Charli Howard tiene opiniones para todo.
"Las modelos son modelos por una razón", le dice esta británica de 26 años a la BBC. "No todo el mundo sale igual de bien en las fotos".
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Habla con una honestidad brutal.
"Tú no quieres ver a tu amiga en la portada de Vogue, la gente busca a alguien a quien quien les gustaría perecerse. Creo que en general queremos parecernos a personas que tienen vidas mucho más glamurosas que las nuestras".
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Pero aunque crea que las modelos no deben parecer personas demasiado corrientes, asegura que el problema es que se relacione a la belleza con "un único tipo de cuerpo".
Veo a modelos como como Ashley Graham, que son de talla grande y siento que sigo queriendo ser como ella porque es una tipa sensacional".
"No creo que lo que atrae a las mujeres sea necesariamente la fisionomía del cuerpo sino la personalidad y los valores que representan las personas que salen en una revista".
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Pasado anoréxico
A Howard los estándares de belleza la marcaron de adolescente. Sufrió desórdenes alimenticios y problemas mentales desde muy niña.
Lo cuenta en el libro autobiográfico que acaba de lanzar: "Misfit".
Durante su etapa escolar, sentía que no encajaba entre sus compañeras de internado. Tuvo ansiedad y acabó viendo en la carrera de modelo una posibilidad de escapar.
"No sabía a qué dedicarme y la gente no paraba de decirme: ’Deberías intentar ser modelo’", explica.
Lo vio como una salida muy glamurosa al ambiente hostil que la rodeaba.
"Así que el libro trata de alguien que era un poco inestable mentalmente y cómo pensé que si finalmente alcanzaba el peso soñado o si era aceptada por la élite de las modelos, sería finalmente feliz".
Tallas imposibles
Pero la felicidad no llegó de la mano de la moda.
Ahora está en un peso adecuado pero durante toda su vida sufrió bulimia y anorexia.
https://www.instagram.com/p/BarzCRMjvfF/?taken-by=charlihoward
Culpa a la sociedad de "presionarla para que perdiera peso" y relata la cantidad de veces que le dijeron que era demasiado grande para un determinado cliente en las pruebas de selección a las que acudía. Todo a pesar de llevar una dieta muy estricta.
"Me niego a sentirme avergonzada y molesta a diario por no cumplir con los ridículos e inalcanzables estándares de belleza", llegó a escribir en Facebook.
La publicación despertó el interés de una agencia de modelos en Estados Unidos. Howard investigó un poco y vio que tenía un apartado de "tallas grandes".
Al poco tiempo se encontraba firmando un contrato con ellos. Ahora vive en Estados Unidos y se dedica planamente a trabajar en la industria.
Tamaño natural
Pese a que algunos consideran ridículo que Howard entre en la clasificación de talla grande, es así como ella se define.
"Tengo una copa D. Tengo caderas. Nunca voy a encajar en la categoría de súper flaca", dice.
La modelo asegura que el único mercado que le queda es el de las tallas grandes.
"Soy una de las pocas personas que intentan demostrar que te puedes dedicar a esto con un tamaño natural. Es una clasificación dentro de las dos categorías que parecen existir. Aún con mi talla, se puede hacer moda y ese es el objetivo".
En efecto, la carrera de las "modelos con curvas", como se les llama popularmente, es más larga. La media de edad está en los treinta años mientras que las demás apenas superan los 25 años.
El trabajo en esta categoría, revela, no falta porque hay muchos de proyectos para modelos con una talla superior a la media, especialmente en Estados Unidos.
Howard lo sabe, se siente afortunada y, finalmente, feliz.
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