En la República de Irlanda rige una prohibición casi total del aborto, no obstante miles de mujeres y niñas se someten a esa intervención viajando a otros países o lo hacen ilegalmente.
En vista de eso, el gobierno acordó a someter a referendo, este mayo, una reforma a la restrictiva ley.
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La consulta popular decidirá si revocar la llamada Octava Enmienda de la Constitución, que efectivamente veta la interrupción de un embarazo.
Irlanda tiene unas de las leyes más estrictas del mundo contra el aborto: solo se permite cuando la vida de la madre está en riesgo, pero no en casos de violación, incesto o inviabilidad fetal por defectos.
Estas normas se comparan con las leyes de algunos países en América Latina, como El Salvador, que contempla largas penas de prisión para la mujer que se someta a un aborto, no importa las circunstancias.
Nicaragua y República Dominicana han reformado sus leyes para prohibir todas las formas de aborto.
En Chile, en septiembre de 2017, la presidenta Michel Bachelet promulgó la ley de despenalización del aborto en tres causales: riesgo de vida a la madre, inviabilidad fetal o violación.
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Solo dos países fuera de América Latina consideran ilegal el aborto: Malta y Vaticano.
El propio gobierno de la República de Irlanda reconoce que la actual ley fuerza a miles de mujeres a viajar a otros países para interrumpir sus embarazos o a tomar píldoras proscritas que adquieren por internet.
El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, anunció este martes que hará campaña a favor de reformar la Constitución.
El voto se limitará a establecer si mantener o revocar el artículo 40.3.3 de la Constitución, conocido como la Octava Enmienda.
La enmienda, que fue aprobada en un referendo de 1983, "reconoce el derecho a la vida de los no nacidos" lo que significa que la vida de la mujer y la de su hijo por nacer son iguales ante la ley.
Antes del referendo, el ministro de Salud presentará un proyecto de ley proponiendo el acceso irrestricto al aborto para mujeres que tengan hasta 12 semanas de embarazo y que se puede extender en casos excepcionales.
La fecha exacta del referendo se decidirá después de un debate en el Parlamento irlandés.
"No es blanco y negro"
Activistas han hecho campaña durante largo tiempo pidiendo cambios a las leyes y, el año pasado, un comité multipartidista especial y una asamblea civil recomendaron revocar la enmienda.
"Sé que esto será una decisión difícil de tomar para el pueblo irlandés", reconoció Varadkar.
"Sé que es un tema muy personal y privado y, para la mayoría de nosotros, no es un asunto en blanco y negro. El equilibrio entre los derechos de una mujer embarazada y del feto o no nacido es un área gris".
Varadkar, que estudió medicina y fue ministro de Salud, señaló que miles de mujeres viajan al exterior para interrumpir sus embarazos y que los abortos que se hacían en Irlanda eran "inseguros, no regulados e ilegales".
"Estos viajes no tienen por qué suceder. Eso puede cambiar y eso está en nuestras manos", declaró.
El ministro de Salud de Irlanda, Simon Harris, ha estado trabajando en el texto del referendo, que se espera será publicado a comienzos de marzo.
"Este asunto no va a desaparecer. Llegó la hora para que el pueblo de Irlanda se manifieste al respecto".
En 2016, 3.265 mujeres y niñas dieron direcciones en la República de Irlanda cuando utilizaron servicios en clínicas de aborto en Inglaterra y Gales, según el Departamento de Estadísticas de la Salud de Reino Unido.
El Consejo Nacional de la Mujer de Irlanda (NWCI) recibió con beneplácito el anuncio del referendo.
"Cada embarazada es diferente, cada decisión profundamente personal. Las mujeres y niñas en Irlanda merecen su dignidad. Merecen el derecho a la privacidad, familia y hogar", manifestó la directora del grupo, Orla O’Connor.
El aborto en la República de Irlanda
La República de Irlanda, un país de mayoría católica, actualmente tiene una prohibición casi total del aborto.
Sin embargo, se han presentado significativos desafíos y cambios a la ley en años recientes.
Una campaña para liberalizar el aborto ganó impulso en 2012, después de que una mujer india, Savita Halappanavar, muriera luego de que un hospital le negara sacarle el feto a pesar de que tuvo un aborto espontáneo.
Al año siguiente, se aprobó una legislación que legalizaba el aborto cuando los doctores consideraran que la vida de la mujer estuviera en peligro debido a complicaciones médicas o por riesgo de suicidio.
Dos décadas antes de la muerte de Halappanavar, a una víctima de violación de 14 años se le prohibió inicialmente viajar a Inglaterra para interrumpir su embarazo.
Llegó a conocerse como el Caso X, pues la joven no podía ser nombrada para proteger su derecho al anonimato.
La prohibición de viajes al extranjero, impuesta en 1992, fue derogada por la Corte Suprema de Irlanda.
Un referendo posterior modificó un poco más la Constitución, determinando que la Octava Enmienda no restringía la libertad de viaje a otro país.
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