En apenas 11 minutos, Donald Trump anunció el martes su movida más relevante y arriesgada de política exterior como presidente de Estados Unidos: la ruptura del pacto nuclear con Irán.
Se trata de una decisión de consecuencias potencialmente globales, que irían desde Medio Oriente hasta Asia Oriental y dejan una brecha creciente entre Europa y su viejo aliado Washington.
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Hay dos factores que vuelven el anuncio de Trump aun más trascendente.
El primero es que está en juego un acuerdo para evitar que Iran desarrolle armas nucleares, y su agonía relanza la perspectiva de tensiones crecientes y temores de guerra en la región.
El segundo es que Trump evitó sugerir un plan alternativo al pacto alcanzado en 2015 por su antecesor Barack Obama con Alemania, China, Francia, Reino Unido y Rusia, además del propio Irán, tras más de dos años y medio de arduas negociaciones.
El mandatario dijo desde la Casa Blanca que el acuerdo "no trajo calma, no trajo paz y nunca lo hará".
Pero algunos advierten que la alternativa de quedarse sin nada puede ser bastante peor.
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"Este es el mejor trato que va a tener, señor Trump", le dice a BBC Mundo Howard Stoffer, un exmiembro del servicio exterior de EE.UU. que trabajó en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
"Abrir divisiones"
El pacto con Irán implicó que este país limitaría sensiblemente su programa de energía atómica a cambio de que Occidente levantara las sanciones contra Teherán.
Trump había expresado su rechazo al acuerdo desde antes de llegar a la Casa Blanca, pero su decisión de abandonarlo y restablecer las sanciones de EE.UU. contra Irán inquietó hasta a sus aliados europeos, que habían intentado convencerlo de otra cosa.
"Francia, Alemania y Reino Unido lamentan la decisión estadounidense", indicó el presidente francés, Emmanuel Macron, afirmando que está en juego el régimen de no proliferación nuclear.
En un comunicado conjunto, los tres países europeos pidieron a Irán que siga "cumpliendo con sus propias obligaciones" emanadas del acuerdo y muestre moderación en su respuesta a la decisión de Trump.
El presidente de Irán, Hasan Rohani, aseguró que su país seguirá "comprometido" con el acuerdo nuclear si se mantienen los convenios de cooperación con los demás miembros del tratado tras la salida de Estados Unidos.
Pero dijo también que ordenó a las autoridades atómicas de su país que se preparen para comenzar el enriquecimiento de uranio a niveles industriales, aparentemente por si fracasan las negociaciones.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, señaló en cambio que "aprecia mucho" el paso dado por Trump y negó que el pacto nuclear redujera el riesgo de guerra o las agresiones de Irán en Medio Oriente.
Pero algunos expertos señalan que, por más limitaciones que tuviera, el trato abrió a Occidente la principal ventana para entender qué hace Irán con su programa nuclear, mediante la supervisión de inspectores internacionales.
Y el riesgo ahora es que esa ventana se cierre.
"Si los iraníes dicen ’es el final del acuerdo’ y bloquean más inspecciones, entonces perderemos el acceso allí a través de las agencias internacionales", señala Stoffer, especialista de la Universidad de New Haven en seguridad nacional y control de armas nucleares.
En caso de que Irán decidiera reactivar su programa nuclear hasta los niveles previos al pacto, y EE.UU. o Israel concluyeran que avanza hacia la bomba atómica, las probabilidades de guerra solo aumentarían ya que ambos rechazan que eso pueda ocurrir.
Stoffer cree que la decisión de Trump separa más a EE.UU. de sus aliados europeos, que le decían que en el acuerdo con Irán está en juego la seguridad internacional.
"Va a abrir divisiones que a futuros presidentes les será muy difícil arreglar", anticipa.
Mensajes cruzados
El anuncio de Trump puede ser una señal de endurecimiento de su política exterior, tras la reciente llegada de dos "halcones" a cargos clave: Mike Pompeo como secretario de Estado y John Bolton como consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
En el mismo acto en que anunció la salida del pacto con Irán, Trump reveló que Pompeo -exdirector de la Agencia Central de Inteligencia, CIA- viajaba a Corea del Norte para preparar un encuentro entre él y Kim Jong-un.
El objetivo de ese encuentro inédito previsto para las próximas semanas sería lograr un acuerdo para que Pyongyang abandone su propio programa nuclear.
Diferentes analistas sospechan que al romper el pacto con Irán, Trump también buscó dar una muestra de firmeza a Kim antes de verlo.
"La acción de hoy envía un mensaje crítico: Estados Unidos ya no hace amenazas vacías", dijo Trump en su breve discurso. "Cuando hago promesas, las cumplo".
Pero otros creen que puede salirle el tiro por la culata.
"Podría socavar los esfuerzos para llegar a un acuerdo con Corea del Norte, bajo la teoría de que Estados Unidos hace compromisos y luego decide que no son convenientes", expone Robert Turner, un exconsejero de la Casa Blanca en temas de inteligencia y profesor de seguridad nacional en la Universidad de Virginia.
A su juicio, Trump tiene entre Corea del Norte e Irán dos "juegos de ajedrez" abiertos en simultáneo, que implican riesgos nucleares.
"Espero y rezo que el presidente tenga éxito en lo que hace", le dice Turner a BBC Mundo. "Estoy preocupado por eso".
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