El presidente Juan Manuel Santos cree que la exguerrilla y ahora partido político FARC se apresuró en su intento por llegar a la presidencia de Colombia.
Sin embargo, en una entrevista exclusiva con la BBC, Santos -que entregará el mando en agosto próximo- elogió que el movimiento ahora conocido como Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común esté pidiendo votos y no "matando, secuestrando y poniendo bombas".
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Si bien la FARC se retiró de la contienda presidencial debido al estado de salud de su candidato Rodrigo Londoño, alias Timochenko, mantuvo a sus candidatos en las elecciones legislativas de este domingo.
Para el mandatario colombiano estas son las elecciones más pacíficas en 50 años, pero reconoce que todavía existen problemas internos y que la pacificación del país es algo que "puede tardar generaciones".
Por otra parte, Santos consideró urgente un "cambio de régimen en Venezuela", cuyo gobierno calificó de "dictadura".
A continuación parte de la conversación del presidente de Colombia con la BBC.
¿Por qué usted tuvo éxito donde otros fallaron a la hora de lograr un acuerdo de paz?
Creo que necesitas una buena planificación y crear las condiciones para tener un proceso de paz exitoso.
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Mis predecesores no crearon las condiciones y por ello no lograron los objetivos.
También creo que necesitas perseverancia.
¿Existen personas que cuestionan que las FARC ingresen a la vida política y dicen que sus manos siguen manchadas con sangre?
Todos los procesos de paz alrededor del mundo hicieron lo mismo.
Si miramos a Irlanda del Norte o Sudáfrica, yo podría decir que este es el primer proceso de paz en el que ambas partes acordaron someterse a la justicia transicional.
No habrá impunidad y la única condición que aceptamos es que pueden hacer política.
Esto es exactamente de lo que se tratan los procesos de paz: cambiar balas por votos, cambiar la violencia por argumentos.
¿Usted piensa que tomará mucho más tiempo para que la gente acepte a la FARC?
Entiendo que mucha gente se siente algo incómoda y no le guste ver a las FARC, que cometieron tantas atrocidades, haciendo campaña como cualquier otro político.
Sin embargo, es mejor tenerlos haciendo campaña, que matando, secuestrando o poniendo bombas. Eso es de lo que se trata el proceso de paz.
Las guerrillas dejaron sus armas y se sometieron al sistema de justicia.
Usted sabe que el partido político FARC retiró su candidatura la presidencia de Colombia y conoce de los episodios de violencia que sucedieron durante su corta campaña. ¿Fue demasiado rápido para la FARC entrar a la vida política?
Yo personalmente dije que fue un error que las FARC se hayan presentado a las elecciones presidenciales, pero ellos decidieron eso.
Lo increíble es que hace un año estaban armados y hoy están haciendo política electoral.
De eso se trata el proceso de paz. En zonas donde antes estaban las FARC no se podía ir a votar.
Usted habla de posconflicto en Colombia y que el proceso de paz no es reversible, sin embargo todavía hay problemas en Colombia como grupos armados que ocupan los lugares que dejaron las FARC y la producción de coca no ha dejado de crecer. ¿Entonces, en Colombia es correcto hablar de posconflicto o no?
Sí es correcto. Podemos decirlo y probarlo con hechos.
El año pasado tuvimos el mejor año en términos de indicadores de seguridad. La tasa de homicidios fue la más baja en 45 años.
Por supuesto después de 54 años de guerra existen problemas en la transición hacia la paz.
Toda transición es complicada, pero nosotros desarmamos a las FARC en menos de seis meses. Ellos entregaron cada arma que tenían.
Ahora nosotros estamos concentrados en atacar a los narcotraficantes y a la gente que quedó operativa en esas áreas con mucha mayor efectividad dado que no tenemos que pelear con las FARC.
Es algo que no se hace de un día al otro, pero la tendencia es muy clara.
La producción de coca creció, pero ahora está disminuyendo. Hemos erradicado más de 15.000 hectáreas en el último año.
Realizamos sustitución voluntaria de cultivos, lo que no se podía hacer antes porque las FARC no lo permitían. Más de 59.000 familias ya accedieron abandonar las plantaciones ilegales.
En Colombia existen todavía, según estimaciones, entre 400 y 1.000 personas en armas que pertenecieron a las FARC y ahora se denominan las disidencias. Además existe el conflicto latente con el Ejército de Liberación Nacional que se niega a renovar el cese el fuego establecido con su gobierno. ¿Cómo podemos hablar del fin del conflicto armado en estas circunstancias?
En todo proceso de paz entre el 10 y el 15% de los miembros de una guerrilla se quedan en armas. En este caso quedó un porcentaje menor, que son las llamadas disidencias.
Ahora estamos aplicando toda la contundencia de las fuerzas militares en contra de esos grupos y ellos están sintiendo eso. Los estamos tratando como criminales, como lo que son y vamos a acabar con ellos.
La paz no viene de un día para el otro, la paz posiblemente se va a construir en generaciones.
Usted señala que la paz va a tardar generaciones, entonces de alguna forma persiste el conflicto armado…
No es un país con conflicto armado. Es un país con unos grupos violentos que están siendo atacados con toda la contundencia y con mucha efectividad.
Todas las fuerzas armadas que estaban en la guerra con las FARC, que eran la inmensa mayoría, están ahora en capacidad de controlar esos grupos.
Esta es una geografía muy difícil, Colombia es un país ideal para tener ese tipo de grupos criminales. Los estamos combatiendo, los estamos desarticulando. La cantidad de gente que hemos capturado, que hemos dado de baja o que se han entregado es creciente.
La paz con las FARC liberó una cantidad de regiones que no estaban, en cierta forma, bajo el control del Estado y que hoy sí están.
Tenemos que seguir mejorando, por supuesto. Tenemos todavía problemas, por supuesto. Sin embargo, el cambio que hemos vivido es extraordinario.
Sobre el tema de los cultivos de coca, Donald Trump advirtió con sancionar a los países que no combaten a las drogas. ¿Lo toma como una amenaza?
Es lo contrario y lo dijo el secretario de Estado (Rex) Tillerson cuando estuvo acá.
Nosotros tenemos un grupo de alto nivel entre ambos países que se reunió la anterior semana y estuvieron presentes el asistente del secretario de Estado y el consejero de Seguridad de la Casa Blanca.
Lo que hicimos fue firmar un plan de cinco años para continuar la cooperación, no solo para luchar contra el narcotráfico en Colombia, sino también para triangular la ayuda en Centroamérica, porque nosotros, así sea por las malas, aprendimos cómo lidiar con narcotraficantes.
¿Usted cree que el apoyo de Estados Unidos persiste a pesar del cambio de gobierno en ese país?
No solo sigue ahí, lo puedes ver en el presupuesto. En política tus apreciaciones se sostienen con el presupuesto y el apoyo destinado a Colombia se ha mantenido.
El presidente Trump amenazó a Venezuela sin descartar una opción militar y está por visitar la región el próximo mes para la Cumbre de las Américas. También se anunció que pasará por Colombia ¿Si es así, qué recibimiento debería tener?
Bueno, sobre la intervención militar, yo le dije muy claramente al vicepresidente (de Estados Unidos) que visitó Colombia que eso era un error, que eso no debería pasar y que no tendría el apoyo de ningún país de Latinoamérica porque no nos gustan las intervenciones militares.
Yo creo que la relación con Estados Unidos, como con cualquier país amigo, debe ser franca. A veces hay cosas aceptables y otras no aceptables. Eso no quita que tengamos muy buenas relaciones.
¿Después del fin de su mandato, usted cree que se mantendrán las buenas relaciones?
Dependerá del siguiente presidente. Espero que así sea.
Nosotros somos el socio estratégico más importante de Estados Unidos en Latinoamérica, es lo que ellos dicen.
Tuvimos excelentes relaciones con el presidente (Barack) Obama y con los demócratas como el expresidente (Bill) Clinton. También con el expresidente (George W.) Bush y con el Congreso.
Como se sabe, tener buenas relaciones con los dos partidos en el Congreso de Estados Unidos es importante. Hicimos esfuerzos en este sentido. Esperamos que el próximo presidente aprecie este esfuerzo, sería un error si no le da importancia a tener buenas relaciones con Estados Unidos.
¿Usted cree que el mensaje de Estados Unidos a Latinoamérica es peligroso considerando la forma en la Donald Trump se refiere, por ejemplo, a México?
Es difícil de entender la política exterior estadounidense al respecto.
Yo le dije al presidente Trump claramente que el mejor muro que puede levantar es el desarrollo económico en Centroamérica y que nosotros podemos ayudar. También desarrollo económico en toda Sudamérica y nosotros podemos ayudar.
Yo creo que ese tipo de discusiones tienen que llevar a un ambiente más positivo.
¿Usted cree que Estados Unidos podría jugar un rol importante en Venezuela o qué rol debería jugar?
Estados Unidos está jugando un papel muy importante usando sus capacidades de imponer sanciones.
Necesitamos poner presión en ese país, porque de otra forma ese régimen, que ahora es una dictadura, se mantendrá para siempre.
Eso es algo muy malo para todos. Necesitamos un cambio de régimen.
Necesitamos restaurar la democracia, el respeto a la vida y los derechos humanos. Colombia es el país que más está sufriendo por la crisis de Venezuela y por eso esperamos que presionando podremos crear las condiciones para un cambio en Venezuela.
Le quedan menos de seis meses de mandato y las señales que lanza el Ejército de Liberación no son las más positivas. ¿Usted está resignado a no lograr el desarme de esa guerrilla?
Uno nunca se puede resignar a la guerra. Voy a seguir insistiendo y voy a perseverar. Tenga la seguridad que voy a tener resultados porque el ELN tampoco tiene otro camino.
La voluntad del gobierno es toda y pronto espero volver a esa mesa de negociación.
¿Qué Colombia le dirá a los ciudadanos que les está entregando?
Le entrego una Colombia en paz con las FARC. Una Colombia con mucho menos pobreza y desigualdades, con una economía mucho más sólida que la que teníamos hace siete años, con una infraestructura que está revolucionando la competitividad en el país, con 3,5 millones de empleos adicionales, la mayoría formales, con una posición de Colombia en la comunidad internacional que no ha tenido nunca antes.
Una Colombia que se está perfilando para ser un país miembro de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y a la altura de las mejores políticas públicas que puede tener un país.
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