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Bolivia: cómo queda Evo Morales después del fallo a favor de Chile en la Corte Internacional de Justicia de La Haya

El fallo en La Haya adverso para Bolivia deja las aspiraciones marítimas del país en la incertidumbres, sin embargo no es la única consecuencia del contundente veredicto. Evo Morales también deberá pagar una factura por lo sucedido, señalan políticos y expertos.

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El 23 de marzo de 2011, Evo Morales anunció que había tomado una decisión histórica.

El presidente de Bolivia, en pleno aniversario de la pérdida de la salida al mar de su país, dio la noticia de que llevaría a Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) "cansado de esperar" una solución por parte de La Moneda.

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Siete años y medio después, con Morales todavía al mando de Bolivia, se cerró el capítulo que empezó con ese encendido discurso en una tarde soleada.

Sin embargo, el episodio no terminó como al mandatario le habría gustado.

Este lunes, los jueces de la CIJ decidieron rechazar la demanda boliviana que planteaba que Chile estaba obligado a negociar una salida marítima con soberanía.

Sentado en la primera fila del Palacio de la Paz de La Haya, Holanda, estaba Morales, siguiendo la lectura del fallo con unos audífonos y gesto sobrio.

Consumada la derrota judicial boliviana, 12 votos contra 3, los expertos señalan que las aspiraciones marítimas de este país quedan en la incertidumbre y añaden que no es la única consecuencia que puede tener el fallo de la CIJ.

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Lo sucedido en Holanda, dicen, también afectará de una u otra manera a Morales, uno de los grandes protagonistas de este capítulo en la historia de Bolivia y Chile que acaba de cerrarse.

"Falsas expectativas"

El primero en apuntar al mandatario boliviano fue su homólogo chileno, Sebastián Piñera.

"El presidente Evo Morales de Bolivia ha creado falsas expectativas a su propio pueblo", afirmó en un mensaje desde Santiago.

Por ello, continúa Piñera, "también ha creado grandes frustraciones a su pueblo".

El chileno, además, responsabilizó a Morales de ocasionar la pérdida de "cinco valiosos años en las sanas y necesarias relaciones que debe tener Chile con todos los países vecinos, incluyendo a Bolivia".

La clase política y analistas chilenos coincidieron en que el presidente boliviano intentó sacar rédito político del juicio durante todo el proceso.

En Bolivia, la opinión generalizada es lamentar el fallo, aunque algunos políticos también optaron por identificar a Morales como uno de los responsables de lo sucedido.

El exvicepresidente Víctor Hugo Cárdenas (1993-1997) no dudo en señalar que el mandatario es el responsable del "peor fracaso histórico" sufrido por la aspiración marítima boliviana.

"Su agresividad, su incontrolada locuacidad y su incomprensión del tema marítimo nos condujo al fracaso", indicó.

Cárdenas, quien es un férreo crítico del actual gobierno, señaló que la administración de Morales mantuvo una "actitud electoralista, frívola y de confrontación" a lo largo del proceso en La Haya.

Evo Morales lleva 12 años y medio al mando de Bolivia y buscará asegurar un cuarto mandato y así gobernar hasta 2025.

La factura y el legado de Evo

Una de las preguntas que más se realiza (y más se responde) en Bolivia es qué consecuencias puede tener este fallo adverso para Evo Morales.

El vicepresidente, Álvaro García Linera, consultado sobre si lo sucedido en Holanda afectará la popularidad de Morales, descartó esa posibilidad y resaltó que la demanda interpuesta generó atención global a la aspiración marítima boliviana

En los meses previos a la lectura del veredicto, muchos dijeron que un eventual triunfo en La Haya sería la principal carta de presentación del presidente para buscar un nuevo mandato en 2019.

Antes de que se conociera el fallo, autoridades bolivianas llegaron a decir que solo Morales fue capaz de llevar a Chile ante un tribunal internacional y que solo él podría llevar adelante la negociación posterior al fallo.

Al respecto, el analista político boliviano Gonzalo Mendieta señaló que es "imposible" que Evo Morales no sufra costos personales por lo sucedido.

El investigador añade que fracasos similares del país a lo largo del último siglo también produjeron facturas políticas para los mandatarios de aquel entonces y que el caso del actual presidente "no tiene por qué ser la excepción".

"En el gobierno se esperaba que el fallo de La Haya fuera el comienzo del año electoral con un muy buen puntapié inicial, pero ahora sucede todo lo contrario", explicó Mendieta.

Añadió que, más allá de lo coyuntural, la derrota en la Corte Internacional de Justicia pasará a formar parte del legado de Evo Morales y, junto a los logros que tuvo, también se lo recordará por ella.

"Es algo que sella su figura. Habrá mucho que hablar sobre Evo Morales en la historia y esto es algo de lo que no podrá escapar", concluyó.

Mendieta, por otra parte, destacó la unidad construida en Bolivia a partir de la demanda promovida por el presidente.

"Hubo una apuesta nacional, se unificó actores y se creo una decisión colectiva".

Incluso antes de que la demanda fuera interpuesta en 2013, Morales reclutó a expresidentes y excancilleres para que acompañen el proceso paso a paso.

Además, logró que la gran mayoría de líderes de oposición y opinión respaldaran la acción emprendida.

El mandatario estuvo acompañado este lunes en La Haya por dos expresidentes que son sus rivales políticos, Tuto Quiroga y Carlos Mesa, a quienes indultó de dos procesos judiciales hace unos días.

Posibilidad de revertir la situación

No es el primer revés político que Evo Morales ha sufrido a lo largo de su mandato.

De hecho, Mendieta destacó la "creatividad" que el gobierno ha demostrado a lo largo de todos estos años para voltear situaciones adversas.

Poco después de conocerse el veredicto, nadie desde la delegación de Bolivia en La Haya ni las autoridades en La Paz habían mencionado las palabras derrota o error.

El mismo Evo Morales habló de "no renunciar" y subrayó que quedó la puerta abierta para retomar el diálogo bilateral con Chile.

Pese a lo contundente del fallo, la postura de Bolivia expresada por sus autoridades es reivindicar la demanda marítima; el veredicto de la CIJ "se acata, aunque no se comparte".

Tampoco se cuestiona el trabajo hecho por el equipo jurídico boliviano.

En otras palabras, se defiende que la decisión anunciada por Evo Morales aquel 23 de marzo de 2011 fue la correcta (o cuando menos no fue un error).


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