La condena a pena de muerte en 2010 a Asia Bibi, una mujer cristiana pakistaní de 47 años, por un delito de blasfemia fue algo inédito en Pakistán.
Pero la decisión de la Corte Suprema del país de absolverla después de ocho años en el corredor de la muerte lo es todavía más. Y nadie ha recibido la noticia con indiferencia.
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El caso de Bibi, madre de cinco hijos, se remonta a 2009 cuando un grupo de vecinas en la localidad de Punjab, en el este de Pakistán, la acusó de haber hecho comentarios despectivos contra el profeta Mahoma después de decirle que había contaminado el agua de un bidón comunitario por ser cristiana.
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Ella siempre negó las acusaciones, pero en 2010 fue condenada a la horca por un delito de blasfemia. Era la primera mujer no musulmana de Pakistán en recibir este castigo por el único delito que puede conllevar la pena de muerte en el país.
Así es como Bibi, cuyo nombre completo es Asia Noreen, ha pasado los últimos ocho años de su vida en confinamiento solitario.
Hasta esta semana, cuando la Corte Suprema pakistaní anunció su puesta en libertad de forma inmediata argumentándolo en las palabras del propio Corán.
"La tolerancia es el principio básico del Islam", dijo Saqib Nasir, presidente del Supremo y encargado de leer la decisión tomada por una sala especial encabezada por tres jueces.
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El veredicto ha provocado manifestaciones en Karachi, Lahore, Peshawar y Multan y enfrentamientos entre la policía y quienes apoyan mantener las leyes sobre la blasfemia.
Blasfemia en Pakistán
Las leyes promulgadas por el Raj británico en 1860 convirtieron en un delito perturbar una reunión religiosa, invadir los cementerios, insultar creencias religiosas o destruir o profanar intencionalmente un lugar o un objeto de culto.
Es un delito punible con hasta hasta 10 años de cárcel.
Pero en 1980, Gen Zia ul-Haq, uno de los gobernantes militares de Pakistán, agregó algunas cláusulas: hasta tres años de cárcel por comentarios despectivos contra figuras del Islam, cadena perpetua por profanación "voluntaria" del Corán y "muerte o encarcelamiento de por vida" por blasfemia contra el profeta Mahoma.
El Islam es la religión nacional de Pakistán y su sistema legal se basa en los escritos del Corán.
El delito de blasfemia cuenta con una alta aprobación entre la población local y a menudo los políticos de corte más conservador respaldan los castigos por este delito, en parte para ganarse la simpatía de un amplio sector del electorado.
La gran mayoría de los condenados son musulmanes o miembros de la comunidad Ahmadía, pero desde 1990, muchos cristianos, quienes constituyen el 1,6% de pakistaníes, también han recibido condenas por blasfemia.
En total, desde 1990, al menos 65 personas han muerto en el país por denuncias de blasfemia, pero Asia Bibi era la primera mujer no musulmana en ser condenada a muerte bajo estas leyes.
La argumentación de los jueces
Los magistrados dijeron que la fiscalía "no había probado su caso", que se basaba en pruebas endebles.
También aseguraron que no se habían seguido los procedimientos adecuados y que la supuesta confesión de los hechos que hizo Bibi fue ante una multitud que amenazaba con matarla.
Los críticos dicen que las leyes de blasfemia se han usado a menudo para vengarse por disputas personales y que las acusaciones se basan generalmente en pruebas bastante pobres.
El fallo de los magistrados hizo referencias al Corán y terminó con una cita del propio profeta Mahoma en la que dice que" los no musulmanes deben ser tratados con amabilidad".
Reacciones
El anuncio el miércoles de la puesta en libertad de Asia Bibi desató una oleada de protestas por todo el país.
Un líder del partido islamista Tehreek-i-Labaik, Mohamed Afzal Qadri, dijo que los tres jueces "merecen ser asesinados".
La llamada "zona roja" en la capital, Islamabad, donde se encuentra la Corte Suprema, se mantiene bajo estricto control policial.
Las manifestaciones han obligado incluso al primer ministro pakistaní, Imran Khan, a pedir calma a los críticos, a los que reprobó algunas de sus acciones.
"¿Qué gobierno puede funcionar así, chantajeado con las protestas? ¿Y quién sufre debido a esto? Nuestros pakistaníes. La gente corriente, los pobres. Se bloquean las carreteras, se roba el sustento de la gente …", dijo el miércoles.
"Este no es el mandato del Islam, esto es enemistad con el país. Solo quienes quieren acabar con el Estado hablan así, matan a jueces e inician una revuelta en el ejército".
Defender el caso de Bibi no es fácil en Pakistán. En 2011 el gobernador de Lahore, Salman Taseer, fue asesinado por defender la libertad para la condenada. Poco después mataban también al ministro de las Minorías Shahbaz Bhatti por sus muestras de apoyo.
El veredicto fue celebrado por la comunidad cristiana, al igual que por muchas ONGs, como Amnistía Internacional, que han estado involucradas en el caso desde su inicio.
Tras el fallo, el abogado de Bibi, Saiful Mulook, le dijo a la BBC que ella y su familia tendrán que mudarse a un país occidental por su propia seguridad.
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