"El "sisu" te permitirá atravesar el granito", solía decir mi suegra.
Si miras las enormes áreas grises de granito que se extienden desde la edad de hielo por el campo y los bosques finlandeses, te darás cuenta de que atravesarlos no sería solo difícil, sino prácticamente imposible.
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"Sisu" en finlandés significa fuerza, perseverancia en una tarea que para algunos puede parecer una locura, casi algo imposible de hacer.
Mi suegra vivió los bombardeos de la Guerra del Invierno (1939-1940), cuando Finlandia fue atacada por el ejército soviético, muy superior, pero se las arregló para oponer resistencia hasta lograr su independencia.
En 1940 el diario New York Times publicó un artículo titulado "Sisu: una palabra que explica Finlandia".
El origen de esta palabra está en "sisu", que literalmente significa en finlandés "entrañas" o "intestinos".
Pero, en qué consiste esta cualidad casi mítica que parece ser tan finlandesa?
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"Es algo especial reservado para los momentos especialmente desafiantes. Cuando sentimos que estamos al final de lo que es nuestra capacidad preconcebida. Se podría decir que sisues energía, determinación ante las adversidades que son más duras de lo habitual," explica Emilia Lahti, investigadora de sisude la universidad Aalto de Helsinki.
El camino de fascinación de Lahti por el sisuresponde a una historia personal de supervivencia y éxito después de una relación abusiva física y psicológicamente.
Además de investigadora se convirtió en una activista y una promotora del sisu.
"Todos tenemos momentos en los que tenemos que ir más allá de lo que creemos posible, más allá de la fortaleza física, emocional y psicológica. Y entonces tenemos una fuerza especial que nos permite continuar incluso cuando creímos que no podíamos", dice Lahti.
Para los finlandeses, esa "segunda corriente" de fuerza interna es el sisu.
¿Cuánto significado puede haber en una palabra?
La historia del concepto bien puede ayudarnos a entender su resonancia aún hoy en día en la cultura finlandesa.
En 1745, el obispo finlandés Daniel Juslenius, definió "sisucunda" en su diccionario como la ubicación dentro del cuerpo humano de donde vienen las emociones fuertes.
"Con la filosofía luterana esta palabra pasó a denotar más bien una característica negativa, para alguien que no sigue órdenes, alguien que no encaja", dice Lahti. Pero la idea de sisu finalmente fue valorada por los intelectuales como una cualidad particularmente finlandesa durante el periodo en el que se construía una nueva nación.
El sisu también se podría interpretar como la cohesión social que ayudó a definir la nación después de que Finlandia se independizara de Rusia en 1917.
"En la década de los 1920 necesitaban encontrar algún tipo de caracterización para Finlandia como una nación independiente. Así que el sisu fue algo muy positivo", destaca el historiador cultural Rauno Lahtinen, de la Universidad Turku.
"Nos dio la sensación de que tenemos algo positivo. Nos dio el porqué de nuestra supervivencia al frío como nación. Éramos una nación joven buscando ese tipo de imágenes de sí misma. Todo esto fortaleció la idea de que había algo especial en los finlandeses".
Durante los últimos 100 años la historia finlandesa ha reforzado la noción del sisu como un rasgo particularmente finlandés.
Después de la Guerra de Invierno, Finlandia le pagó a la Unión Soviética honradamente el total de sus reparaciones, a pesar de la gran dureza que eso significó para la nación, y así evitó nuevas amenazas a su independencia.
El sisu capturó el sentimiento de la impresionante supervivencia del país.
La fuerza detrás de la heroicidad nacional
La palabra también se usa con frecuencia para explicar los logros deportivos de Finlandia y las hazañas de resistencia física.
Veikka Gustafsson se convirtió en un símbolo nacional del sisu en la década de los 90, después de convertirse en 1993 en el primer finlandés que subió a la cima del Everest.
Para 2009 había escalado las 14 cimas del mundo de más de 8.000 metros de altura sin portar oxígeno complementario.
Gustafsson se convirtió así en la novena persona de la historia en conseguirlo. También subió cimas en la Antártica y precisamente a una de ellas la bautizó como "Monte Sisu".
Pero Gustaffson no solo nombró una montaña a partir de ese concepto: ese es también el nombre de su hijo de 5 años, que durante un tiempo fue además la cara de un popular dulce finlandés llamado "pasteles o pastillas sisu".
Habiéndose convertido en la encarnación física del sisu, ¿a quién admira Gustaffson por tener esa cualidad?
"Si pienso en los Sherpa de Nepal, ellos tienen mucho, mucho sisu. Y creo que la gente de la etnia Balti, que nos ayudaron en las expediciones de Pakistán. Ellos también tienen mucho, mucho sisu", dice.
El lado menos brillante del sisu
Pero a pesar de todo, el sisu también tiene sus desventajas.
Hasta el propio Gustafsson admite que el sisu denota un elemento de cabezonería.
"Yo hago lo mío. Si tienes sisu, no solo sobrellevas la adversidad sino que tienes lo que Emilia Lahti llama ’implacabilidad silenciosa’," dice Gustafsson.
El sisu también puede hacer que sea difícil admitir una debilidad.
"Es difícil pedir ayuda. Te arriesgas a perder algo de valor si admites una debilidad. Eso es un desafío en una cultura que le da tanto valor al sisu, me dice Emilia Lahti.
Si aguantas algo demasiado los resultados podrían ser malos: "Puedes acabar quemado". También le puedes hacer daño a otras personas si tienes demasiado sisu, advierte la experta.
"Es casi demasiado fácil imponerle a otras personas esta actitud tan cruel. Y es muy duro convivir con personas así".
Lahti destaca la importancia de combinar el sisu con la compasión, tanto hacia ti como hacia los demás.
Entretanto, el papel del sisu como un instrumento de cohesión social en Finlandia parece estarse reduciendo. No resulta tan atractivo para las generaciones más jóvenes.
Aino Niemi, un finlandés de 23 años, está de acuerdo en que el sisu se ha convertido en una especie de tópico o lugar común. "Por ejemplo, cuando Finlandia gana el campeonato mundial de hockey sobre hielo estamos orgullosos de tener sisu," dice.
"Pero la mayor parte del tiempo el sisu no es importante, la gente joven ni siquiera se siente orgullosa de ser finlandesa ni de tener sisu, con frecuencia piensan que las cosas son mejores en el extranjero".
Exportación nórdica
Lahti enfatiza que muchas otras culturas tienen conceptos comparables al sisufinlandés : la "ganbaru" japonesa, que significa seguir adelante con tenacidad en tiempos difíciles.
En Reino Unido también existe la actitud del "stiff upper lip", que hace referencia literal a una tensión del labio superior para no quejarse y guardar la compostura, algo de lo que los británicos se enorgullecen desde hace siglos.
Pero es el sisu el concepto que parece haber llamado más la atención en el extranjero. Eso quizás se deba a la idea extendida de que los países nórdicos guardan el secreto de la satisfacción personal.
Antes del sisu el mundo se enamoró de otro concepto nórdico exportable, la palabra danesa y noruega de "hygge", que podría traducirse como una acogedora comodidad casera, y la sueca "lagom", que hace referencia al equilibrio, la moderación y la simplicidad.
Mientras escribo esto otro pasatiempo finlandés amenaza con desplazar al sisu del foco de atención.
Se trata del concepto de ’kalsarikännit’, que significa emborracharse en casa en ropa interior. Ya existe un emoji para ilustrar este concepto.
A muchos les gusta pensar que estas maneras finlandesas de hacer las cosas podrían hacernos felices e independientes, algo que es cierto para muchos finlandeses.
Pero en realidad, es la inversión en las necesidades educativas y sociales de la población lo que hace que la gente se sienta más satisfecha con sus vidas.
El sisu claramente no es la única explicación para el éxito finlandés, pero Gustafsson está convencido de que el país no sería el mismo sin esa cualidad.
"Si no hubiera sido por el sisu, yo estaría hablándote en ruso", me dijo, en referencia al ataque soviético de 1939, cuando Finlandia se las arregló para preservar su independencia.
Vivas donde vivas, vale la pena recordar aún hoy ese mismo espíritu de resiliencia: "Los obstáculos más grandes están entre tus orejas, eso es lo que nos decimos a nosotros mismos".
Lee en este enlace el artículo oríginal en inglés de BBC Capital
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