Cada primavera, cientos de miles de corvinas del Golfo se reúnen en el delta del río Colorado en el golfo de California, en el noroeste de México para desovar.
Y, cuando llega el momento preciso de reproducirse, lo hacen de una manera única: los peces producen un sonido tan fuerte, que tiene el potencial de ensordecer (temporal o permanentemente) a otras criaturas marinas que se encuentran a su alrededor.
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Su sonido es el más potente de las especies de peces del mundo (cuatro veces superior al segundo más alto).
Esto, afirman los investigadores que publicaron los resultados de su estudio en la revista Biology Letters, es una razón suficiente para implementar medidas para evitar la sobrepesca de esta especie, actualmente catalogada como vulnerable por la Unión para la Conservación para la Naturaleza (IUCN).
Competencia
Timothy J. Rowell, de la Institución Scripps de Oceanografía en California y Brad E. Erisman, de la Universidad de Texas, en Estados Unidos, grabaron con micrófonos submarinos el sonido de las corvinas.
De forma individual, el llamado alcanza los 177 decibeles.
Pero en conjunto, cuando el coro está aglutinado en lo que constituye un 1% de su territorio, los niveles superaron los 200 decibeles.
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Según describen, suena en principio como la multitud en un estadio y luego se asemeja al sonido del los disparos de una pistola.
Creen que el sonido se intensifica, posiblemente, porque cada individuo intenta "cantar" más alto que el otro.
"Estas instancias de desove son los eventos más ruidosos de la fauna que hay en el planeta", señaló Rowell.
Los peces pueden hacerlo porque tienen una vejiga natatoria rodeada de "músculos sónicos".
Al contraer el abdomen, estos músculos golpean contra la vejiga produciendo este peculiar sonido.
Trampa propia
El canto —que se puede escuchar desde fuera del agua— les permite a los investigadores estudiar a estos peces, algo que de otro modo es difícil ya que no se los puede ver con facilidad en las oscuras aguas del delta.
Sin embargo, esto también los pone en peligro porque alerta a los pescadores de su presencia.
Los peces atrapados en las redes —de acuerdo a la evidencia— tienen un tamaño más pequeño, y esto es una señal de sobrepesca.
El espectáculo de las corvinas del Golfo, enfatizan los investigadores, merece "ser más apreciado y conservado".
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