Fue un extraordinario intercambio de ideas. Por primera vez dos altos cargos de los dos sistemas antagónicos que se disputaban el mundo conversaron improvisadamente frente a sus ciudadanos.
Eran dos de los principales personajes de la Guerra Fría, el premier soviético Nikita Jruschov y el entonces vicepresidente de Estados Unidos Richard Nixon, y la discusión tuvo lugar el 24 de julio de 1959, 14 años después del inicio de la Guerra Fría, 30 años antes de su fin.
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Estaban además hechos el uno para el otro, si de lo que se trata es de defender su esquina.
Jruschov era conocido por su actitud combativa y sarcástica y Nixon era uno de los activistas anticomunistas más férreos y vocales de Estados Unidos.
Como si eso no fuera suficientemente peculiar, el debate se dio en una cocina estadounidense instalada en las afueras de Moscú.
La razón de que esa cocina estuviera ahí era que EE.UU. y la URSS habían hecho un acuerdo cultural comprometiéndose a un intercambio de ideas e información más libre.
Como parte de este acuerdo, se organizaron dos exposiciones comerciales: una exposición soviética en Nueva York, celebrada un mes antes, y una exposición estadounidense en Moscú.
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Bajo los términos del acuerdo no se podía exhibir ningún material político explícito aunque ambos gobiernos las aprovecharon como propaganda de la Guerra Fría.
Lo que los estadounidenses querían mostrar era que ellos disfrutaban de un mejor nivel de vida y para ello construyeron una casa suburbana entera.
Es por eso que el singular debate se dio en una cocina.
El evento fue amigable pero, como era de esperar, hubo algunos momentos espinosos, lo que lo hace aún más interesante, como verás a continuación en esta traducción del documento con la transcripción de la conversación que guardan en la biblioteca de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos).
[Ambos entran a la cocina de la exposición de EE.UU.]
Nixon: Quiero mostrarle esta cocina. Es como las que tenemos en nuestras casas en California.
Jruschov: Nosotros tenemos ese tipo de cosas.
Nixon: Este es nuestro último modelo. Este es el tipo que se produce en miles de unidades para la instalación directa en las casas. En EE.UU. nos gusta hacerle la vida más fácil a las mujeres…
Jruschov: Su actitud capitalista hacia las mujeres no tiene lugar bajo el comunismo.
Nixon: Yo creo que esa actitud hacia las mujeres es universal. Lo que queremos es hacerle la vida más fácil a nuestras amas de casa…
Esta casa puede comprarse por US$14.000, y la mayoría de los estadounidenses (veteranos de la Segunda Guerra Mundial) pueden comprar una casa de entre US$10.000 y US$15.000.
Déjeme darle un ejemplo que usted podrá apreciar. Nuestros obreros siderúrgicos, como sabe, están en huelga. Pero cualquiera de ellos podría comprar esta casa. Ganan US$3 por hora. Esta casa cuesta unos US$100 mensuales con un contrato que dura de 25 a 30 años.
Jruschov: Nosotros tenemos obreros siderúrgicos y campesinos que pueden pagar US$14.000 por una casa.
Sus casas estadounidenses están construidas para durar sólo 20 años, para que los constructores puedan vender casas nuevas al final. Nosotros construimos con solidez. Construimos para nuestros hijos y nuestros nietos.
Nixon: Las casas estadounidenses duran más de 20 años pero, en todo caso, después de 20 años, muchos estadounidenses quieren una casa nueva o una cocina nueva. Su cocina es obsoleta para ese entonces…
El sistema estadounidense está diseñado para aprovechar nuevos inventos y nuevas técnicas.
Jruschov: Esa teoría no se sostiene. Hay cosas que no deben tener fecha de vencimiento… las casas por ejemplo, tal vez los muebles y accesorios.
He leído mucho acerca de Estados Unidos y sus casas y no creo que éste sea un ejemplo, ni que lo que usted dice sea exacto.
Nixon: Bueno, eh …
Jruschov: Espero no haberlo insultado.
Nixon: He sido insultado por expertos. De todas formas estamos hablando con cordialidad. Siempre hablo con franqueza.
Jruschov: Los estadounidenses han creado su propia imagen del hombre soviético. Pero no es como ustedes piensan. Creen que el pueblo ruso se quedará boquiabierto al ver estas cosas, pero el hecho es que las nuevas construcciones rusas tienen todo este equipamiento ahora mismo.
Nixon: Sí, pero…
Jruschov: En Rusia, lo único que tienes que hacer para conseguir una casa es haber nacido en la Unión Soviética. Aquí tienes derecho a la vivienda… En Estados Unidos si no tienes un dólar, sólo tienes el derecho a elegir dormir en la calle. Sin embargo, ustedes dicen que nosotros somos los esclavos del comunismo.
Nixon: Me doy cuenta de que usted es muy elocuente y lleno de energía…
Jruschov: Ser enérgico no es lo mismo que ser sabio.
Nixon: ¡Si usted estuviera en nuestro Senado, se le llamaría filibustero! Son aquellos que sólo se pasan hablando y no dejan que nadie más hable.
Esta exposición no fue diseñada para asombrar, sino para interesar. La diversidad, el derecho a elegir, el hecho de que tengamos mil constructores construyendo mil casas diferentes es lo más importante.
No tenemos una decisión hecha desde arriba por un funcionario del gobierno que decide por nosotros. Esa es la diferencia.
Jruschov: En política, nunca estaremos de acuerdo con ustedes. Por ejemplo a Mikoyan (viceprimer ministro soviético) le gusta la sopa muy picante, a mí no, pero esto no quiere decir que no nos llevemos bien.
Nixon: Ustedes pueden aprender de nosotros y nosotros de ustedes. Debe haber un libre intercambio. Deje que la gente elija el tipo de casa, el tipo de sopa o el tipo de ideas que quieran.
Jruschov (bromeando): Usted se ve muy enojado, como si quisiera pelear conmigo. ¿Todavía está furioso?
Nixon (bromeando): ¡Ciertamente!
Jruschov: …y Nixon alguna vez fue un abogado? Ahora está nervioso.
Nixon: Sí, (se ríe) todavía lo soy (un abogado).
Un rusoparlante: Díganos, por favor, ¿cuál es su impresión general de la exposición?
Jruschov: Está claro para mí que los trabajadores de la construcción no lograron terminar su trabajo y la exhibición todavía no está en orden…
Esto es lo que Estados Unidos es capaz de hacer y ¿cuánto tiempo ha existido? ¿300 años? 150 años de independencia y este es su nivel.
Nosotros aún no hemos alcanzado los 42 años, y en otros 7 años, estaremos en el nivel de EE.UU., y después de eso iremos más lejos.
Cuando los pasemos, los saludaremos con un "hola" y luego, si quieren, nos detendremos y diremos, "por favor, vengan detrás de nosotros".
Si quieren vivir bajo el capitalismo, adelante, cuestión suya, un asunto interno, no nos concierne. Podemos sentir lástima por ustedes, pero realmente, no lo entenderían. Ya hemos visto cómo entienden las cosas.
Una persona de EE.UU.: Sr. Vicepresidente, por lo que ha visto de nuestra exposición, ¿cree que impresionará a la gente de la Unión Soviética?
Nixon: Es una exhibición muy efectiva, y causará un gran interés. Esta mañana, muy temprano en la mañana, fui a visitar un mercado, donde los granjeros de las afueras de la ciudad traen sus artículos para vender. Solo puedo decir que hubo un gran interés entre estas personas, que eran trabajadores y agricultores, etc….
Por lo tanto, imagino que la exposición desde ese punto de vista tendrá un éxito considerable.
En cuanto a los comentarios del Sr. Jruschov, siguen la tradición que aprendimos a esperar de él de hablar extemporánea y francamente cada vez que tiene una oportunidad.
Sólo puedo decir que para que esa competencia que describió tan eficazmente -en la que planea superarnos, particularmente en la producción de bienes de consumo- beneficie a nuestros pueblos y a las personas en todas partes, debe haber un libre intercambio de ideas.
Hay algunos casos en los que pueden estar por delante de nosotros, por ejemplo en el desarrollo del empuje de sus cohetes para el investigación del espacio exterior.
Puede haber algunos casos, por ejemplo, televisión en color, donde estemos por delante de ustedes. Pero para que ambos nos beneficiemos…
Jruschov: [interrumpiendo] No, en los cohetes los rebasamos, y en la tecnología…
Nixon: [continúa hablando] Ya ve, nunca concede nada.
Jruschov: Siempre supimos que los estadounidenses eran personas inteligentes. Las personas estúpidas no podrían haber llegado al nivel económico que alcanzaron. Pero como ya sabe, "¡no derrotamos a las moscas con nuestras fosas nasales!" (que quiere decir: no estamos perdiendo el tiempo). En 42 años hemos progresado.
Nixon: No deben tenerle miedo a las ideas.
Jruschov: Estamos diciendo que son ustedes quienes no deben tenerle miedo a las ideas. Nosotros no le tenemos miedo de nada…
Nixon: Bueno, entonces, tengamos más intercambio de ideas. Todos estamos de acuerdo en eso, ¿verdad?
Jruschov: Bien. [Jruschov se vuelve hacia el traductor y pregunta:] ¿En qué estoy de acuerdo?
Nixon: [interrumpe] Ahora, veamos nuestras imágenes [en la tv a color, una innovación reciente que Jruschov no había visto].
Jruschov: De acuerdo. Pero antes quiero aclarar en qué estoy de acuerdo. ¿No tengo ese derecho? Sé que estoy tratando con un buen abogado. Por lo tanto, quiero ser inquebrantable para que nuestros mineros digan: "¡Es nuestro y no se da por vencido!"
Nixon: No hay duda de eso.
Jruschov: Eres un abogado de capitalismo, soy un abogado del comunismo. Besémonos.
Nixon: Por la forma en que habla y la forma en que domina la conversación, usted habría podido ser en un buen abogado.
Lo que quiero decir es esto: aquí puede ver el tipo de cinta que transmitirá esta nuestra conversación de inmediato, y es una muestra de las posibilidades de incrementar la comunicación. Un aumento en la comunicación nos enseñará algunas cosas a nosotros y a ustedes también. Porque, después de todo, no lo sabe todo.
Jruschov: Si yo no lo sé todo, entonces usted no sabe absolutamente nada sobre el comunismo, ¡excepto el miedo!
Pero ahora la disputa será sobre una base desigual.
El aparato es suyo, y usted habla inglés, mientras que yo hablo ruso. Sus palabras están grabadas y se mostrarán y escucharán. Lo que yo digo acerca de la ciencia no se traducirá, por lo que su gente no lo escuchará. Esas no son condiciones iguales.
Nixon: No hay un día que pase en Estados Unidos en el que no podamos leer todo lo que ustedes dicen en la Unión Soviética… Y, le puedo asegurar, nunca haga una declaración aquí pensando que no la leeremos en Estados Unidos
Jruschov: Si es así, le tomaré la palabra. Prométamelo… Quiero que usted, el vicepresidente, me dé su palabra de que mi discurso también será grabado en inglés. ¿Lo será?
Nixon: Ciertamente lo será. Y, del mismo modo, todo lo que yo dije se grabará y traducirá y se transmitirá por toda la Unión Soviética. Es un trato justo.
[Ambos hombres se dan la mano y salen del escenario, todavía hablando].
Nixon cumplió su promesa: el intercambio entre los dos líderes de la Guerra Fría, ambos defensores vehementes de sus sistemas políticos y económicos, comunicando sus puntos de vista políticos en persona y en público fueron transmitidos en su totalidad al pueblo estadounidense. El ’Debate de cocina’ también se emitió en la televisión soviética, aunque algunas de las observaciones de Nixon fueron censuradas.
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