconoce Yrigoyen en el marco de su participación en el Hay Festival de Arequipa, que tiene lugar en esa ciudad entre el 8 y el 11 de noviembre.
"Soy más bien un hincha sufrido de la selección, me atrevería a decir insobornable", agregó todavía con la resaca de lo que significó para él y millones de peruanos la clasificación de Perú a un Mundial de fútbol por primera vez en 36 años.
En ese contexto fue que Yrigoyen dedicó "un año a escribir historias sin pretensiones, como un hincha que intenta desentrañar los últimos 50 años de la selección peruana, que como la de otros países está llena de mitos y de historias muy oscuras".
Una experiencia sobre la que habló con BBC News Mundo y que contará en un encuentro con estudiantes en Arequipa.
¿Es llamativo que justo ahora decide publicar un libro sobre la selección de Perú?
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A mi preguntaron alguna vez por qué escribía este libro justo cuando nos iba bien y yo expliqué que yo quería escribir este libro desde el año 1997, desde el partido contra Chile, que fueron los días en los que me empecé a convertir en un verdadero hincha de la selección.
Pero yo les decía que si bien era verdad que tenía el libro en la cabeza, no tenía un final. No quería terminar el libro y que la última página fuera "y nos eliminaron una vez más".
Yo quería que me dieran un buen motivo para darle un final climático y ese fue el partido contra Nueva Zelanda por el repechaje en Lima, con el que cerramos una noche de 36 años de amarguras.
¿Qué tuvo ese partido contra Chile?
Fue tal vez lo más doloroso y difícil del libro, recordar un partido que he tenido que ver después de muchos años y que me sigue doliendo, ese 4-0, sin duda alguna el que más me costó.
Para mi generación ha sido una gran herida abierta. Ya no tanto porque fuimos al Mundial y de alguna manera ya la hemos comenzado a cicatrizar, pero fue el partido que nos pudo poner en el Mundial de Francia 98 y no solo que lo perdimos sino que además nos golearon, y nos golearon en un contexto muy feo, muy humillante.
¿Tanto influyó aquel encuentro?
Ese día, el 12 de octubre del 97, no me voy a olvidar porque es un día después de mi cumpleaños, terminó siendo un regalo muy frustrante.
Lo recuerdo como el partido más terrible que ha vivido la selección peruana y que nos estigmatizó ya que durante muchos años hizo que nuestra generación creyera y tuviera la certeza que no estábamos hechos para las grandes hazañas.
Pero ahora fue Perú el que clasificó y Chile quedó por fuera.
Así es, con la clasificación a Rusia es que nos hemos dado cuenta que sí éramos capaces de lograr objetivos, de conseguir metas.
Lo que dio luz verde al libro "Con todos, contra todos".
Durante 36 años no fuimos a un Mundial y eso repercutió en que la literatura sobre el fútbol peruano fuera muy escasa.
No había muchas cosas agradables que contar ya que nuestro palmarés deportivo era muy escaso y tuvimos una frustración nacional reflejada en el fútbol.
La clasificación a Rusia no solamente nos dio la alegría, sino que ha animado a mucha gente a escribir sobre el tema.
Yo me decidí a escribir la historia desde el Mundial de 1970, que fue la primera vez que clasificamos. Mejor dicho desde 1968, que fue cuando comenzó el proceso eliminatorio.
Fue la época dorada de la selección peruana, una que no pudiste vivir.
Había algo bastante molesto y fue que teníamos a una generación por delante que sí había visto esos momentos de auge que fue el Mundial de Argentina, el de España, la Copa América del 75 y a nosotros nos tocó los momentos de decadencia, una larga decadencia.
Entonces teníamos a los mayores contándonos de una gloria que sí vivieron mientras nosotros padecimos los peores momentos de la selección peruana entre 1987 hasta entrados los 2000.
Hemos vivido bajo la sombra de los Cubillas, de los Velázquez, de Uribe, de Cueto, mientras sufrimos con jugadores que no daban la talla con la camiseta de la selección.
¿Cómo fue contar algo de lo que no fuiste testigo?
En el prólogo lo advierto, que muchas cosas que escribo las hago no desde el rigor histórico sino desde mi gusto, mi irritación, desde mi parcialidad, pero siempre intentando algún rigor con el dato.
Yo he intentado escribir un libro profundamente subjetivo, profundamente personal y desde mi punto de vista he perfilado la historia de una selección de la que vi su peor momento, su peor cara.
Un sufrimiento que ahora se habla en pasado
Ese resultado no se hubiera dado si Ricardo Gareca no hubiera tomado las medidas correctivas necesarias a la selección.
En el Perú durante muchos años hubo una casta de jugadores que en vez de estar al servicio de la selección, había puesto la selección a su servicio.
El principal y a quien yo he criticado mucho en el libro y creo que con argumentos es Claudio Pizarro.
Hubo un gran sector de la afición que pedía un recambio y Gareca se da cuenta de que ello es necesario, pero lo hace sin aspavientos, sin anunciar medidas radicales.
Y eso coincide con los partidos que nos comienzan a dar los puntos y nos van a poner cerca de nuestro objetivo de ir al Mundial.
Un 2017 inolvidable, comenzando por esa victoria histórica en Paraguay
Ya nos considerábamos eliminados y esa noche Perú juega un partido espléndido. Nunca habíamos ganado en Asunción.
Lo increíble de Perú, lo interesante es que no solamente gana partidos sino que gana aquellos que nunca había conseguido como Ecuador en Quito, Paraguay en Asunción, un empate en Buenos Aires y esos resultados le dan una vuelta de tuerca a la historia.
¿Qué pensaste cuando Gareca mantuvo en vilo a todo el país sobre su renovación?
Nuestro principal miedo es que regrese el Perú de siempre porque sería muy injusto tener este oasis de felicidad y después regresar a ese frustrante desierto lleno de derrotas y de empates en casa.
Tengo la impresión que Gareca es un técnico muy serio es un hombre que ha logrado que Perú tenga algo que no ha tenido desde hace 20, 25 años atrás, que es un equipo que sabe a qué juega, un equipo que tiene un esquema fijo, jugadores inamovibles.
No me imagino a este Perú jugar sin Flores, sin Gallese, sin Trauco. El hincha es agradecido y también es razonable ya que sabe que no hay más, que tenemos un muy buen equipo pero no tenemos estrellas. Gareca es el pilar que está sosteniendo todo.
De ahí la importancia de su continuidad, ¿no?
Yo soy de los que pienso que en el fútbol nadie es imprescindible, pero la verdad es que conseguir un sustituto de Gareca en este momento es muy complicado, alguien que tuviera su perfil, alguien que pudiera mantener el proceso que él comenzó.
Es difícil saber si Perú se hubiera hundido en el pesimismo de no haber seguido, pero sí sabemos que con él se ha mantenido el impulso y no se ha perdido ese fuelle como lo reflejan los partidos amistosos que hemos disputado después del mundial (incluida una victoria 3-0 sobre Chile).
Lo que hay que esperar es que podamos mantenerlo para los siguiente partidos oficiales.
La mejora de Perú también coincide con el hecho que el fútbol sudamericano no atraviesa su mejor momento, ¿se puede hablar de una decadencia, no gana un Mundial desde 2002?
Hemos tenido suerte que las circunstancias de otras selecciones nacionales en la eliminatorias no fuera la mejor.
Pero recuerdo que en 1974 se decía algo muy parecido cuando los equipos sudamericanos fueron a Alemania y fueron demolidos por las potencias europeas.
La gente habló de una decadencia del fútbol latinoamericano, pero creo que la región tiene la suerte de siempre poder generar grandes jugadores, incluso en los peores momentos, y tiene esa capacidad de reinvención.
A veces se demora, pero yo confío que este mal momento y esa decadencia temporal que estamos padeciendo la vamos a poder sobrepasar.
Dicho eso, estoy seguro que Perú va a poder mantener el nivel que tiene y que las posibilidades de ir a Qatar son legítimas.
Lo que imagino seguirá repercutiendo positivamente en que sigan apareciendo libros
Aquí en el Perú lo que sucede es que la literatura deportiva recién está naciendo.
Y el periodismo deportivo de calidad, aquel que aspira a que sus crónicas y sus columnas no van a ser utilizadas para envolver pescado al día siguiente, sino que aspira a tener trascendencia y un nivel literario, recién está ocurriendo.
Juan Carlos Ortecho, Carlos Salas, Gerónimo Pimentel, son gente no solamente muy culta que no solo saber ver fútbol sino que a la vez escriben muy bien, y ahora para este mundial han aparecido unos 15 libros o más sobre la selección peruana y sobre fútbol.
Lo que me parecería muy mal es que después de esta ola no vaya a aparecer nada más, que haya sido nada más un chispazo. Me parece que la idea es continuar con una tradición de literatura deportiva que va de la mano con el momento que se está viviendo.
Llegamos al principio, que si no tenemos grandes cosas que escribir, cosas importantes, es muy difícil conseguir los temas y Perú ha tenido muchos años en los que no ha dado motivos para escribir sobre el tema.
Muchas veces este tipo de libros te obligan a que haya un punto de inflexión, a que haya una hazaña para que se justifique.
También pueden haber libros que el resultado sea amargo, triste, pero viendo la bibliografía son los menos.
Este artículo es parte de la versión digital del Hay Festival Arequipa, un encuentro de escritores y pensadores que se realiza en esa ciudad peruana entre el 8 y 11 de noviembre de 2018.