Chrishaun Reed McDonald, más conocida como CeCe, fue arrestada y encarcelada provisionalmente por asesinato en una prisión de Mineapolis.
Era 2011, tenía 22 años y su caso no habría llamado la atención si no fuera por dos ingredientes de raza y género que lo acabarían convirtiendo en un emblema para la comunidad LGBT de Estados Unidos: CeCe, negra y transexual, estaba en una prisión para hombres.
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La joven había salido de casa con unos amigos para ir a una tienda a medianoche. Pero de camino fueron increpados por hombres y mujeres blancos racistas y homófobos.
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El altercado, a las puertas de un bar, acabó en un asalto físico.
CeCe sufrió heridas en la cara al ser atacada con una botella y cuando otro hombre se abalanzó hacia ella, Cece lo hirió de muerte con unas tijeras que sacó de su bolso "para defenderse".
Lo que para la acusación era un caso claro de asesinato, para la defensa era un ejemplo de supervivencia a un crimen de odio, en que la verdadera víctima era CeCe, atacada primero por su raza y género, y que había actuado en su propia defensa.
La encarcelación provisional inmediata de CeCe en un centro penitenciario para hombres impulsó una movilización de los activistas por los derechos de la comunidad LGBT.
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Y así fue como CeCe McDonald se convirtió en la improbable líder de un movimiento comunitario que, bajo la campaña "Free CeCe", lograría sacarla de prisión mucho antes de lo previsto.
De asesinato a homicidio involuntario
CeCe fue acusada de asesinato en segundo grado con intención y enfrentaba una pena de 25 años. Pero tras la visibilidad en medios de comunicación y redes sociales, su caso cambió.
Los activistas argumentaron que había sufrido un ataque "transfóbico, homofóbico y racista" y denunciaron que las negras y transexuales sufren agresiones con frecuencia, lo cual explicaría el miedo que CeCe debió sentir y la hizo reaccionar.
Durante el juicio se supo que el hombre que se abalanzó hacia ella tenía antecedentes de violencia y una esvástica tatuada.
La actriz Laverne Cox, que saltó a la fama internacional por su interpretación de una reclusa transexual en la serie de Netflix Orange is the New Black, es una de las caras conocidas que se sumó a la campaña.
Cox dijo que la primera vez que puso pie en una cárcel de verdad fue cuando visitó a CeCe para conocerla en persona, como parte del documental FREE CeCe que ella produjo y que acaba de emitir el canal BBC Three.
La cinta, que se estrenó en 2016 en el Festival de Cine de Los Ángeles, sigue la lucha de CeCe por la justicia, pero también explora la violencia y el sesgo social al que con frecuencia se tienen que enfrentar transexuales negras.
"Hay tantas de nosotras, como mujeres transexuales negras que somos, que hemos tenido experiencias de violencia… o conocemos a alguien que fue agredido. Y es algo muy duro, muy profundo y muy personal", dijo Cox durante una charla en un programa de radio que fue grabada para el documental.
"Para mí lo que le pasó a CeCce es algo personal. Y mucha gente en todo el mundo se lo ha tomado como algo personal".
Una mujer en una cárcel de hombres
Por ser trans CeCe fue puesta en aislamiento total un mes en dos ocasiones y describe la falta de contacto humano como algo "depresivo".
"Sobre todo conociendo el argumento detrás de esa medida: siento que intentaban hacer que me odiara a mi misma por ser alguien no conformista".
Mientras estaba en prisión solo soñaba con poder ejercitar más su feminidad, su condición de mujer, algo que no le estaba permitido.
"Desgraciadamente, aunque somos mujeres transexuales ellos todavía nos consideran hombres y dicen que no tenemos derecho a tener las cosas que tienen las mujeres", explica Cox, como por ejemplo poner cierta ropa, "como pantalones cortos o cosas que acentuaran mis curvas o mi cuerpo".
"Me hipersexualizaron a su manera, porque yo era una mujer en una prisión de hombres. Decían que era por mi seguridad, que hacían eso para protegerme".
"Siento que muchas de las cosas que hacían era para erradicar mi condición de trans y convertirme en un hombre para poder encajar en la situación o estar segura en esa situación".
"Me niego a convertirme en una estadística"
Aproximadamente un año después del incidente y la prisión preventiva de CeCe, la fiscalía rebajó la acusación de asesinato en segundo grado a homicidio no premeditado y así, en junio de 2012, CeCe aceptó cumplir una pena de 41 meses (unos tres años y medio).
"Prefiero hacer 41 meses que 41 años", dijo justificando esa decisión.
El 13 de enero de 2014 fue liberada.
Emergió de su odisea como una renovada líder comunitaria y activista, participa en eventos sobre género y raza y ha recibido varios premios.
"Me niego a convertirme en una estadística. Me niego a convertirme en una víctima, me niego a dejar que alguien determine mi vida", dice al final del documental.
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