Daniel Beckwitt, un millonario estadounidense de 27 años, pensaba que podría ser víctima de un ataque nuclear.
Tenía miedo de las "amenazas internacionales, incluso desde Corea del Norte", según su abogado.
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Por ello, decidió construir un búnker debajo de su casa en Bethesda, Maryland, un barrio de clase alta de Washington DC, Estados Unidos.
Para ello contrató a Askia Khafra, un joven de 21 años.
Pero en septiembre de 2017 hubo un incendio en la red de túneles abierta debajo de la casa y el joven trabajador murió.
Beckwitt, que se dedica a la compra y venta de acciones en bolsa, fue acusado de homicidio involuntario.
La sentencia emitida por la corte de Bethesda la semana pasada, lo califica de "asesinato de segundo grado con un corazón depravado" porque dice que Beckwitt actuó con indiferencia despreocupada por la vida humana.
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"Condiciones peligrosas"
El sistema de túneles de 60 metros, oculto a seis metros por debajo del sótano de Beckwitt, estaba equipado con una "cadena de cables" de energía eléctrica, según las pruebas presentadas por los fiscales.
Los documentos judiciales citan condiciones peligrosas de acumulación dentro de la casa y afirman que el acusado era "claramente consciente de la probabilidad de que se desencadenara un incendio". Sin embargo, no hizo nada para evitarlo.
La policía también describió que había "grandes pilas de basura y artículos desechados esparcidos por toda la casa" y "senderos angostos en forma de laberinto", lo que dificultaba el movimiento dentro de la vivienda.
Cuando se desató el incendio el pasado 10 de septiembre, Beckwitt pudo escapar de la casa y avisó al personal de emergencia de que había otra persona adentro.
Más tarde, Khafra fue encontrado muerto por inhalación de humo y quemaduras.
Conocidos por internet
Los fiscales del caso aseguran que Beckwitt hizo todo lo posible para evitar que la víctima, a quien conoció por internet, supiera dónde estaba trabajando realmente, según informa el diario The Washington Post.
Beckwitt obligó a Khafra a ponerse unas gafas oscuras cuando lo recogió en su casa en un auto de alquiler. Además, condujo cerca de una hora para que el trabajador no supiera la ubicación de la casa.
Khafra trabajó durante días en el sótano, comiendo e incluso yendo al baño en el mismo lugar, según los fiscales.
"Trágico accidente"
Horas antes de su muerte, el trabajador envió un mensaje de texto a Beckwitt para decirle que olía humo en el túnel.
Beckwitt intentó ajustar los interruptores automáticos, lo cual, según afirma el Fiscal Asistente del Estado, Douglas Wink, es evidencia de que conocía el "peligro inminente de incendio" del búnker.
Su abogado defensor, Robert Bonsib, argumentó que Khafra disfrutaba del trabajo y había publicado fotos en las redes sociales sobre el progreso del túnel.
"Este es un trágico accidente que involucra la muerte de un joven que participó plenamente en estas actividades, y era consciente de lo que estaba pasando", dijo Bonsib después del arresto de su cliente.
Cuando se le preguntó si la víctima estaba allí en contra de su voluntad, Bonsib respondió: "Diablos, no".
Señaló además que Beckwitt hizo repetidas llamadas al 911 y que fue internado en el hospital para recibir tratamiento médico.
Durante el juicio, el abogado Bonsib describió a su cliente como un "individuo inusual" mientras Beckwitt asentía con la cabeza, según el diario The Washington Post.
Este viernes, el juez ordenó que Beckwitt fuera liberado tras depositar una fianza de US$100.000, aunque deberá volver a la corte para declarar.
Tras el incendio, funcionarios del condado de Montgomery presentaron una demanda civil, alegando que la red de búnkeres se extendió más allá de los límites de la propiedad, informa Fox News.
Beckwitt y su padre, David, quien es dueño de la casa, rechazaron esta reclamación.
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