La hija de un exespía ruso envenenada en al ciudad de Salisbury, en el sur de Inglaterra, dijo que tenía suerte "de estar viva" después del ataque.
El 4 de marzo, Yulia Skripal y su padre, Sergei, estuvieron expuestos al letal agente nervioso Novichok en esa ciudad que se encuentra a unos 140 kilómetros de Londres.
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En su primera declaración pública filmada desde el ataque, Skripal le dijo a la agencia Reuters que su vida había quedado "patas arriba" pero que esperaba poder regresar a Rusia en el futuro.
Su padre ya fue dado de alta a mediados de mayo.
Skripal estuvo internada durante seis semanas en un hospital de Salisbury, donde también pudo recuperarse tras responder "excepcionalmente bien" al tratamiento, según los médicos.
Le contó a la agencia noticiosa que continuaba "progresando" con la terapia y que se estaba concentrando en su recuperación.
"Después de 20 días en coma, me desperté ante la noticia de que nos habían envenenado. Todavía encuentro difícil aceptar el hecho que ambos hubiésemos sido atacados de esa forma".
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Skripal agradeció la oferta de ayuda de la embajada de Rusia en Reino Unido, pero añadió que ella y su padre no estaban "preparados para aceptarla".
También elogió aquellos que la habían tratado desde el ataque, describiéndolos como "maravillosos y amables".
"Tenemos mucha suerte de que ambos sobrevivimos este intento de asesinato", expresó.
"No quiero describir los detalles, pero el tratamiento clínico fue invasivo, doloroso y deprimente". Y señaló: "Nuestra recuperación ha sido lenta y penosa".
Durante la entrevista se pudo ver una cicatriz en la garganta de Skripal, causada por una traqueotomía (un procedimiento para asistir a la respiración de los pacientes).
Skripal añadió que estaría viviendo "un día a la vez" y que esperaba cuidar a su padre hasta que se recuperara por completo.
Yulia Skripal dio su declaración en cámara en ruso, pero también se publicó una traducción en inglés, escrita a mano.
También solicitó que su privacidad y la de su padre fueran respetadas.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, dijo que su país había intentado continuamente de comunicarse con Yulia Skripal para "recibir la información directamente de la fuente".
"Queremos que Yulia Skripal sepa que no pasó un solo día en que el Ministerio de Exteriores de Rusia y la embajada rusa en Londres no trataron de buscar hacer contacto con ella, con el principal objetivo de cerciorase de que no estaba siendo retenida a la fuerza, que nadie estaba haciendo las veces de ella", afirmó la funcionaria.
Antes de la declaración de Yulia, ella y su padre habían sido trasladados a un lugar seguro, pero no está claro si estaban juntos.
Temores de juego sucio
Yulia Skripal, de 33 años, y su padre de 66 fueron encontrados desplomados en un banco después del envenenamiento.
El detective sargento de la policía del condado de Wiltshire, Nick Bailey, que fue el primero en llegar al lugar de los hechos, también fue internado en el hospital para recibir tratamiento y fue el primero en ser dado de alta.
Reino Unido acusó a Rusia del atentado y anunció una serie de sanciones que incluyeron la expulsión de 23 diplomáticos rusos.
Moscú niega haber jugado papel alguno y, en represalia, ordenó la salida de diplomáticos británicos de Rusia.
La embajada rusa en Reino Unido expresó dudas sobre la legitimidad de la declaración, aludiendo a que estaba escrita por "un angloparlante nativo".
En un comunicado dijo: "Reino Unido tiene la obligación de darnos la oportunidad de hablar directamente con Yulia para asegurarnos de que no está siendo retenida contra su voluntad y de que no está hablando bajo presión".
Entretanto, continúan las labores de descontaminación en la ciudad de Salisbury, que han encontrado las mayores concentraciones de Novichok frente a la puerta de los Skripal.
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