Milo Sutcliffe necesitó 26 dosis de un antídoto contra el veneno de culebras después de que lo mordiera la cabeza de una serpiente de cascabel que él mismo acababa de decapitar en Texas.
Jennifer Sutcliffe le dijo al canal de televisión KIII-TV que su esposo se encontraba en el jardín de su casa, en Corpus Christi, cuando vio la víbora y la decapitó.
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Cuando fue a recoger las partes del animal para deshacerse de ellas, la cabeza lo mordió.
Sutcliffe indicó que inmediatamente su esposo empezó a sufrir convulsiones y a perder la visión.
Fue trasladado vía aérea a un hospital donde fue tratado con CroFab, un antídoto contra el veneno de serpientes.
Una semana después del incidente, se reportó que se encuentra en condición estable, aunque con la función renal aún debilitada.
Leslie Boye, doctora especializada en antídotos contra venenos de serpientes del Instituto VIPER de la Universidad de Arizona, advirtió contra los intentos de matar serpientes, especialmente de cortarlas.
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"Es cruel con el animal y deja a la persona con un pedazo para recoger que es venenoso", le dijo al sitio web de noticias Gizmodo.
Se muerden ellas mismas
El reflejo de morder de una culebra se puede activar incluso varias horas después de su muerte.
En el blog de 2013 de National Geographic: How Did a Decapitated Snake Bite Itself? ("¿Cómo una serpiente decapitada se muerde a sí misma?"), Jaclyn Skurie investigó "cómo estos reptiles flexibles y sin extremidades pueden moverse hasta una hora después de su muerte" y contactó a James Murphy, Jefe del Centro de reptiles del Parque zoológico nacional Smithsoniano en Washington.
"Las serpientes tienen la capacidad de morder e inyectar veneno incluso después de que la cabeza ha sido cortada y aunque esté muerta", señaló el experto.
Incluso estos reptiles pueden llegar a morderse a sí mismos cuando los cortan para matarlos.
"Eso (su cuerpo) es lo que tienen disponible, es lo que tienen al lado. Incluso cuando le quitas la cabeza, una serpiente puede seguir mordiendo y abriendo la boca".
No intentar matarlas
Cuando Skurie le preguntó al experto qué hacer si encuentra una serpiente en su jardín, el especialista recomienda alejarse y no intentar matarla.
"Así es como ocurre la mayoría de las picaduras. Desde la perspectiva de un herpetólogo, no quiero ver ninguna serpiente muerta. Si la gente intenta capturar o matar una serpiente y no tiene experiencia, pueden arriesgarse a ser mordidas".
Se estima que cada año mueren unas 100.000 personas en el mundo por picaduras de serpientes de diferentes tipos.
La mayoría de las víctimas, muchas de ellas niños, viven en zonas rurales del África subsahariana.
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