A Sam le diagnosticaron trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) a los 44 años.
Llevaba toda una vida enfrentando dificultades, con "una ansiedad casi constante". No lograba, por ejemplo, mantener un puesto de trabajo estable.
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"Llega un punto en el que ya no aguanto más", le cuenta esta británica al programa Victoria Derbyshire de la BBC.
"Siempre pensé que se debía a que no tenía fuerza de voluntad, a que no podía sobrellevar situaciones estresantes".
"O me aburro demasiado o me frustro de más o de verdad pienso que estoy haciendo un trabajo tan malo que es mejor aliviar a mis jefes".
Ahora Sam forma parte del creciente número de adultos en Reino Unido que son diagnosticados con TDAH, un trastorno mayoritariamente identificado en la infancia.
Los adultos son, de hecho, el grupo demográfico que más está creciendo entre los pacientes diagnosticados.
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Ahora Sam toma una pastilla al día, un estimulante de acción lenta, que lo ha cambiado todo.
"Al principio me daba un poco de miedo porque pensé que esto se convertiría rápidamente en algo de lo que tendría que depender para toda la vida", cuenta.
"Pero desde la perspectiva de sobrevivir al día a día, ha cambiado totalmente mi vida".
"Un gran impacto" si no se trata
Hasta los médicos tienden a considerar el TDAH como un trastorno de niños.
En Reino Unido solo fue reconocido como una condición también de adultos en 2008, pero es difícil calcular a cuántas personas mayores de edad podría afectar.
Según el servicio británico de salud pública, NHS por sus siglas en inglés, los síntomas del trastorno son la impulsividad, la hiperactividad y la falta de atención.
Con frecuencia puede conllevar problemas de salud mental asociados, como una ansiedad severa o depresión.
Es posible desarrollar TDAH en la edad adulta, después de una lesión cerebral, por ejemplo, pero la mayoría de quienes son diagnosticados a edades avanzadas arrastran el trastorno desde que nacieron.
"Todavía hay mucha ignorancia", dice Tony Lloyd, director de la organización británica ADHD Foundation, que apoya a pacientes con el trastorno.
"Muchos de los adultos que me visitan ahora me dicen ’pensé que el TDAH era cosa de niños revoltosos’".
"Recién empezamos ahora a entender que el TDAH no diagnosticado y no tratado puede tener un gran impacto para la salud, el bienestar y la probabilidad de empleo de una persona, así como para sus oportunidades en la vida", añade Lloyd.
Los especialistas todavía desconocen las causas exactas de este trastorno, pero hay un creciente consenso de que se trata de un motivo biológico.
Se especula que una compleja combinación de factores genéticos y ambientales conlleva a la falta de los neurotransmisores químicos dopamina y noradrenalina en el cerebro.
Hace décadas que existe medicación para tratar el trastorno. La mayoría de los fármacos son estimulantes diseñados para potenciar artificialmente los niveles de esos neurotransmisores.
"Metabolizarlos lleva una hora y, clic, empiezan a funcionar", dice Sam. "No hay ansiedad y sigues adelante con tu día, así de fácil".
Pero puede haber efectos secundarios.
Para Sam son pequeños "en comparación con la diferencia que la medicación ha marcado en mi vida", dice.
No obstante, el fármaco más recetado en Reino Unido, el metilfenidato, también abreviado como MFD, está asociado a un mayor riesgo de malformaciones de corazón en los bebés cuyas madres consumieron esa medicación durante el embarazo, de acuerdo a un estudio de la revista JAMA de 2017.
¿Demasiadas recetas?
Tanto en Reino Unido como en Estados Unidos las recetas de tratamientos para el TDAH, en niños y adultos, ha aumentado notablemente en los últimos años.
Y ese incremento en el uso de medicamentos es controvertido.
"A mí me preocupa mucho", dice la doctora Joanna Moncrieff, profesora de la londinense University College London.
"Es importante que la gente se dé cuenta de que están tomando una sustancia que altera la mente; es esencialmente una dosis baja de metanfetamina o de una sustancia que es muy parecida a la anfetamina", explica.
Pero muchos otros psiquiatras desestiman esa preocupación, argumentando que estas píldoras estimulantes le permiten a mucha gente controlar su trastorno.
"El verdadero efecto de darle a alguien medicación para el TDAH es que se siente bien, tiene una sensación de normalidad", defiende la doctora Helen Read, una psiquiatra especializada en el trastorno en adultos.
"Eso puede sonar como algo insignificante, pero para alguien que ha tenido dificultades durante toda su vida para hacer las cosas que al resto de la gente le resultan fáciles, eso es absolutamente increíble".
"Paralizante"
A Zoe Twin, de 21 años, le diagnosticaron el trastorno en la adolescencia, cuando tenía unos 15 años.
Para esta joven de Kent, en Inglaterra, el TDAH era "mentalmente debilitante".
"Te abrumas y entras en un estado de parálisis porque no puedes decidir qué es lo más importante".
Zoe no podía concentrarse ni en su trabajo ni en sus exámenes de secundaria y desarrolló depresión.
Empezó a tomar medicación, pero a raíz de una mala experiencia la dejó a los 16 años.
Los síntomas no desaparecieron.
Después de una crisis los médicos volvieron a tratarla, esta vez como adulta, y le recetaron un tratamiento distinto, un estimulante de acción lenta.
"Me permite concentrarme y establecer mis prioridades", afirma.
"Me gustaría pensar que no lo voy a necesitar toda la vida, porque no sabemos cuál es el efecto a largo plazo, pero de momento es lo que necesito", agrega Twin.
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