Si eres fan de Star Wars quizá tengas en tu casa alguna imitación del sable de luz de Skywalker, pero puede que no sepas cómo nació este icónico objeto del universo creado por George Lucas.
Teniendo en cuenta que es una de las sagas más famosas de la historia del cine, podrías pensar que detrás de cada uno de los elementos que la compone hay un complejo, y sobre todo caro, proceso de creación.
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Pero nada más lejos de la realidad. De hecho, algunos de estos objetos que componen el universo Star Wars provienen de la basura, y no de la espacial precisamente.
¿La razón? Aunque no lo creas, los creadores de la primera película de Star Wars —que se estrenó en 1977 como "Episode IV: A New Hope"— tenían muy poco presupuesto.
Hacer una película, puede ser un largo, doloroso y, sobre todo, costoso proceso.
"¿Cómo vamos a hacer esto?"
George Lucas ya se había hecho con un nombre tras "American Graffiti" (1973), pero aún así los mayores estudios de Hollywood rechazaron su siguiente proyecto, un filme de ciencia ficción.
Todos, menos uno. 20th Century Fox fue el único estudio dispuesto a darle una oportunidad a Star Wars. Pero en ese momento, Fox era el último estudio al que cualquier director acudiría. La compañía había estado cerca de la bancarrota y no había demasiado dinero.
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Para hacer el filme, el estudio dio un presupuesto de US$4 millones, que incluso en esa época era poco.
Roger Christian trabajó en el departamento de arte -liderado por John Barry y Les Dilley- como escenógrafo de la película original de Star Wars.
Christian contó en un documental de la BBC cómo se sentaron a analizar cómo podrían hacer la película. "Era algo épico… un filme de ciencia ficción por US$4 millones".
En el guión había una lista de armas, robots, sets, vehículos… "Pensaba: ’no puedo hacer esto’", contó Christian.
Pero John Barry llegó con una ingeniosa y presupuestariamente efectiva manera de resolver el problema: usar materiales almacenados como basura. Así que compraron aviones destrozados, separaron sus piezas y así empezaron a construir toda una galaxia.
Por ejemplo, la parte trasera de la mítica cantina de Mos Eisley, uno de los escenarios más reconocibles de la película, está completamente hecho con motores de viejos aviones laqueados de dorado.
Pero detrás de algunos de los personajes también hay objetos más cotidianos.
Los primeros R2-D2, por ejemplo, guardan algunas sorpresas. De hecho, según recordó Christian, fue la primera "tarea de creación" que recibieron.
El escenógrafo dijo que un carpintero con el que trabajaba le trajo madera contrachapada con la que crearon la estructura curva. La parte superior es simplemente una lámpara antigua y la especie de ojo es en realidad la pieza de aire acondicionado de una furgoneta.
¿Y te fijaste en el pecho de Darth Vader? Pues no es más que una vieja radio.
"Creo que he encontrado el sable de luz"
"Sabía que la espada láser, como se conoció al principio, sería la imagen icónica de ’La guerra de las galaxias’. Era tan importante como Excalibur en la leyenda del Rey Arturo", dijo Roger Christian al hablar de cómo fue creado.
Christian acudió a una pequeña tienda de fotografía donde solían alquilar equipos y le dijo al dueño: "¿Tienes algo aquí que sea inusual, cosas que puedan ser interesantes?".
El dueño señaló al final de la sala, donde había varias cajas apiladas que según él "no había abierto en años".
El escenógrafo abrió una de aquellas cajas, cubierta de polvo, y, de repente, "ahí estaba", contó.
Lo que Christian sacó de la caja era el mango del flash de una cámara fotográfica Graflex de los años 40.
"Esto es el santo grial", pensó en ese momento, y compró los cinco o seis mangos de flash que había y regresó a los estudios.
"Lo que tenía en mis manos era exactamente como imaginé que sería una espada láser: un cuerpo pesado y cromado con un botón rojo y un clip de forma extraña al final que sujetaba el reflector que asemejaba un dispositivo para generar un haz de luz láser".
De vuelta en su oficina en los Estudios Elstree, empezó a fabricar el arma reciclando partes de otros objetos como por ejemplo una calculadora de bolsillo.
"Creo que he encontrado el sable de luz, George", le dijo Christian al director. El escenógrafo recuerda que Lucas lo vio, lo sostuvo y sonrió.
"Ese era el procedimiento de aprobación de George, y la sonrisa era un ’sí, has dado con ello’. Me pidió que le pusiera un clip para poder colgarla del cinturón de Luke Skywalker.
"Construí dos mangos originales de la espada láser utilizada en la película y un tercero para tener como extra. Le encargué a mi productor de utilería que hicieran más para los ensayos, los dobles y la decoración de fondo.
"Después adaptamos el diseño utilizando otros objetos para hacer la de Obi Wan Kenobi y la de Darth Vader".
Aquel viejo mango de flash se convertiría en uno de los utensilios cinematográficos más icónicos de todos los tiempos.
Una de las dos espadas láser originales que fabricó Christian a partir de material usado por US$15 fue comprada por el Museo de la Música de Seattle (EE.UU.) por US$250.000 hace dos años.
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