A principios de este mes, el cadáver de una joven fue encontrado en un edificio en Kuala Lumpur, Malasia.
Se trataba de Ivana Smit, de 18 años y nacionalidad holandesa, que, a pesar de su corta edad, llevaba varios años trabajando como modelo. Las circunstancias de su trágica muerte siguen siendo un misterio.
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La historia, que entrelaza la belleza y la muerte, está salpicada de especulaciones sobre sexo, drogas y alcohol. Ha reavivado el debate sobre los peligros que enfrenta la gente en la industria del modelaje.
Ivana Smit murió tras caer desnuda de un balcón desde un piso 20. Los medios reportan que la modelo había llegado allí con una pareja después de una fiesta.
La policía aseguró a sus padres que no sospechaban que fuera un crimen, pero que las investigaciones siguen abiertas. El ministro de Asuntos Exteriores de Holanda aseguró a la BBC que se había contactado con Interpol para que colaborara en este caso.
La familia de Smit comenzó esta semana una campaña de "crowdfunding" para recolectar dinero para llevar a cabo una investigación independiente.
Esta tragedia ha conmovido a la industria de la moda.
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"Estas cosas pasan muy a menudo. Parece que esto nos puede ocurrir a cualquiera de nosotros", dijo a la BBC Emitsa Shz, una modelo que conocía a Smit,
"De vuelta a donde debería estar"
Ivana Smit pasó la mayoría de su vida en Malasia, creciendo junto a sus abuelos en Penang.
Fue allí donde comenzó a modelar a la edad de 13 años. Después de algunos años con sus padres en Holanda, regresó a Malasia recientemente y el mes pasado se mudó a la capital, Kuala Lumpur, donde trabajaba como "free lance", sin una agencia detrás.
"Tenía mejores oportunidades aquí", aseguró Natalie Woodworth, una de sus amigas de la infancia en Penang.
"Todavía recuerdo que me dijo: ’Estoy de vuelta a donde debería estar’. Estaba extremadamente feliz de estar de regreso en Malasia", dijo Woodworth.
Los detalles de su muerte no están claros. Se reportó que fue con una pareja a su departamento.
En las primeras horas de la mañana se produjo el desenlace fatal.
Su cuerpo fue descubierto esa tarde en un balcón del sexto piso, según varios medios, con alcohol y drogas en la sangre.
La familia de Smit, que viajó a Malasia, dijo a la prensa holandesa que vieron marcas en su cuello.
La pareja de extranjeros del departamento ha sido acusada de delitos relacionados con los estupefacientes y está libre bajo fianza, según la prensa local.
De acuerdo con la versión periodística, declararon a la policía que estaban durmiendo cuando Smit cayó y que, sin haberse percatado de su muerte, llevaron a su hija a la escuela.
Esta tragedia causó muchos llamados apasionados para cambiar dentro de la industria del modelaje. Bajo el "hashtag" #truthforivana (Verdad para Ivana) intentan llamar la atención y dar apoyo a la investigación del caso.
Presión, drogas y alcohol
Con 28 años, habiendo trabajado varios años en Kuala Lumpur, Emitsa Shz es una veterana en las pasarelas.
Dice que no es el modelaje en sí lo que causa preocupación, sino los "muchos otros trabajos disponibles alrededor de los modelos".
No se sabe si este era el caso de Smit, pero hay muchas ofertas para, por ejemplo, ir a fiestas. Pueden ganar hasta 1,200 USD por cinco horas de servicio en una fiesta.
Las drogas y el alcohol son un gran problema en esas situaciones, dice el modelo Carl Graham.
"La mayoría de los modelos han vivido lejos de sus familias desde muy jóvenes, tienen inseguridades y posibles problemas. Y los ahogan con fiestas, alcohol y drogas", dice.
Las jóvenes en la industria, algunas apenas adolescentes, suelen tener muy poca experiencia. La presión que sufren es inmensa para lidiar con el mundo reluciente al que han sido lanzadas.
"Deben aprender a decir no y darse cuenta de que cobrar para ir a fiestas no es modelaje" dice Graham.
"En general, los modelos no tienen protección adecuada por parte de las agencias", asegura. "Son niñas de todo el mundo a las que llevan a bares y clubes a cualquier hora".
Además, mucha gente en Malasia tiene una imagen negativa del trabajo de los modelos, dice. Se asocia con una vida hedonista, cercana a un mundo de celebridades, de fiestas, alcohol y diversión todo el tiempo.
"Esta imagen tiene un efecto en las niñas, les hace creer que eso es lo que tienen que hacer", dice Shz. "Pero no es el caso. Puedes decir que no y hacer tu trabajo".
Advertencias a las modelos
Las agencias de modelaje en Kuala Lumpur dijeron a la BBC que cuidan bien a las modelos con las que trabajan.
"Mucho de eso está pasando", dice Nicholas Chan, de la agencia ML Model. "Alcohol, fiestas y tal vez también drogas".
"Las agencias alertamos a las modelos para que tengan cuidado. Pero nosotros no podemos hacer más", dice.
"Por supuesto que no todas las agencias son malas", dice Shz. "Pero a algunas solo les importa su ganancia y ponen poco interés en cuidar a las niñas de los posibles riesgos".
"Estas cosas pasan muy a menudo", lamenta de la muerte de Smit. "Pero solo los casos más dramáticos son recogidos por los medios e incluso ésos son olvidados muy rápido".
Entre ellos está el caso de una modelo rusa de 14 años que murió en octubre en China.
Vlada Dzyuba se enfermó después de participar en la semana de la moda de Shanghái (Shanghai Fashion Week) y murió por un fallo multiorgánico.
La agencia china que la contrató negó los cargos de que fue víctima de trabajo excesivo. Pero, los medios rusos achacaron su muerte a meningitis agravada por agotamiento.
Los problemas que impregnan la industria
Pero Shz cree que esos casos no cambian nada.
Normalmente las agencias no se hacen responsables, explica. "Las historias que escucho de trabajar en China son horribles. Si aumentas medio kilo, te dicen que estás gorda y te amenazan con regresarte a casa".
Pero las niñas muchas veces vienen de familias pobres y su suerte depende de cuánto dinero traigan consigo.
Graham escribió un post de denuncia en Facebook después de la muerte de Smit. Pedía respuestas y aseguraba que esto "se trata más que de la muerte de Ivana Smit. Se trata de que todos nosotros nos levantemos y nos demos cuenta de los problemas que afectan a la industria del modelaje".
Asegura que las agencias podrían hacer mucho más. Dice que deberían hacerse responsables de niñas menores de 18 años y asignar cuidadores a las mayores.
Muchos de los que han hecho campaña desean que la muerte de Smit tenga un impacto que lleve a un cambio.
Aunque Graham no es muy optimista. "Esta tragedia no impactará a la industria", dice.
"Estrellas más grandes han muerto de la misma forma y no ha cambiado nada", lamenta.
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