Muchos solo tomaron conciencia de la existencia del grupo al Qaeda y sus tácticas basadas en el terror como arma a escala global, después del atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York, el 11 de septiembre de 2001.
Pero tres años antes, en 1998, varias explosiones casi simultáneas en las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania mataron a cerca de 250 personas.
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Doce estadounidenses perdieron la vida en los ataques, pero la mayoría de las víctimas eran locales. Más de 4.000 personas resultaron heridas.
Estos atentados atrajeron la atención del mundo sobre la organización al Qaeda, y el FBI colocó a su líder, Osama bin Laden, en el puesto número uno de la lista de fugitivos más buscados.
Terror sin fronteras
Desde un punto de vista estratégico, el ataque a las torres marcó el inicio de una era donde el terrorismo dejó de estar limitado por las fronteras territoriales.
En el mundo recientemente globalizado de fines de la década de los 90, las fotos viajaban rápidamente a través de los canales de televisión de 24 horas y los mensajes de los yihadistas pudieron potencialmente llegar a millones de militantes extremistas de todo el mundo que viven separados por miles de kilómetros.
Impulsado por su éxito en África Oriental, al Qaeda continuó con un ataque contra el destructor de la marina estadounidense USS Cole en la costa de Yemen, en octubre de 2000, matando a 17 marineros estadounidenses e hiriendo a decenas de personas.
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Este martes, se realizaron ceremonias en ambas capitales africanas para recordar las víctimas de los atentados de 1998.
En Nairobi, se leyeron en voz alta los nombres de las víctimas. En Washington, las autoridades del Departamento de Estado se reúnen con los sobrevivientes y los familiares de las víctimas, para conmemorar los incidentes.
Representando al gobierno de Kenia en la ceremonia de Nairobi, el director del Centro Nacional de Antiterrorismo del país, Marin Kimani, dijo que los ataques marcaban el inicio de un "nuevo tipo de terrorismo".
"Ese día, creció el apetito y la ambición del perpetrador al Qaeda por hacer ataques a gran escala", dijo.
"Desde entonces, muchos lugares del mundo han sufrido repetidos ataques de terroristas".
Sin anestesia
"Hoy es un día muy doloroso para nosotros", le dijo a la agencia AFP la hermana de una de las víctimas que trabajaba en la embajada de Nairobi.
Más de 200 personas murieron la capital keniata.
"No hay un día que no pensemos en ella. Es muy doloroso para la familia, para sus hijos y sus nietos, a quien no llegó a conocer".
Para Julie Ogoye, el viernes había comenzado como un día cualquiera en la oficina.
Era media mañana cuando un camión bomba explotó fuera de la embajada, destruyendo partes de las instalaciones y del edificio de 25 pisos vecino, el Cooperative House Bank.
Cinco minutos más tarde, un vehículo bomba explotó afuera de la embajada estadounidense en Dar es Salam, capital de Tanzania.
Ogoye le contó a la BBC cómo su cuerpo salió despedido por el aire y cómo al aterrizar le cayó encima una lluvia de escombros.
"Tenía cortes profundos por toda la cara, por eso cuando una de las enfermeras trató de limpiarme, la sangre brotó de golpe y la enfermera gritó: ’Esta mujer se va a morir desangrada’".
"Me levantaron rápidamente y me cosieron sin anestesia. Nos dijeron: ’Tienes que aguantar esto, no hay tiempo para anestesia’. Y así me cosieron".
"Luego me hicieron sentar en alguna parte. Le estaba diciendo al pastor: ’Llévame a casa, no quiero estar aquí’. Y me dijo: ’Julia, tu ojo está fuera de su cavidad’. Creo que eso me impactó, y me desmayé".
Ogoye debió ser sometida a tres operaciones, incluida una en Alemania, para salvar su vida.
A pesar de haber perdido la vista en el ojo izquierdo, se considera afortunada y siente que ha tenido "20 años de vida extra".
¿Qué pasó con al Qaeda?
Horas después de los ataques, misiles cruceros estadounidenses impactaron casi simultáneamente campamentos de entrenamiento y centros de producción de sustancias químicas en Sudán y Afganistán que, según Washington, estaban vinculados a los atentados.
La respuesta de EE.UU. provocó ira en la Liga Árabe y generó protestas en Afganistán, Pakistán y Sudán.
La persecución sin pausa de Washington a al Qaeda eventualmente logró debilitar a la organización.
Tropas estadounidenses mataron a Bin Laden, quien planificó los ataques del 9/11, en 2011 en Pakistán.
Desde su fundación en dicho país en 1998, al Qaeda se ha fragmentado. Sus principales ramas están activas en el norte de África, en la Península Arábiga y en el subcontinente indio.
El grupo que originalmente se llamó al Qaeda en Irak, se transformó en lo que conocemos como Estado Islámico.
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