Una lluvia de bombas destruye y resuena en Guta Oriental desde hace más de una semana.
Niños, ancianos, mujeres y hombres heridos, padres desolados con cadáveres brazos, cuerpos amontonados en bolsas ensangrentadas, escombros y desolación por doquier.
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Son las imágenes que se multiplican en lo que queda del suburbio controlado por opositores en las afueras de Damasco, la capital de Siria, tras el ataque aéreo de las fuerzas leales a Bashar al Asad.
Las escenas de la última semana forman parte de una ofensiva que iniciaron las tropas del gobernante sirio a principios de este año para retomar el control de la zona, en medio del conflicto interno que ya alcanza su séptimo año.
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El saldo de los bombardeos ya supera los 500 muertos, según estimaciones del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, y Naciones Unidas ha calificado el caos que que tiene lugar allí como "un infierno en la Tierra".
El Consejo de Seguridad de la ONU, de hecho, solicitó el domingo la creación de un corredor humanitario para socorrer a las víctimas y el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó este lunes que se respetara una tregua de cinco horas diarias con estos fines.
Pero más allá de los bombardeos y el canal para auxiliar a las víctimas, lo que sucede en estos momentos en Guta Oriental ha resonado en la memoria de algunos por un dos hechos similares: las tormentas de bombas que cayeron hace dos años sobre Alepo y, hace casi dos décadas, sobre la capital de Chechenia, Gronzi.
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Y es que, de acuerdo con un experto en temas militares consultado por BBC Mundo, lo que sucede ahora a las afueras de Damasco es resultado de una estrategia similar diseñada por los generales de Vladimir Putin durante la toma de Grozni en 1999.
"Lo que estamos viendo es una estrategia que emplearon las tropas rusas durante la guerra chechena", explica Richard Weitz, director del Centro de Análisis Político-Militar del Instituto Hudson, un think tank de estudios armamentísticos y estratégicos con sede en Washington.
En el mundo del análisis militar se le conoce también como "doctrina Grozni", por el nombre de la ciudad donde primero se implementó.
"Es una estrategia que consiste en fuertes bombardeos que buscan destruir cuanto sea posible, causar el mayor daño al alcance de las bombas, para aterrorizar a la población civil, obligarlos a que traten de huir, y, luego, atacar por tierra a las fuerzas enemigas que queden en el terreno", explica.
Pero ¿cómo surgió esta doctrina y cómo se explica su uso en el conflicto sirio?
Una estrategia militar "extrema"
De acuerdo con Weitz, los conflicto entre rusos y chechenos (primero en 1994 y luego en 1999) supusieron una de las primeras ocasiones en que una fuerza militar moderna combatió a los insurgentes en una gran ciudad.
El área urbana, comenta, brindó a los chechenos resguardo, recursos, líneas interiores y oportunidades para cambiar sus posiciones y realizar movimientos encubiertos sin ser detectados por las tropas rusas.
Sin embargo, los generales de Moscú retomaron en 1999 una estrategia que ya había sido utilizada en otro contexto durante la Segunda Guerra Mundial: arrasar la ciudad con bombardeos para luego facilitar la entrada de tropas terrestres y de la artillería pesada.
Tienen sus antecedentes, explica, en lo que en el conflicto mundial fue conocido como bombardeo de saturación o de alfombra, y que también se empleó durante la Guerra Civil Española (1936-1939), cuando los aviones alemanes de la Legión Cóndor bombardearon las poblaciones de Durango y Guernica.
De acuerdo con el analista, con la estrategia Grozni, los bombardeos fuerzan generalmente la creación de un canal humanitario y, sin la población civil en la ciudad, es más fácil combatir a las tropas enemigas y recuperar o tomar los territorios.
Tras la ofensiva de bombardeos en la capital chechena, miles de personas lograron escapar de la ciudad y otro número indeterminado quedó enterrado bajo los escombros de la capital, que fue calificada por Naciones Unidas como "la mayor ciudad en ruinas del planeta".
Dadas las consecuencias de esta estrategia, principalmente por el alto número de civiles muertos, la no existencia de un blanco militar específico y la destrucción total en que deja los sitios donde ha sido practicada ha llevado a que algunos expertos la califiquen como un "crimen de guerra".
La estrategia, no obstante, tuvo tal impacto que, según un documento publicado en 1999 por el Pentágono, el Ejército de Estados Unidos realizó a partir de entonces una revisión de sus protocolos sobre cómo usar el poder aéreo en apoyo a las fuerzas terrestres.
Pero ¿cómo llegó esta estrategia al conflicto sirio y en qué se diferencia de la utilizada en Grozni?
Segunda vez
De acuerdo con el especialista del Instituto Hudson, no es la primera vez que las tropas sirias utilizan esta técnica durante el ya largo conflicto interno que ha asolado al país del Oriente Próximo desde 2012.
En su opinión, su uso viene de la propia ayuda y asistencia militar que ha dado Moscú a Damasco durante el conflicto y a las similitudes de estas ciudades con la propia Grozni (grandes centros urbanos utilizados como refugio por grupos rebeldes).
El experto explica que una situación similar se vivió al final de la batalla de Alepo en 2016, cuando los aviones de los gobiernos sirio y ruso bombardearon la mayor ciudad del país para obligar la salida de la población civil y, después, ir por los últimos reductos rebeldes.
De hecho, el nombre de la estrategia, que luego se ha popularizado entre los expertos militares, vino de un discurso del entonces secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, para referirse a los bombardeos conjuntos contra Alepo.
"Obviamente, Rusia ha decido bombardear indiscriminadamente y aterrorizar a todo ser humano y no solo centrarse en la lucha contra el enemigo. Esto es lo que llamo estrategia Grozni", dijo entonces quien fuera el líder de la diplomacia estadounidense entre 2013 y 2017.
Y es que, según Weitz, fue esta la primera vez en que Siria retomó la doctrina militar utilizada por Rusia más de una década antes.
"Lo que hicieron en Alepo fue atacar primero con bombardeo aéreo. Aceptar el cese al fuego, irse a atacar a otros flancos y luego regresar a Alepo hasta hacerlo colapsar. Y creo que eso es un poco lo que están buscando en Guta: un cese al fuego para luego ir atacar cualquier otro foco rebelde", comenta.
Sin embargo, considera que, aunque la estrategia de los bombardeos es la misma utilizada en la capital de Chechenia, existen también notables diferencias.
"Es un poco diferente. En el ataque a Grozni los rusos utilizaron artillería y misiles, mientras aquí son más que nada ataques aéreos. Otro punto es que el ejército ruso no está directamente implicado en esta ocasión, sino que básicamente está apoyando al gobierno sirio", argumenta.
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No obstante, señala que idea básica es la misma: "Quieren forzar a los civiles a huir de las zonas opositoras y luego, acabar con los rebeldes que queden y tomar los territorios. Solo que ahora la estrategia es más sofisticada que en Grozni", añade.
Sin embargo, el especialista aclara que lo que buscan esta estrategia con los corredores humanitarios o eventuales ceses al fuego no es un tratado de paz, sino reiniciar después el ataque a su conveniencia.
"Es un poco concentrar tus fuerzas con el enemigo a un tiempo. Concentrar tu ofensiva en un punto y luego moverla hacia otro", sostiene.