En 1915, Albert Einstein formuló su teoría de la relatividad general. Hoy, más de 100 años después, una prueba extrema vuelve a demostrar que estaba en lo cierto.
Un nuevo estudio del Observatorio del Sur de Europa (ESO, por sus siglas en inglés) demuestra por primera vez que eran correctas sus predicciones sobre el movimiento de una estrella que pasa por el intenso campo gravitatorio que hay cerca de un agujero negro supermasivo.
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Como si fuera poco, su teoría se confirmó bajo unas condiciones mucho más extremas de las que quizás él hubiera imaginado.
Prueba superada
El "examen" que le tocó superar a Einstein fue el agujero negro supermasivo más cercano a la Tierra, llamado Sagitario A*, ubicado a 26.000 años luz de distancia, en el centro de la Vía Láctea.
Este agujero tiene una masa cuatro millones de veces la del Sol y tiene el campo gravitatorio más potente de nuestra galaxia. Por eso los científicos lo llaman un "monstruo gravitatorio".
Ese ambiente extremo lo convierte en el lugar ideal para someter a prueba la teoría de la relatividad general de Einstein.
Esta teoría predice que la luz visible debe afectarse por la gravedad, lo que hace que se modifique su longitud de onda.
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Alrededor de Sagitario A* giran varias estrellas. Una de ellas es la S2, a la que científicos del ESO han venido rastreando con un telescopio en Chile, llamado Telescopio Muy Grande (VLT, por sus siglas en inglés).
Gracias al VLT, los astrónomos siguieron a S2 cuando pasaba muy cerca de Sagitario A*, en mayo pasado.
En su punto más cercano, la estrella llegó a estar a menos de 20.000 millones de kilómetros del agujero negro y viajaba a más de 25 millones de kilómetros por hora, lo que equivale casi al 3% de la velocidad de la luz.
¿Y esto qué significa?
Estas mediciones confirman un fenómeno llamado "desplazamiento hacia el rojo gravitacional", que consiste en que la luz de la estrella se desplaza a longitudes de onda más largas debido al fuerte campo gravitatorio del agujero negro.
Su nombre se debe a que la longitud de la onda se inclina hacia la parte roja del espectro de luz.
Y aquí es donde Einstein aparece triunfante: el cambio en la longitud de onda de la luz de S2 coincidió de manera precisa con la que él predijo en su teoría de la relatividad general.
Los resultados demostraron que las ideas del científico alemán eran ciertas, y de paso contradijeron las ideas de Isaac Newton, quien excluía la posibilidad de estos cambios de la luz.
"En términos deportivos diríamos que es un 1-0 para Einstein", dijo en rueda de prensa Frank Eisenhauer, investigador que maneja varios instrumentos de medición del VLT.
Esta confirmación es importante, pues es la primera vez que esta desviación de la luz se ha observado en el movimiento de una estrella alrededor de un agujero negro supermasivo.
"Aquí, en el Sistema Solar, solo podemos probar las leyes de la física ahora y bajo ciertas circunstancias", dice en un comunicado Françoise Delplancke, jefa del Departamento de Ingeniería de Sistemas en ESO.
"En astronomía, es muy importante comprobar que estas leyes también son válidas allí donde los campos gravitatorios son mucho más fuertes".
Estos hallazgos le sirven a los científicos para entender mejor la gravedad y la física de los agujeros negros.
Y de paso, sirven para confirmar que, una vez más, Einstein se salió con la suya.
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