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3 razones por las que Donald Trump decidió sacar a Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán

En los últimos tres años, el presidente de Estados Unidos ha endurecido su postura sobre el acuerdo de las potencias globales con Irán para frenar las ambiciones nucleares del gobierno de Teherán. Exploramos tres factores que pueden haber contribuido a su cambio de postura.

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no siempre fue tan crítico con el acuerdo nuclear con Irán y tampoco es un tema que importe mucho a los votantes. Entonces ¿por qué decidió ahora retirar a su país de ese pacto?

Se trata de una jugada que fue anticipada durante varios meses, pese a los esfuerzos de varios aliados internacionales y de partidarios internos de persuadir al mandatario de mantenerse dentro del pacto.

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Al mismo tiempo, al anunciar su decisión, Trump dijo estar abierto a unas nuevas negociaciones. Aseguró que confiaba en su habilidad para lograr acuerdos para que el diálogo tuviera éxito.

  1. Qué pasará tras la decisión de Trump de retirar a EE.UU. del acuerdo nuclear con Irán
  2. La dura respuesta y la advertencia del presidente Hasan Rohani a la decisión de Trump de abandonar el acuerdo nuclear con Irán

"Un acuerdo constructivo podría lograrse fácilmente en su momento pero no se hizo", dijo sobre las negociaciones de 2015.

Ahora el mandatario tendrá la oportunidad de demostrar que él lo puede hacer mejor. Pero ¿por qué se retira ahora?

Las encuestas indican que una mayoría de los estadounidenses están a favor de permanecer en el acuerdo y, mientras Trump asegura que lo único que hace es cumplir con una promesa, esto nunca fue un asunto que movilizara a sus bases de la forma como sí lo hacían temas como la inmigración, el comercio o la economía.

Estas son tres razones por la cuales, Trump llegó a detestar el acuerdo y por las cuales tomó su decisión.

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1. Acabar con el legado de Obama

En ocasiones, Trump ha enmarcado su aversión al acuerdo con Irán en términos muy personales.

Desde su toma de posesión, Trump ha puesto en su mira prácticamente cada uno de los logros distintivos del gobierno de su antecesor, Barack Obama.

En su primera semana en la Casa Blanca, retiró a Estados Unidos del Acuerdo de Comercio Transpacífico.

En junio, anunció su intención de que Estados Unidos abandone el Acuerdo Climático de París.

También revirtió varias medidas de Obama que protegían a inmigrantes indocumentados.

Junto a los republicanos en el Congreso realizó numerosos intentos de derogar la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, más conocida como Obamacare.

Además reimpuso las sanciones y las restricciones a los viajes a Cuba, apoyó la abolición de controles sobre las instituciones financieras y eliminó unas nomas propuestas sobre control de las emisiones de plantas de energía y otras regulaciones ambientales aprobadas en la era Obama.

"Con el Acuerdo de París muerto, el pacto nuclear con Irán mantenido a flota con respiración artificial y el Obamacare aniquilado, a estas alturas el único legado real de Obama es la presidencia de Donald Trump", escribió Sean Davis en la web conservadora The Federalist.

Y así, al parecer, es justo como Trump quiere que sean las cosas.

2. Un giro hacia Netanyahu

Cuando el actual mandatario estadounidense iniciaba su carrera hacia la Casa Blanca, no era ni remotamente tan crítico con el acuerdo sobre el programa nuclear de Irán como lo es ahora.

Aunque decía que pensaba que había sido un error y que había estado mal negociado, también sugería que él podría estar abierto a mantener los compromisos adquiridos por Estados Unidos a través de este pacto.

"Yo supervisaría ese acuerdo de una forma tan dura que ellos no tendrían oportunidad (de incumplirlo). Así de malo como es, así de duro sería yo con ese pacto", dijo el entonces precandidato presidencial en una entrevista con NBC en agosto de 2015.

Su giro hacia una postura abiertamente contraria al acuerdo coincide con el apoyo pleno de Trump al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y a la línea dura israelí en las negociaciones de paz en Medio Oriente, después de haber sugerido inicialmente que sería un negociador "imparcial" en la región.

"No ayudaría si yo comienzo diciendo que soy muy pro-Israel", dijo durante uno de los debates entre los aspirantes a la candidatura presidencial republicana en febrero de 2016.

Al mes siguiente, Trump afirmó en una reunión del Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (Aipac, por sus siglas en inglés) que su "prioridad número uno sería desmantelar el desastroso acuerdo con Irán".

También señaló que no hay una "equivalencia moral" entre los israelíes y los palestinos en las negociaciones de paz y que "los días en los que se trataba a Israel como a un ciudadano de segunda categoría van a terminar" cuando él se convierta en presidente.

Al llegar a la Casa Blanca, inició el proceso para mudar la sede de la embajada de Estados Unidos en Israel a Jerusalén, amenazó con sancionar a los palestinos, prosiguió con su condena al gobierno de Irán y ahora ha abandonado el acuerdo nuclear con esa nación, citando -en parte- evidencia presentada por Netanyahu.

3. Nuevos rostros en el gobierno

Durante su primer año en la presidencia, Trump realizó movimientos en dirección al abandono formal del acuerdo nuclear con Irán aunque luego parecía retroceder.

Según informaciones de la prensa estadounidense varios altos miembros de su gobierno le habían aconsejado permanecer dentro del acuerdo, incluyendo al ahora exsecretario de Estado Rex Tillerson, al exasesor de Seguridad Nacional HR McMaster y al secretario de Defensa, James Mattis.

De ellos, Mattis es el único que aún conserva su cargo y su influencia parece estar diluyéndose. Los otros dos fueron reemplazados por Mike Pompeo y John Bolton, respectivamente, quienes son considerados como halcones en lo relativo al tema de Irán.

Así, mientras alguna vez el presidente pudo haber sido aconsejado sobre ser cauteloso en relación con el abandono de los compromisos estadounidenses con Irán, esta vez sus instintos -una desconfianza innata hacia el multilateralismo en general y hacia Teherán en particular- parecen haber recibido un apoyo entusiasta.

Luego de 15 meses, Trump ha construido un equipo de política exterior que sigue una misma línea de pensamiento y acción: su línea.


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