Como lo había anunciado el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, este sábado a la medianoche el ejército se retiró de las calles de ciudades y municipios del país después de 18 años de presencia.
La medida de introducir el ejército en las calles fue tomada en el año 2000, cuando el entonces presidente Alfonso Portillo pidió ayuda militar para controlar los asesinatos en 34 municipios de Guatemala que por entonces rondaban los 6.000 por año.
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Durante este tiempo, el ejército prestó apoyo en los planes de seguridad ciudadana a la Policía Nacional Civil, especialmente en el patrullaje urbano. El año pasado los homicidios llegaron a 4.500 en todo el país.
Ahora, según anticipó Morales, los militares que fueron retirados de las calles formarán "escuadrones estratégicos" para dar seguridad en las fronteras.
Los soldados serán desplazados a los bordes limítrofes con México, Honduras, El Salvador y la zona adyacente con Belice.
"Ahora el ejército tendrá mucha presencia en las fronteras para tener una mejor reacción para luchar contra las amenazas, como el narcotráfico", explicó.
El Ministerio de Defensa señaló que en los últimos meses habían sido retirados 5.600 efectivos y sólo quedan unos 2.000 uniformados en las calle
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La medida de incluir al ejército en el patrullaje urbano siempre había sido polémica, debido a las denuncias de abusos ocurridos durante la guerra civil entre 1960 y 1996.
En 1999, Naciones Unidas presentó un informe en el que señaló que las entidades armadas del Estado guatemalteco habían sido responsables del 93% de los casos de crímenes de lesa humanidad ocurridos durante el conflicto interno.
Según varios medios locales, la medida de retirar al ejército hace parte de los acuerdos de la Alianza para la Prosperidad firmados entre Honduras, Guatemala y El Salvador con Estados Unidos con miras a blindar las fronteras para controlar la migración y el narcotráfico. s.