Hizo exactamente lo que decía el manual.
Scot Peterson, el policía armado encargado de la seguridad de la escuela de Parkland donde el pasado 14 de febrero se produjo uno de los tiroteos más mortíferos de la historia de EE.UU., rompió su silencio para defender su actuación el día de la masacre.
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Después de que videos de seguridad develaran que no entró a la escuela al escuchar los disparos, ni se enfrentó al atacante, el presidente Donald Trump le llamó cobarde y su superior, el aguacil del condado, le suspendió sin goce de salario.
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Ahora Peterson, que dimitió tras ser suspendido, asegura que siguió el procedimiento indicado.
Y es que, según su abogado, el agente en un primer momento pensó que los disparos venían del exterior de la escuela.
"Entrenado para ponerse a cubierto"
A través de su abogado, Joseph DiRuzzo, el agente explicó que todo comenzó cuando recibió "un aviso sobre unos petardos".
En ese momento, el veterano policía se dirigió hacia el lugar del que provenía el sonido y fue entonces cuando se dio cuenta de que eran disparos.
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Peterson explica que, en el caso de un tiroteo en exteriores, la oficina del aguacil le había entrenado para ponerse a cubierto y evaluar la situación.
Eso es precisamente lo que hizo el oficial, para posteriormente advertir a sus superiores de que había escuchado disparos y activar así el "código rojo" en el centro escolar, según la versión publicada por su letrado.
Cuando los refuerzos llegaron, les dijo que creía que el atacante estaba fuera, una opinión respaldada "por las transmisiones de radio en las que se indica que había una víctima de bala en la zona del estadio de fútbol", señaló Peterson.
"Que no haya ningún error" -subrayó su letrado- "el señor Peterson hubiera deseado haber podido evitar la muerte de las diecisiete víctimas ese día, y su corazón está con las familias de las víctimas".
"No obstante, las alegaciones de que el señor Peterson fue un cobarde y de que su actuación bajo esas circunstancias no estuvo a la altura (…) son claramente falsas".
Su letrado criticó al alguacil por transmitir una versión "simplista" de los hechos y desprestigiar al agente armado asignado al colegio.
"Cobarde"
El comunicado de Peterson se produce después de recibir múltiples críticas, incluso por parte del presidente.
Trump llegó a asegurar que él mismo hubiera entrado en la escuela secundaria de Florida si hubiera estado en el lugar de los hechos.
"Creo seriamente que hubiera entrado corriendo incluso si no llevara un arma", dijo Trump el pasado lunes en la Casa Blanca.
El presidente también señaló que era "vergonzoso" que los agentes no se enfrentaran al atacante.
El alguacil del condado está investigando por qué al parecer tres de sus subordinados permanecieron fuera del edificio con sus armas en la mano mientras ocurría el ataque.
Vuelta a las clases
En Florida, los estudiantes se preparan para recuperar la normalidad de las clases este próximo miércoles después de que algunos asistieran a una sesión de "orientación" voluntaria el fin de semana.
"Es como el primer día de colegio, pero nada es normal", señaló una joven de 16 años que acudió a esa clase especial el pasado domingo, en declaraciones al diario The New York Times.
La masacre ocurrida en la, hasta ahora, tranquila localidad de Parkland fue el segundo tiroteo más mortífero en una escuela estadounidense.
Nikolas Cruz, de 19 años y exestudiante del centro, ha sido acusado de 17 delitos de asesinato premeditado. Según la policía, Cruz admitió los hechos.
De supervivientes a activistas
Tras la tragedia, algunos de los jóvenes sobrevivientes se han convertido en activistas políticos tras fundar el movimiento "Nunca Más", que promueve un mayor control de las armas en el país.
Los estudiantes han encabezado protestas y encuentros con dirigentes políticos y están organizando la que llaman la "Marcha por nuestras vidas" en Washington para el próximo día 24 de marzo.
Los jóvenes esperan aumentar la presión ciudadana para que su caso consiga los cambios que las anteriores matanzas no motivaron.
El presidente, no obstante, centra la discusión en los problemas de salud mental de los atacantes y sus propuestas están lejos de responder a las demandas de los jóvenes: entre otras cosas, el republicano aboga por armar a los profesores.
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