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Por qué el viaje de la presidenta de Taiwán a América Latina es crítico para esa isla en su lucha vital con China

Al partir de gira, Tsai Ing-wen pidió "ser firmes para que nadie pueda borrar la existencia de Taiwán". Algunos creen que esa batalla se juega sobre todo en tierra latinoamericana.

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Que un jefe de Estado asista a la investidura de otro es algo normal. Pero que para eso viaje justo a la antípoda de mundo, como lo hará la presidenta de Taiwán en Paraguay esta semana, resulta extraordinario.

Tsai Ing-wen prevé llegar al país sudamericano el martes, asistir a la asunción de su homólogo Mario Abdo Benítez al día siguiente, y partir a Centroamérica el jueves para otra visita de dos días a Belice.

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Ambos destinos tienen algo en común: son dos de los 18 países con los que Taiwán mantiene relaciones oficiales en todo el mundo.

Esa lista global se ha reducido significativamente en los últimos tiempos por los esfuerzos de China, que considera a la isla una provincia rebelde y evita tener lazos diplomáticos con los países que la reconocen oficialmente.

La clave aquí es que 10 de los 18 países que siguen aliados a Taiwán están en América Latina y el Caribe, y se han vuelto cruciales en el pulso de Taipéi con China por su visibilidad global.

"Si Taiwán perdiera sus vínculos (con los países de la región) quedaría casi completamente aislado", sostiene David Denoon, profesor de política y economía en la Universidad de Nueva York (NYU por sus siglas en ingles) y autor del reciente libro China, EE.UU. y el futuro de América Latina.

"Así que no hay duda: (la de Tsai) es una visita muy importante para Taiwán, y China está poniendo más presión sobre los países para que los reconozcan sólo a ellos", dice Denoon a BBC Mundo.

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"Ver a Taiwán"

Al partir el domingo en su viaje —que incluye dos escalas en Estados Unidos que molestan a China— Tsai sostuvo que deben "ser firmes para que nadie pueda borrar la existencia de Taiwán".

"Al ir al extranjero, todo el mundo puede ver a Taiwán, pueden ver nuestro país así como nuestro apoyo a la democracia y la libertad", dijo la presidenta según informó la agencia de noticias Reuters.

El reto de Tsai parece enorme si se considera que su gobierno ha perdido en menos de dos años aliados importantes en Latinoamérica y el Caribe, como Panamá y República Dominicana.

Proveniente de un partido tradicionalmente a favor de la independencia de Taiwán, algo que China considera inadmisible, la presidenta ha dicho que su deseo es mantener el statu quo.

Tsai ya visitó tres veces América Latina, una región donde China prestó US$150.000 millones mediante sus bancos de inversión en los últimos 12 años y donde el país asiático se ha vuelto protagonista económico.

Después que Panamá rompiera relaciones con Taiwán el año pasado, Pekín abrió negociaciones de libre comercio con el país recientemente y sus empresas ganaron un contrato para construir el cuarto puente sobre el Canal de Panamá.

Hay cuatro países centroamericanos que mantienen el reconocimiento a Taiwán, aparte de Belice: El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.

También lo hacen los caribeños Haití, San Cristóbal y Nieves; San Vicente y las Granadinas; y Santa Lucía.

Pero los especialistas creen que es probable que la lista se encoja aún más a favor de China.

"Existe la sensación general de que, si uno de los países centroamericanos cambia, otros también lo harán", dice Margaret Myers, directora del programa China y América Latina de Diálogo Interamericano, un centro de análisis en Washington.

Un mayor aislamiento diplomático afectaría la presencia de Taiwán en foros internacionales y su legitimidad política, aunque la isla podría mantener relaciones comerciales con el mundo (de hecho, tiene oficinas para eso en varios países latinoamericanos donde carece de embajada).

Pero, ¿qué puede ofrecer Tsai a sus aliados para contrarrestar el cabildeo de China, aún sin poder medirse ante su poderío económico?

"Eje de crecimiento"

En su nuevo viaje a América Latina, es probable que Tsai procure promocionar proyectos taiwaneses de desarrollo sostenible y ofrecer más asistencia directa a sus aliados, dice Myers a BBC Mundo.

En Paraguay, el único país sudamericano que mantiene lazos oficiales con Taiwán, Tsai prevé asistir al lanzamiento de un proyecto para nueva universidad industrial y tecnológica Taiwán-Paraguay.

Además de encontrarse con el presidente entrante de Paraguay, Tsai aprovechará las ceremonias de investidura para reunirse con jefes de Estado de otros países con los que mantiene lazos diplomáticos, indicó su oficina en un comunicado.

En Belice, Tsai dará un discurso ante la Asamblea Nacional.

Si los esfuerzos de la presidenta alcanzarán para retener a sus aliados aún está por verse.

Abdo Benítez, el presidente electo de Paraguay, ya se manifestó a favor de que el Mercosur (el bloque comercial que su país integra con Argentina, Brasil y Uruguay) explore un tratado de libre comercio con China.

"No podemos dejar de ver el crecimiento económico que China continental tiene como un eje de crecimiento en el mundo", indicó el mes pasado.

Todo esto ocurre además en medio de una guerra comercial entre EE.UU. y China, que protestó a Washington por las escalas de Tsai en Los Ángeles y Houston para sus viajes de ida y vuelta de Latinoamérica respectivamente.

EE.UU. no tiene relaciones formales con Taiwán, pero es uno de sus principales aliados informales y su proveedor de armas.

Algunos analistas creen que, al volver a permitir que Tsai haga escala en EE.UU., el gobierno de Trump también buscó enviar un mensaje a Pekín.

"En este momento EE.UU. no centra en Taiwán sus relaciones con China, pero podría levantar la visibilidad del tema Taiwán si quisiera", dice Denoon.

Y advierte que "no hay dudas que EE.UU. asume algunos riesgos en sus relaciones con China al tener a la presidenta de Taiwán parando" en su territorio.


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