Pocas cosas se han interpuesto en el camino del multimillonario ruso Roman Abramovich desde que asumió las riendas del Chelsea en 2003.
Su transformación del club londinense fue tal que lo convirtió en uno de los referentes del fútbol europeo, siendo el equipo con más títulos acumulados desde su llegada en Inglaterra.
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Cinco ligas Premier, cuatro copas FA, tres copas de la Liga, una Champions y una Liga Europa adornan las vitrinas en Stamford Bridge, un estadio que tal vez sea la única piedra en el zapato que sigue molestando a Abramovich.
El hogar del Chelsea ha quedado desfasado en el tiempo y los planes para remodelarlo y ampliar su capacidad ya están finalizados y aprobados por la alcaldía de Londres.
Pero los trabajos de construcción todavía no han podido comenzar porque una familia reclama su derecho a recibir la luz del sol en su casa.
De apellido Crosthwaite, la familia ha vivido en su hogar por 50 años y desde entonces no han tenido problemas para convivir con sus vecinos futboleros.
Hasta que conocieron los nuevos planes de expansión del estadio y decidieran interponer en mayo un recurso porque están convencidos que el nuevo campo para más de 60.000 personas dejará bajo una sombra permanente a varias partes de su casa.
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Chelsea ha tenido que pedir a las autoridades municipales que lidien con el asunto y el 15 de enero se reunirán los concejales de Hammersmith y Fulham para decidir el próximo paso a seguir.
La construcción se encuentra paralizada y existe el riesgo de que el proyecto de remodelación del que será el estadio más caro de toda Europa nunca sea una realidad.
El argumento
Chelsea ha tratado de llegar a un acuerdo con la familia, pero una compensación de seis cifras, más hacerse cargo de los costos legales, no ha logrado persuadirlos de renunciar al "derecho a la luz" en su casa.
La hija de la familia, Rose, explicó que su casa es tal vez la que se encuentra más cerca del estadio pese a que está al otro lado de una vía ferroviaria y en un municipio diferente.
"Los rayos de sol y la luz de día se verán afectados seriamente", dijo.
"Se considera que tendrá un impacto inaceptable y perjudicial para el municipio de Kesington y Chelsea", donde se encuentra la casa y que ha expresado en repetidas oportunidades su rechazo al proyecto.
La familia ha asegurado a través de sus abogados que no se oponen a la remodelación del estadio, pero sugieren que la grada este, que es la que causa el problema, sea "reducida en tamaño o rediseñada para que no cause la interferencia".
Uno de los puntos en su argumento es la "desproporcionada cantidad de asientos para hospitalidad" que ocupan más espacio que los lugares que tradicionalmente se asignan a la mayoría de aficionados.
Ellos resaltan que habrá cerca de 17.000 asientos para hospitalidad, un 28% del total de la capacidad del nuevo campo, que es mucho más del 16% que tiene el Emirates, el estadio del Arsenal.
La respuesta
Chelsea reitera que los planes cuentan con los permisos necesarios y que no ha descuidado ningún aspecto.
En una consulta llevada a cabo con unos 13.000 residentes de la zona recibió un 97,5% de aprobación y ya ha compensado a aquellos propietarios que se han visto afectados por perder su "derecho a la luz".
La diferencia es que la casa de la familia Crosthwaite es la única que se encuentra directamente frente al estadio y por ende es la más afectada.
Chelsea también asegura que el nuevo estadio "impulsará la contribución que ellos proveen a la economía y los servicios culturales y sociales a la comunidad", incluyendo unos US$8 millones en programas educativos, US$10 millones en mejorar la infraestructura y más de US$20 millones en beneficio de los negocios de la zona al atraer a 2,4 millones de personas anuales.
Desde el club advierten que estos factores pueden servir de argumento para el municipio en caso de que decidan implementar el desalojo forzoso de la familia y adquirir el terreno en disputa, algo que pueden hacer legalmente si consideran que beneficiará a la economía, el ambiente y el bienestar de la zona.
Un recurso que los abogados de la familia son conscientes que existe, pero que piden clarificar si se trata de algo más "conveniente" que "indispensable".
La necesidad
Abramovich ha deseado durante años aumentar la capacidad de Stamford Bridge, sea con la construcción de un nuevo estadio o ampliando el actual.
Tras fracasar en varios intentos de mudar el club, logró finalmente desarrollar un proyecto para remodelar completamente el estadio que fue construido en 1876 y ha sido renovado en tres ocasiones.
Stamford Bridge es capaz de albergar a 41.000 personas, séptimo con más capacidad de la Liga Premier, pero se encuentra muy lejos de las más de 75.000 personas que recibe Old Trafford (Manchester United), las 60.000 del Emirates (Arsenal) y White Hart Lane (Tottenham) o las más de 50.000 del estadio de Londres (West Ham), Etihad (Manchester City) o Anfield (Liverpool).
De lograr la luz verde para seguir adelante con el proyecto, Chelsea jugaría en su nuevo hogar a partir de la temporada 2024-2025.
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