Era 1973 cuando el doctor estadounidense Phillip Lee visitó China como parte de una delegación médica de su país.
Tras su viaje, Lee aseguró que aunque las epidemias, enfermedades infecciosas y la mala sanidad eran comunes antes de que se fundara la República Popular China en 1949, "hoy la realidad es dramáticamente diferente".
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"Se ha reducido fuertemente el índice de mortalidad, en particular la mortalidad infantil", escribió el profesor de medicina social de la Universidad de California en la publicación Western Journal of Medicine.
"Las mayores enfermedades epidémicas han sido controladas (y) el estado de la nutrición ha mejorado", elogió.
Pero ¿cómo se logró ese milagro?
Fue gracias a una iniciativa que nació del presidente Mao Zedong (1943-1976).
Mao era crítico con la forma de distribución del gasto sanitario en China, favoreciendo a las poblaciones urbanas y relegando a los 500 millones de campesinos del país.
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Fue por eso que su gobierno creó en 1965 un sistema que daba entrenamiento médico básico a algunos campesinos para que ellos pudieran brindar atención médica y sanitaria en sus poblados.
A estos considerados paramédicos locales se les llamó los "doctores descalzos".
Ni doctores ni descalzos
Gordon Liu, un profesor de Economía de la Universidad de Pekín, habló con el programaWitness de la BBC sobre su trabajo como "doctor descalzo" cuando era joven en su aldea de Mao Xian, en la provincia de Sichuán.
Liu aclaró que, en realidad, ellos no eran doctores y tampoco estaban descalzos.
"Ese nombre surgió por el hecho de que a veces nos teníamos que sacar los zapatos para trabajar en los campos de arroz, pero ¡yo tenía zapatos!", dijo riendo.
Liu recordó aquella época de su juventud como una aventura.
"Me eligieron para ser doctor descalzo apenas salí de la secundaria (en 1974) simplemente porque yo era uno de los jóvenes con más formación de la aldea", relató.
Al igual que la mayoría de los doctores descalzos, él no tenía ningún entrenamiento o conocimiento de medicina en el momento de ser contratado
Aceptó el desafío con mucho entusiasmo, simplemente porque "en aquella época, era elmejor trabajo que una persona joven podía tener".
"La alternativa era ser 100% campesino. Siendo "doctor descalzo" podía alejarme por un tiempo del trabajo en el campo", reconoció.
Poca formación
Según los investigadores Daqing Zhang y Paul U. Unschuld, la mayoría de "doctores descalzos" eran graduados de secundaria que recibían solamente entre 3 y 6 meses de formación en un hospital comunitario o municipal.
"Nosotros proveíamos un servicio muy básico a nuestros aldeanos", admitió Liu, quien criticó la poca formación que recibían.
Casi todo lo que aprendió fue gracias al anterior médico de la aldea, quien en realidad "tenía muy poca educación".
"Pensé: ’sí él pudo hacer un buen trabajo, simplemente tengo que aprender de él’".
Los "doctores descalzos" recibían algunos suministros médicos y en su botiquín había una mezcla de medicamentos occidentales (como aspirinas y penicilina) y tradicionales de Oriente (como hierbas, raíces y otros productos naturales milenarios).
"Ayudábamos con cosas básicas como los resfriados comunes, las infecciones, las diarreas y cosas así", recordó Liu.
No obstante, muchos de estos "médicos" fueron autodidactas y, al igual que él, buscaron fuentes de información para mejorar su práctica.
Pero, irónicamente, esto se les hizo difícil por la postura antiacadémica del propio Mao, que durante la llamada Revolución Cultural de 1966-79 eliminó la educación superior en China, hizo quemar libros en todo el país y asesinó a decenas de miles de intelectuales.
"Era muy complicado para nosotros aprender de fuentes sistemáticas", explicó.
Prácticas en animales
Liu encontró otra manera de ganar experiencia: aprovechando que no había un veterinario en su aldea, utilizó a los animales para practicar técnicas como la aplicación de inyecciones.
A pesar de su falta de formación, reconoció que su tarea era muy apreciada por sus vecinos.
"La gente de mi aldea creía que mis cuidados eran suficientes para mantener su salud, ya que si yo no hubiera estado ¿a quién tendrían? A nadie".
Según los expertos, uno de los éxitos del programa era que las aldeas participaban en la elección de sus médicos y ellos mismos los financiaban.
Esto creaba fuertes lazos entre la población y su "doctor descalzo" -o doctora, porque el programa también incluyó a mujeres- y generaba confianza, ayudando a que las personas se animaran a consultar y a escuchar los consejos de su "médico" o "médica" local.
Secreto del éxito
Pero ¿cómo pudieron realmente estos jóvenes recién salidos del colegio y con tan poca formación salvar vidas?
Si bien una de las tareas que realizaban era asistir en partos -lo cual seguramente redujo algunas muertes infantiles-, la clave de su éxito no fue tanto la atención médica sino laprevención.
A través de la vacunación, que gracias a ellos se pudo hacer de manera masiva, lograron contener importantes epidemias como la viruela.
Pero además, y esto quizás fue lo que salvó más vidas, lograron cambiar algunos hábitos y prevenir muertes evitables por enfermedades como el cólera gracias a la difusión de información básica sobre higiene.
Otro de los éxitos del programa fue su extensión y su llegada masiva a la población. Según un estudio que publicaron Zhang y Unschuld en la revista científica The Lancet, en los años 60 llegó a haber "sistemas rurales de cooperación médica" -como se las conocía oficialmente- en el 90% de los pueblos rurales de China.
Cada aldea, hasta algunas de las más remotas, tenía su "doctor descalzo".
La efectividad del programa atrajo incluso la atención de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que lo consideró "un ejemplo exitoso de cómo resolver la escasez de servicios médicos en áreas rurales".
De hecho, la OMS se inspiró en este esquema para firmar en 1978 la llamada Declaración de Alma-Ata, que fomenta que las comunidades locales que deciden sobre su atención médica pongan el énfasis en la atención primaria y la medicina preventiva y asocien la medicina con la actividad económica del lugar.
El fin del programa
A pesar de su éxito, el programa de "doctores descalzos" llegó a su fin en 1981 cuando se abolieron las cooperativas agrícolas y se puso fin al sistema rural comunitario.
La nueva política económica china pasó del enfoque colectivo al individual, y esto provocó que se privatizara el sistema médico.
A los "doctores descalzos" se les dio la opción de tomar un examen para convertirse en médicos de aldea, y muchos aprovecharon la oportunidad.
En un artículo publicado en The Lancet en 2008, el investigador Jonathan Watts estimó que "dos terciosde los médicos de aldea que atienden en la China rural comenzaron su entrenamiento como ’doctores descalzos’".
Eso incluye a Chen Zhu, quien fue ministro de Salud del país entre 2007 y 2013.
Los "doctores descalzos" también "siguen vivos" en otras partes del mundo gracias al francés Jean-Pierre Willem, quien en 1977 creó una ONG llamada Doctores Descalzos, que convoca a voluntarios que quieran trabajar en comunidades indígenas junto con los chamanes locales.
Gordon Liu sabe que los "doctores descalzos" de China son recordados con mucho afecto, pero él no lo ve tan color de rosa. Cree que el esquema malgastó el talentode muchos jóvenes formados y que se vieron obligados a quedarse en el campo.
"Dimos un apoyo importante a un muy bajo costo, pero estas personas pudieron haber sido mucho más valiosas para su país, su sociedad y para su propia carrera si hubieran podido trabajar en otras áreas", concluyó Liu.
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