Las intenciones de los restauradores podían ser buenas, pero el resultado ha recibido más de una crítica.
El párroco de la iglesia de San Miguel de Estella (Navarra, España) encargó a un taller de manualidades la "limpieza" de una escultura de San Jorge, en madera policromada.
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La pieza, que data del sigo XVI y que es considerada como parte del patrimonio histórico y cultural del país europeo, lucía diferente cuando vino de vuelta. Demasiado.
Y es que las imágenes de esta intervención, que ha sido blanco de burlas en las redes sociales, muestran al santo bastante transformado.
Se pueden apreciar drásticos cambios en el color y los rasgos faciales del retratado. Lo que antes fue un guerrero con la cabeza cubierta por una capa pictórica, ahora ya no lo es más.
El mundo de la cultura española se pronunció sobre la restauración y algunos la catalogaron de "terrorífica".
"No podemos tolerar más ataques a nuestra herencia cultural", dijo en un comunicado la Asociación de Restauradores y Conservadores de España (ACRE). "Esto demuestra la falta de preparación que se requiere para este tipo de trabajo", agregó.
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No se consultó
Las instituciones locales exigen saber por qué no se les informó de los planes de la iglesia.
"El proyecto de restauración debería haber sido presentado a las autoridades, y haber esperado su aceptación", declaró a la agencia Europa Press Ana Herrera, la consejera de Cultura del gobierno foral de Navarra.
"Han usado yeso, y también el tipo de pintura incorrecto. Es posible que las capas originales de pintura se hayan perdido. Este es un trabajo para expertos y debieron haberlo hecho los expertos", criticó también Koldo Leoz, alcalde de Estella.
La compañía a la que se encargó el proyecto -Kamacolor- compartió un video en Facebook donde mostraba los pasos y etapas del proyecto, pero luego lo eliminó.
"¡Qué gran pérdida!", lamentó un usuario de Facebook en uno de los tantos comentarios que ha generado la "restauración" de la escultura. "Hacen falta sentencias de cárcel para prevenir estos ataques a nuestra herencia cultural", dijo otro.
No es el primer caso
Muchos comparan este caso con el sonado intento, en 2012, de restaurar el Ecce Homo de Borja, un mural obra del profesor Elías García Martínez (1858-1934).
En aquella ocasión, la pintura cayó en manos de Cecilia Giménez, una anciana española a la que se le encargó subsanar los daños que la obra había sufrido debido al efecto de la humedad.
La anciana puso (literalmente) manos a la obra y convirtió la importante pintura del siglo XIX en un meme imperdible.
Esta famosa "restauración" ayudó a situar el pueblito de Borja en el mapa. Allí llegaron en 2012 cientos de turistas interesados en ver y fotografiar el "remozado" Ecce Homo.
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