No fue un día cualquiera para el fútbol bielorruso, que esta semana recibió con los brazos abiertos al argentino Diego Armando Maradona.
La leyenda albiceleste asumió oficialmente su cargo como presidente del Dinamo Brest, el club más popular de esta ciudad ubicada en el suroeste del país, cerca de la frontera con Polonia.
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Maradona fue nombrado tras dejar el puesto de entrenador en el Al Fujairah después de perder la oportunidad del ascenso directo a la primera división de Emiratos Árabes Unidos.
Su llegada a Brest, tras presenciar la participación de Argentina en el Mundial de Rusia 2018, generó mucha expectativa y sus movimientos fueron seguidos de cerca por la televisión de Bielorrusia.
Tras aterrizar el lunes en un jet privado, el astro de 57 años besó el suelo y saludó a los aficionados que fueron a darle la bienvenida.
Maradona dio una conferencia de prensa en la que recibió un anillo de regalo y estuvo firmando autógrafos antes de enfundarse la camiseta del Dinamo e ir al estadio montado en un vehículo militar.
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Allí dio el puntapié inicial antes del partido entre su nuevo equipo y el Shakhtyor correspondiente a la décimo sexta fecha de la liga bielorrusa.
Maradona siguió el encuentro como un aficionado más, pero no pudo evitar la derrota del Dinamo Brest, que se mantiene sexto en la clasificación.
La contratación del legendario futbolista tiene como fin "supervisar el desarrollo estratégico del club", que nunca ha podido ganar la liga fundada en 1992 y que ha sido ganada por el BATE Borisov desde hace 12 años.
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