En julio de 1953, después de tres años de una sangrienta guerra en la península coreana, Corea del Norte y Corea del Sur pusieron alto al fuego y firmaron un tratado de armisticio.
Pero nunca se firmó un acuerdo de paz y ambos países continúan, técnicamente, en guerra.
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Hace unos días Kim Jong-un, el líder norcoreano, se convirtió en el primer mandatario de su país que cruzó hacia el sur para reunirse con el presidente Moon Jae-in y ambos declararon "una nueva era" en sus relaciones e indicaron que trabajarán para firmar la paz.
Las Coreas, sin embargo, no son los únicos países donde a pesar de que se terminaron los enfrentamientos armados, nunca se ha podido lograr un estado oficial de paz.
Rusia y Japón continúan también, técnicamente en guerra.
La disputa
La guerra empezó y continúa hasta nuestros días por unas islas ubicadas entre la isla de Hokkaido, en Japón, y la península de Kamchatka, en el este de Rusia.
Pocos días después de que Japón se rindiera al final de la Segunda Guerra Mundial, pero antes de que se firmaran los acuerdos de paz, en agosto de 1945, la entonces Unión Soviética le declaró la guerra al país asiático.
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Entonces el gobierno soviético invadió y se anexó las Islas Kuriles, llamadas Territorios del Norte en Japón.
La Unión Soviética no firmó el tratado de paz de 1951 entre Japón y los Aliados, pero sí firmó una declaración conjunta, en 1956, que ponía fin a las hostilidades y restauraba las relaciones diplomáticas con Japón.
Las Kuriles, sin embargo, siguen siendo el principal obstáculo para que ambos firmen un tratado formal de paz.
Rusia afirma que se le reconoció la soberanía de las islas en los acuerdos de post guerra. Pero Japón asegura que los territorios le pertenecen.
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Las islas disputadas son las últimas cuatro ubicadas en el sur de una cadena de islas.
Son Kunashir (Kunashiri en japonés), Iturup (Etorofu), Shikotan y los islotes Habomai, algunos de los cuales están a unos pocos kilómetros de Hokkaido.
En las islas viven unas 12.000 personas que dependen principalmente de la pesca.
El conflicto
Cuando la Unión Soviética invadió las islas en septiembre de 1945, expulsó a miles de familias hacia el principal territorio japonés.
Tokio nunca acordó ceder las islas y hasta ahora ambos países no han podido lograr un acuerdo sobre la soberanía de las Kuriles con el cual ambos puedan poner fin a la Segunda Guerra Mundial.
Desde el fin del conflicto ha habido varios intentos para trazar el futuro de las islas pero ninguno ha logrado cambiar su estatus quo.
En la Cumbre de Yalta en 1945, Estados Unidos, Unión Soviética y Reino Unido acordaron que la Unión Soviética se quedaría con todas las Kuriles.
Pero en 1956, en una declaración conjunta con Japón, los soviéticos acordaron entregar Shikotan y Habomai cuando se acordara un tratado de paz. Esto nunca se logró.
Tras el derrumbe de la Unión Soviética y necesitada de inversiones, Rusia firmó una declaración conjunta similar en 1993, en la que establecía las bases de las negociaciones para acordar un tratado de paz. Esto tampoco llegó a ninguna parte.
Los obstáculos
Tanto los nacionalistas rusos como los japoneses siempre se han opuesto a ceder las cuatro islas disputadas.
Las Kuriles son una puerta de entrada crucial hacia el Pacífico para las fuerzas armadas de Rusia, con lo cual Moscú teme que un día Tokio extienda sus reclamos hacia toda la cadena y los deje aislados.
Las islas, además, están ubicadas sobre valiosos depósitos de tierras raras e hidrocarburos.
En los últimos meses ha habido muestras por parte de Japón de que podría reconsiderar su posición sobre el territorio disputado y revivir el llamado acuerdo de "dos más alfa".
Esta es la declaración conjunta de 1956 con la que Japón tomaría posesión de las islas más pequeñas de Shikotan y Habomai y además recibiría otras concesiones de Rusia.
Los acuerdos, sin embargo, continúan siendo evasivos.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha sido uno de los más frecuentes interlocutores del presidente ruso, Vladimir Putin, y ambos aprovechan reunirse en cada Cumbre o evento a los que ambos asisten.
Tokio incluso ha creado un cargo ministerial cuyo mandato son las negociaciones con Rusia.
Se han logrado ciertos avances. En septiembre de 2017 Abe y Putin acordaron la aprobación de actividades económicas conjuntas en las islas para emprender proyectos conjuntos en acuacultura, agricultura sostenible, turismo, energía eólica y reducción de desechos.
Pero una solución para los principales asuntos sobre la soberanía de estos territorios y la firma de la paz entre ambos países parece seguir tan lejos como hace 70 años.
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