Para PewDiePie -como es conocido el youtuber más popular del mundo- las reseñas de libros eran algo bastante alejado de su dieta habitual de videojuegos y comentarios sarcásticos.
"Jamás pensé que leería un libro de autoayuda", dijo el hombre de 28 años a sus 61 millones de suscriptores en un video publicado en febrero pasado. "Me dio muchas perspectivas nuevas".
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El libro en cuestión era "Las 12 reglas para la vida: un antídoto para el caos" del psicólogo canadiense Jordan Peterson.
Es un éxito de ventas internacional que ha sido devorado con particular entusiasmo por hombres jóvenes.
Ha sido tanto elogiado como criticado por su mensaje central sobre el valor de la responsabilidad individual y de rendir cuentas, y también por las opiniones controvertidas de Peterson sobre temas como los movimientos populares de protesta, que él califica como "culto".
PewDiePie también ha sido centro de polémica. El youtuber fue criticado por un insulto racista, una broma sobre unirse a Estado Islámico y por presunto antisemitismo.
Pero probablemente tenga uno de los mayores públicos juveniles del planeta. "Definitivamente tomaré algunas lecciones de este libro", declaró.
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Otros, como el Podcast H3, que tiene 1,4 millones de suscriptores, y el aún más popular podcast Joe Rogan Experience, también alaban al doctor Peterson.
Se habla sobre él en todas partes, desde 4chan (un sitio de mensajes anónimos) hasta foros de animé.
El libro en sí es una mezcla de ciencia, psicología y consejos pintorescos, como "párate derecho" y "di la verdad".
Un ejército de "langostas"
La obra, junto con los videos enormemente populares que publica Peterson en YouTube (tienen más de 50 millones de visitas), una entrevista que le hizo Channel 4 de Reino Unido, que se hizo viral, y una disputa pública sobre el uso de pronombres de género neutros, lo han impulsado espectacularmente al estrellato.
Los seguidores de Peterson suelen identificarse como "langostas". El término es una referencia irónica al primer capítulo del libro, en el que presenta sus ideas sobre las jerarquías sociales.
Allí explica que los humanos y las langostas tienen en común ciertas partes del sistema nervioso que tienen cientos de millones de años.
Peterson cita un estudio que muestra que cuando los crustáceos luchan entre sí sus cerebros experimentan cambios duraderos que varían según ganen o pierdan, haciéndolos más dominantes o más sumisos, respectivamente.
De esta manera surge una jerarquía social entre las langostas.
"Hace un tercio de mil millones de años, los cerebros y los sistemas nerviosos eran comparativamente simples", escribe Peterson. "Sin embargo, ya tenían la estructura y la neuroquímica necesarias para procesar la información sobre el estado y la sociedad".
Su interpretación parece ser que las jerarquías sociales son naturales.
Él plantea que todo el mundo mide su posición en una sociedad. Si perteneces al estatus más alto, entonces "eres una langosta exitosa y las hembras más deseables se ponen en fila y compiten por tu atención".
@TheTopLobster es la cuenta en Twitter de un irlandés de 33 años que trabaja en hostelería. Su foto de perfil en Twitter es una langosta roja de aspecto rudo. "Lo llamaría una cuenta de parodia afectuosa", dice. "Disfruto mucho el trabajo de Peterson, pero no soy un fanático".
No obstante, él cree que "Peterson está aprovechando algo que parece estar ausente de la vida de muchas personas en estos días, por ejemplo un sentido de responsabilidad y de deber hacia ti mismo y hacia quienes te rodean".
Y @DominantLobster, el nombre en Twitter de un analista de datos de 30 años de los Países Bajos, está de acuerdo.
"Escuchamos demasiado sobre los derechos y cómo necesitamos más derechos. Siento que Peterson está hablando de responsabilidades, de no ser una víctima. La idea de enfrentar el sufrimiento inevitable de la existencia está casi completamente ausente en la cultura occidental".
Pero no todos suscriben a la analogía de la langosta. Una académica de la University College de Londres argumentó que el razonamiento de Peterson es peligrosamente reduccionista.
"Creer que es ’natural’ que algunas personas sean ’perdedoras’ porque eso es lo que hacen las langostas puede tener consecuencias nefastas", escribió Leonor Gonçalves, investigadora asociada en neurociencia, fisiología y farmacología.
No es difícil ver cómo creer que algunas personas tienen un estatus "naturalmente bajo" podría dañar la salud mental de las víctimas de abuso, por ejemplo, o podría alentar el bullying o algo peor.
Peterson ha sido acusado de proporcionar "cobertura intelectual para el fanatismo" y algunos de sus críticos apuntan a la aprobación que recibe de figuras de la derecha radical, como las personalidades de YouTube Paul Joseph Watson y Mike Cernovich.
"Me han escrito muchas, muchas personas desde la derecha o desde los márgenes de la derecha radical, diciendo precisamente que escuchar mis conferencias los frenó de ser más extremistas", se defiende Peterson.
Pero algunas de las propias declaraciones de Peterson han provocado una intensa crítica. "Creo que la idea del privilegio blanco es absolutamente reprensible", dijo.
También considera la islamofobia como "una palabra creada por los fascistas y utilizada por los cobardes para manipular a los imbéciles".
Peterson afirma que se opone a ambos extremos del espectro político: el fascismo y el comunismo. Tiende a identificarse políticamente como un "liberal británico clásico".
Su consejo es que todos los humanos -ya sean "perdedores" o no- "se paren firmes con los hombros hacia atrás", como una langosta dominante.
Su consejo no está específicamente dirigido a los hombres. Recientemente afirmó que el 55% de su audiencia en internet es femenina.
Pero esto no le ha impedido enfrentar acusaciones de misoginia gracias, en parte, a su impaciencia con el feminismo y a declaraciones como: "La idea de que las mujeres fueron oprimidas a lo largo de la historia es una teoría espantosa".
Peterson no solo aconseja a las personas simular comportamiento dominante (parándose derechos y demás). También ha emitido algunas fuertes críticas.
"Los hombres necesitan madurar de una buena vez", dijo en la entrevista con Cathy Newman de Channel 4 el año pasado. "No hay nada bueno de las personas que no maduran".
El hombre-niño irresponsable y mal comportado ha estado en el centro de la cultura pop occidental durante varias décadas.
El ejemplo más típico son las películas de Judd Apatow: Will Ferrell en "Elf", "Stepbrothers" o "Anchorman"; Adam Sandler en casi todo; Jeff Daniels en "Tonto y retonto" y Steve Carrell en "Vírgen a los 40".
Peterson cree que buscar significado en la vida es más importante que buscar la felicidad. En la entrevista con Newman, dice: "Las personas que no encuentran un significado en sus vidas que los sostenga en los momentos difíciles -y con seguridad se encontrarán con tiempos difíciles-, se quedan amargados, resentidos y a la deriva".
En uno de sus videos, aconseja: "Si tener hijos no te hace feliz, la respuesta no es: ’No tengas hijos’. Es: ’No seas estúpido acerca de ser feliz’. Esa es la respuesta".
Tal vez sea extraño ver a Peterson, un profesor canadiense prolijamente vestido, generar un movimiento juvenil en torno a la responsabilidad personal, el matrimonio y los niños. Sin embargo, no es totalmente ilógico.
A diferencia de la de hace una generación, cuya cultura juvenil era tribal y ampliamente contracultural, la de hoy parece mucho más fragmentada.
Una de las tendencias unificadoras más importantes es, probablemente, el rechazo al desapego emocional simbolizado en ser cool y el surgimiento, en su lugar, de una nueva conciencia.
Estar "consciente" y "despierto" es conocer tus propios privilegios y los de otros y preocuparte por la justicia social.
Peterson también promociona la autoconciencia, pero con el objetivo de mejorarse a uno mismo, no para cambiar el mundo.
De hecho, ha dicho que preferiría que los jóvenes realizaran menos protestas y pasaran más tiempo trabajando en sí mismos. La regla número seis de su libro dice: "Pon tu casa en perfecto orden antes de criticar al mundo".
Queda por ver si las langostas pasarán a la corriente cultural dominante o si se hundirán y retrocederán.
Pero desde el punto de vista de ellos, el camino sin rumbo, cool y emocionalmente distante del hipster es algo que quedó totalmente en el pasado.
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