Carmen Franco, la única nieta del general español Francisco Franco, murió este viernes en Madrid a los 91 años, víctima de un cáncer.
Carmen Franco era una niña de 10 años en 1936, cuando su padre lideró un golpe militar contra el gobierno de la República, dando lugar a una guerra civil que duró tres años.
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Durante la contienda, tanto ella como su madre fueron enviadas a Francia con nombres falsos por su seguridad.
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Desde 1939, Franco encabezó un régimen militar en el que se persiguió y asesinó a opositores, y que duraría hasta su muerte, en 1975.
Tras la victoria de su padre, "Carmencita", como era conocida para diferenciarla de su madre, que también se llamaba Carmen, regresó a España y durante toda su vida desempeñó el papel de hija diligente.
Años después de su regreso, se casó con un aristócrata y tuvo siete hijos.
La relación con su padre, el general Franco
Aunque poco a poco se fue alejando de los focos mediáticos, Carmen Franco defendió durante toda su vida la reputación de su padre, aunque, según ella misma reconocía, su relación no era tan cercana.
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En una entrevista con la cadena de radio española Onda Cero, su biógrafa, la periodista Nieves Herrero, contó cómo la relación con su padre cambió una vez que este se convirtió en jefe de Estado.
"Ella decía entre risas que cuando parte hacia Francia la dejó un padre que conducía su coche, un padre como cualquier otro", dijo Herrero.
"Cuando se reencuentra con él no le reconoce y se queda en shock", agrega la periodista. "Veía que mandaba muchísimo, no podía tener acceso a él como tenía antes y para ella fue difícil de digerir, lo comentaba como un antes y un después.
"Desde ese momento ya no compartió con su padre más que comidas y cenas rodeada de gente".
Al fallecer su padre, en 1975, Carmen Franco "brilla por su discreción", comentó la periodista, "al contrario que el resto de hijos de otros dictadores".
"Llegó a un punto en su vida que no quería siempre llevar a sus espaldas la vida de los demás, la vida de su padre, de su madre…", dijo Herrero.
Con motivo del 40 aniversario de la muerte del general, Carmen Franco rememoró la imagen de su padre, del que dijo que recibió cariño, pero al que no se consideraba muy ligada.
Controversial legado
Fallecido su padre, el rey Juan Carlos I le otorgó un título nobiliario y pasó a heredar los bienes de la familia.
Entre ellos está el polémico Pazo de Meirás, la residencia de verano de Franco en Galicia. Pese a las demandas populares de que el edificio sea devuelto a la ciudadanía, la familia Franco se ha negado y solo accedió a abrirlo unos días por mes al público tras su declaración como Bien de Interés Cultural.
Era la presidenta de honor de la Fundación Francisco Franco, fundada en 1975 para ensalzar la figura del general y objeto de numerosas críticas por parte de las asociaciones de víctimas del franquismo.
Esta no ha sido la única polémica que ha enfrentado la hija de Franco por el legado de su padre.
"Creo que a los muertos hay que dejarlos en paz, en su sitio", manifestó a raíz de la petición de traslado de los restos de Franco del Valle de los Caídos, un lugar en la periferia de Madrid que el general mandó construir y en el que se vieron forzados a trabajar miles de presos republicanos.
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