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La cara moderna del aborto clandestino

Las búsquedas sobre píldoras abortivas se dispararon en Google en la última década, sobre todo en los países donde las leyes sobre la interrupción del embarazo son más restrictivas.

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Las búsquedas de píldoras abortivas en internet son más del doble que hace diez años, según un estudio de la BBC sobre las pesquisas realizadas en Google en todo el mundo.

Los hallazgos demuestran también que el número de búsquedas es mayor en aquellos países donde existen leyes más restrictivas sobre el aborto.

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Cada vez más, las mujeres adquieren estos fármacos y comparten consejos médicos a través de grupos de Whatsapp para esquivar así las barreras legales a la interrupción voluntaria del embarazo.

Es la nueva cara de los abortos clandestinos.

Este fenómeno mundial coincide en América Latina con un encendido debate sobre esta cuestión en varios países de la región.

En Argentina, el Congreso debatirá el próximo 13 de junio una iniciativa para despenalizar el aborto que fue respaldada por 150.000 firmas.

Por su parte, un comité de la Cámara Baja de Brasil aprobó un cambio constitucional para proteger al feto desde su concepción sobre el que los congresistas deberán pronunciarse en una fecha aún por determinar.

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El análisis de los datos de búsquedas en Google realizado por la BBC revela que es en los países con las leyes más estrictas se realizan diez veces más búsquedas de productos como la píldora anticonceptiva Misoprostol.

Este es uno de los fármacos que se suelen utilizar para inducir un aborto.

Mientras que en lugares como Reino Unido las mujeres pueden obtener de su médico una receta para comprar legalmente esta píldora, quienes la adquieren de manera ilegal en muchos otros países se enfrentan a severos castigos.

Según los datos de Google, Ghana y Nigeria son los países en los que se registra un mayor interés por Misostropol.

En Ghana el aborto solo está permitido en los casos de violación, incesto, malformación fetal o para proteger la salud mental de la embarazada.

En Nigeria solo se autoriza si la vida de la madre está en riesgo por el embarazo.

De los países con mayor interés, 14 están en América Latina y 11 en África.

La BBC informó recientemente sobre un grupo de Whatsapp que opera en Brasil como punto de encuentro y ayuda para las mujeres que quieren conseguir estas píldoras y buscan consejo sobre cómo tomarlas.

"Cómo abortar"

Los datos del buscador más popular muestran además los términos exactos utilizados en las búsquedas más frecuentes.

"Píldoras abortivas" es uno de los más frecuentes. "Cómo abortar" es la pregunta más repetida en dos terceras partes de los países estudiados.

Queda patente que, además de para encontrar píldoras abortivas, muchas personas recurren a internet en busca de métodos para provocarse un aborto.

El perejil, la canela, la vitamina C, las aspirinas y los conocidos como tés para abortar aparecen como los métodos más consultados.

En la mitad de los países resultó que "remedios caseros para abortar" fue una de las frases más buscadas.

Un estudio realizado en el área del África subsahariana sobre el uso de los tés abortivos concluyó que estas plantas afectaron al útero y tuvieron muchos efectos secundarios en numerosos casos.

El trabajo concluyó que era muy difícil para las mujeres controlar la dosis necesaria y los efectos secundarios.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no considera seguros ninguno de los métodos caseros que se buscan en Google.

Peligro sin formación adecuada

La OMS estima en 25 millones los abortos no seguros que se practican al año en el mundo, lo que supone un 45% del total.

Aunque píldoras como el Misostropol son considerados habitualmente métodos abortivos seguros, cuando los administra una persona sin la formación adecuada pueden suponer un riesgo.

"Incluso si la calidad de las sustancias es perfecta y se sigue el protocolo al pie de la letra, hay un porcentaje de intentos de abortar que no terminan bien", dice Dhammika Perera, directora médica global de la ONG Marie Stopes International.

Cuando una mujer compra las píldoras por internet o se las suministra una persona sin formación aumentan las posibilidades de un aborto fallido.

Además, en muchos casos no buscarán atención médica si algo va mal.

"El estigma, los costes o el aislamiento geográfico pueden hacer que las mujeres tengan dudas y pongan su vida en riesgo", indica Perera.

Uno de estos casos recientes de los que tuvo conocimiento la BBC fue el de Arezoo, una estudiante de Derecho iraní que descubrió que estaba embarazada del joven con el que mantenía una relación desde hacía cinco años.

Arezoo contó que la pareja siempre había tomado preocupaciones, pero ella quedó embarazada.

"Entre en todas las clínicas de ginecólogos que vi", dijo.

"Cuando los doctores descubrían que necesitaba abortar pero no estaba casada, me rechazaban de inmediato".

"La peor pesadilla"

Terminó por falsificar unos documentos para hacer creer que estaba divorciada y convencer a un médico de que la ayudara.

"Me cobró un ojo de la cara por ocho pastillas", relató. Pero el tratamiento no surtió efecto.

Buscando en internet, Arezoo encontró una asociación que envía píldoras para abortar a mujeres en los países donde no está permitido. Allí encontró asesoramiento y apoyo.

La ingestión de las píldoras le provocaron una gran hemorragia pero el aborto no fue completo, así que acudió apresuradamente a un hospital privado acompañada de su hermana.

"Mentí. Les dije que mi marido estaba en Francia y mis documentos en una caja fuerte en algún lugar y que necesitaba un aborto seguro".

El personal de la clínica se mostró reticente, pero finalmente logró abortar.

"Después de todas esas mentiras, fui finalmente admitida y se me aplicó el procedimiento de la succión. Fue la peor pesadilla de mi vida", recuerda.

Cuando el aborto se complica es necesario consultar a un médico. Este recomendará medicación adicional o una intervención quirúrgica, en función de la situación.

Al menos 22.800 mujeres mueren cada año como resultado de complicaciones de abortos no seguros, según los cálculos del Guttmacher Institute, una organización estadounidense dedicada a la salud sexual y reproductiva.


Como parte de la temporada especial de la BBC 100 Mujeres/100 Women, este es un reportaje de Amelia Butterly, con la colaboración de Dina Demrdash, Nathalia Passarinho y Ferenak Amidi. El análisis de datos lo completó Clara Guibourg.


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