"Fue como si estuviera viendo una película de zombis".
Ese fue el comentario que hizo a la BBC Iván Yakovina, un periodista ruso exiliado en Ucrania, cuando vio a su colega Arkady Babchenko "regresar de la muerte" un día después de que se informara que había sido asesinado en un supuesto complot organizado desde Moscú.
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A pesar del júbilo de muchos, las autoridades en Ucrania han sido criticadas por el montaje de la muerte del periodista, cuestionando el propósito y justificación del engaño, así como del daño colateral que pueda tener.
Mientras los servicios de seguridad de ucranianos se jactan de haber realizado un operativo "brillante", se advierte del daño que se ha hecho a la credibilidad del periodismo y del gobierno.
Algunos observadores señalan que se trató de un intento de propaganda para levantar la imagen del impopular presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, y que el único beneficiado es el presidente de Rusia, Vladimir Putin, que tendrá argumentos para condenar lo que dice es una histeria antirrusa internacional.
Estas son las claves para entender el escándalo y sus consecuencias.
1. ¿Qué pasó?
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El martes, la esposa de Arkady Babchenko dijo haber encontrado al periodista tendido frente a la entrada de su apartamento con heridas de bala en la espalda.
El periodista contó este jueves que habían enviado a su casa a un maquillador de artistas para crear esa apariencia. Además, le dieron una camiseta con agujeros de bala y lo rociaron con sangre de cerdo.
Babchenko fue llevado de urgencia en ambulancia con unos médicos que también estaban cooperando en el complot y que lo dieron por muerto.
Ya en la morgue, "resucitó", se lavó y se vistió. "Luego miré las noticias y vi qué gran tipo era yo".
Un conocido crítico del gobierno de Vladimir Putin, el periodista había abandonado Rusia en 2017 después de recibir amenazas de muerte y continuó denunciado que su vida corría peligro.
El dedo acusatorio señaló a Moscú como el organizador del atentado pero, en un sorprendente giro, Arkady Babchenko reapareció sano y salvo en una rueda de prensa en Kiev.
Explicó que había participado en un montaje con el servicio de seguridad de Ucrania (SBU), para desarticular un plan ruso para asesinarlo.
"No hubo otra opción", declaró.
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, dijo que su gobierno estaría ofreciendo protección al periodista y su familia. "Es improbable que Moscú se calme", indicó.
2. ¿Cómo se justifica el incidente?
El director del SBU, Vasyl Hrytsak, afirmó que habían coordinado una compleja operación encubierta para arrestar a asesinos a sueldo pagados por las fuerzas rusas.
Babchenko dijo haber sido informado un mes atrás de que había un plan para matarlo y decidió colaborar con el operativo.
Hrytsak aseguró que las fuerzas de seguridad rusas habían reclutado a un ciudadano ucraniano para buscar asesinos. Éste había ofrecido US$30.000 a varios conocidos, uno de los cuales reveló el complot al servicio de seguridad.
Según el SBU, lograron infiltrar a uno de sus agentes dentro del equipo de asesinos con la idea de que fuera él quien "asesinara" al periodista para luego recolectar el pago, descubriendo así quién estaba detrás.
Los funcionarios ucranianos declararon la operación como un "éxito" que resultó en un arresto y, dicen, recopilación de inteligencia y evidencia.
"Fue la única manera de sacar a la luz el plan ruso", expresó a la BBC Iván Yakovina, el también periodista ruso radicado en Ucrania.
Señaló que aunque la operación coincide mucho con el estilo de Babchenko -"que le gustan las situaciones y acciones truculentas"- es muy posible que como extranjero trabajando en Ucrania se vio obligado a seguir las órdenes de Kiev.
No obstante, Yakovina reconoce que la reputación periodística de su colega pudo haber quedado dañada.
Por su parte, la parlamentaria ucraniana Svitlana Zalishchuk declaró que si las consecuencias son una pérdida de credibilidad "ese es el precio que había que pagar" para poder llegar a los que coordinaron el plan para asesinar a Babchenko.
Zalishchuk insistió en que la operación encubierta movilizó a la ciudadanía y a la opinión internacional en torno a la seguridad de los periodistas rusos en Ucrania amenazados por Moscú.
3. ¿Cuáles han sido las reacciones?
A pesar de las justificaciones, no hay duda de que la credibilidad tanto del gobierno como del periodismo ha quedado comprometida.
Un funcionario de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) acusó a Ucrania de propagar "información falsa".
"Deploro la decisión de propagar información falsa con la vida de un periodista", Harlem Desir, representante de libertad de prensa de la OSCE.
"Es el deber del Estado de proveer la información correcta al público".
La ONG Reporteros Sin Fronteras declaró que las acciones de Ucrania respondían a "una guerra mediática".
Su director Christophe Deloire, dijo que el grupo "expresa su aguda indignación al conocer que la manipulación del servicio secreto ucraniano se realizó como parte de una guerra mediática".
Añadió que "siempre es muy peligroso para los Estados jugar con los hechos, especialmente a costa de los periodistas".
De otra parte, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zakharova, describió la operación ucraniana como "una farsa", realizada para "efectos propagandísticos".
El expresidente de la otrora república soviética de Georgia y también político ucraniano Mikheil Saakashvili resaltó que no era inusual que Kiev hiciera declaraciones de eventos que nunca han sucedido.
Saakashvili, que no es amigo de Moscú pero tampoco de Kiev, tildó a los agentes del SBU como ineficientes y dados a difundir acusaciones falsas.
Dijo que la mayoría son exagentes no reformados de la antigua KGB soviética que no han podido proteger a los periodistas rusos asesinados en territorio ucraniano ni encontrar a los culpables.
4. ¿Qué dice el escándalo de la situación en Ucrania?
Los altamente histriónicos eventos en torno al fingido asesinato de Babchenko tienen un contexto más amplio.
Saakashvili acusó al presidente Poroshenko de manipular el operativo encubierto para efectos de propaganda.
"Es un desesperado intento de mejorar su imagen" ante las próximas elecciones en las que tiene "cero posibilidad de salir reelegido", aseguró.
El expresidente de Georgia es un rival político de Poroshenko pero su crítica es respaldada por el periodista británico Misha Glenny, especializado en Europa Oriental y crimen organizado.
"Ucrania está pasando por un período muy difícil", dijo a la BBC. "El presidente está en aprietos electorales y también tiene una relación bastante problemática con Occidente".
Desde la perspectiva de Occidente, Poroshenko no ha aplicado las medidas anticorrupción que le exigen, dijo Glenny, además Ucrania está enfrascada en una seria lucha sobre suministro de combustibles.
Alemania firmó un acuerdo con Rusia para construir un gasoducto directo entre los dos países sin tener que pasar por Ucrania y han entablado una demanda en los tribunales internacionales contra el gigante energético ruso Gazprom, explicó el periodista.
"Es un completo desastre y concebible que el SBU creó esta situación para generar una reacción positiva en Ucrania pero parece que les ha salido el tiro por la culata", agregó.
Otra consecuencia de este montaje es que ahora Rusia está vinculando el caso Babchenko con el envenenamiento en Reino Unido de exagente ruso Segei Skripal y su hija Yulia.
"Están diciendo que es un intento concertado entre Occidente y sus aliados ucranianos para desacreditar a Rusia", reportó Misha Glenny.
"El resultado final es un caos en el que nadie sabe lo que es verdad y lo que no lo es", concluyó.
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