Tienen asientos reclinables, comida a la carta y meseros que atienden a los clientes directo en su butaca.
Son los cines de lujo o cines VIP, una tendencia que se ha expandido en el mundo y en Estados Unidos. Un mercado de nicho para los que pueden permitirse pagar el doble de una entrada normal y que además disfrutan cenando mientras ven una película.
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Dos cadenas mexicanas, Cinépolis y Cinemex, han abierto salas de cine de lujo en varios países y ahora se disputan la presencia en EE.UU., un país donde el mercado de los cines tradicionales está saturado, pero donde aún hay espacio para cines dirigidos a un público más exclusivo.
Muchos potenciales clientes dicen que la experiencia parece atractiva, pero que está fuera de su alcance. Otros en cambio, opinan que con el mismo presupuesto, prefieren ir al cine y luego a un restaurante.
Pero sin duda esta alternativa de entretenimiento tiene su público, lo que ha permitido la expansión de ese mercado en una industria extremadamente competitiva a nivel masivo.
El mercado estadounidense
En EE.UU., hay 5.700 cines y alrededor de 40.000 pantallas. De ellas, es difícil saber cuántas caben dentro de la categoría de "lujo", dado que las empresas no se han puesto de acuerdo sobre cómo definir exactamente el concepto.
"Las tres mayores cadenas de cine en Estados Unidos son AMC, Regal y Cinemark. Ellas manejan cerca de la mitad del negocio", le dice a BBC Mundo Patrick Corcoran, vicepresidente y jefe de comunicaciones de la Asociación Nacional de Dueños de Cines (NATO, por su sigla en inglés).
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"Hemos visto el crecimiento del formato premium en las pantallas, tanto Imax como de otras marcas, y un servicio mejorado de comida y bebida", agrega.
Pero un menú más sofisticado, no implica necesariamente que un camarero atienda al cliente en su asiento. Lo que hay en el mercado son varias opciones intermedias que en definitiva ofrecen mayores comodidades y una experiencia más sofisticada.
¿Dónde está la línea que define cuándo un cine es o no es de lujo? Las apuestas indican que la clave está en el servicio a la butaca.
Y ese es precisamente el segmento que las dos cadenas mexicanas están tratando de ocupar. Aunque claramente no son las únicas, dado que el resto de los competidores están haciendo esfuerzos similares para ganar espacio en un nicho emergente.
"Nuestros meseros son como ninjas"
Cinépolis es la segunda cadena de cines más grande del mundo por número de asistentes y la cuarta más grande por número de salas.
"Nosotros somos el mayor operador de salas de lujo en todo el mundo. Inventamos este concepto hace 20 años en México", dice Eduardo Acuña, vicepresidente senior para Américas de Cinépolis, en conversación con BBC Mundo.
Lo que en México no es ninguna novedad, en otros países es una oferta más reciente. En el caso de EE.UU, los cines de lujo nacieron hace más o menos una década.
Cinépolis entró a ese mercado hace ocho años en California y actualmente tienen ocho complejos de lujo con 70 pantallas.
"Las proyecciones apuntan a abrir 30 salas por año en el futuro", apunta Acuña, para quien la calidad del servicio en este tipo de cines es lo que marca la diferencia.
"Tenemos un servicio con meseros que parecen verdaderos ninjas que visten de negro y no interrumpen la película. Puedes pedir un cóctel o un postre apretando un botón".
Restaurantes con películas
Cinemex, la sexta cadena de cines más grande del mundo, abrió su primer cine de lujo en EE.UU. en abril de 2017, en el centro comercial Brickell Centre de Miami.
Las diez salas de ese complejo tienen asientos reclinables, cargador de dispositivos electrónicos y luz en las butacas.
Bajo la marca CMX, la firma tiene cuatro cines de lujo y planea terminar este año con 10.
"El concepto premium en Estados Unidos todavía tiene espacio para desarrollarse. No es tan grande como en otros países de Latinoamérica", explica Luis Castelazo, director de CMX a Box Office.
Y en ese sentido, los restaurantes son una parte crucial de la estrategia de la compañía: "Tenemos un restaurante donde, además, puedes ver una película".
Fuera del circuito VIP, Cinemex anunció la adquisición de la cadena estadounidense Cobb Theatres en octubre del año pasado, aumentando sus pantallas a más de 300.
Esta compra, ha dejado a la cadena mexicana en una mejor posición para competir en los grandes circuitos de exhibición de ese país.
"El cine no está muerto"
Con el surgimiento de servicios de streaming de películas y series como Netflix, varias voces han decretado la muerte del cine, o al menos una importante reducción en el número de asistentes.
"El cine no está muerto. Al contrario de lo que muchos piensan, las ventas a nivel mundial no han bajado y en América Latina crecen todos los años", señala Acuña de Cinépolis.
En China, la industria se ha expandido a pasos agigantados y en otros mercados emergentes las cadenas siguen creciendo a pesar de la revolución que ha significado Netflix y otros proveedores en los hábitos de las personas.
Incluso en EE.UU., donde el nivel de venta de entradas se ha mantenido más o menos estable, las cadenas han incorporado nuevas tecnologías para mejorar la calidad de la exhibición con el objetivo de "sacar a la gente de sus casas".
"La venta de entradas ha sido consistente en los últimos años en un rango que va desde US$1.250 millones a 1.400 millones", dice Corcoran de NATO.
"El alza o caída de las ventas depende de las películas que están (o no están) en exhibición", agrega, "incluso cuando la venta de entradas baja en un trimestre, los cines siguen siendo rentables".
Ese es el escenario donde las cadenas mexicanas están conquistando un espacio para competir con los gigantes locales, a partir de los años de experiencia acumulada que desarrollaron en su propio país y en otras partes del mundo.
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