"La única cosa que la gente conocía de las ballenas era por la novela de Herman Melville ’Moby Dick’. El tamaño de estos animales llevó a la gente a temerles", señala el doctor Roger Payne, un biólogo estadounidense que lleva estudiando estos mamíferos marinos por más de 50 años.
En esa época, las ballenas estaban siendo cazadas casi hasta la extinción por una industria ballenera que gozaba de cuotas altísimas.
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Durante los años 60, con la ayuda de potentes arponeros, llegaron a matar hasta 30.000 ballenas azules, el animal más grande de la naturaleza.
Roger Payne estaba horrorizado y buscó desesperadamente maneras de hacer que la gente conociera más sobre estas criaturas y cambiara su percepción de ellas.
La solución la encontró inesperadamente en el canto de las ballenas y de una grabación de esa música submarina que se convirtió en un disco que le dio la vuelta al mundo e impulsó el movimiento conservacionista moderno.
Grabaciones submarinas
"La industria ballenera llegó en un momento a tener más valor que el resto de toda la industria pesquera", explica el doctor Payne a la BBC.
"Había una Comisión Ballenera Internacional establecida para controlar la población de ballenas pero las cuotas que permitía eran demasiado altas y las ballenas se estaban extinguiendo".
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Había que hacer algo al respecto y el biólogo decidió estudiarlas a profundidad. En 1967 viajó a Bermuda donde conoció a un ingeniero acústico, Frank Watlington, que estaba grabando unos sonidos curiosos en el mar.
"Tenía una terminal conectada con un cable larguísimo a un hidrófono -un micrófono submarino- con el que grababa lo que se atravesaba en el agua".
Eran unos sonidos que, por su volumen, supuso venían de ballenas porque animales pequeños no los hubieran podido producir.
En una salida en la embarcación de Watlington interceptaron lo que creían eran una ballenas jorobadas. Cuando Roger Payne se colocó los audífonos no podía creer sus oídos.
"Me tomó completamente por sorpresa. Empecé a escuchar estos espectaculares y virtuosos despliegues musicales", relata.
"Era una sensación profunda que te penetraba como ninguna otra cosa que hubiera escuchado".
Diferentes temas musicales
A partir de ese momento, el doctor Payne se sumergió en el mundo del canto de las ballenas.
Lentamente descubrió que tenían diferentes temas musicales, como unas cinco, que repetían en secuencias.
"Cuando un animal repite algo de forma rítmica se dice, por definición, que es canto", expresa. "Así sea de un ave, un murciélago, una rana o una ballena, es canto".
Tras extensa observación desde la orilla y de escucharlas con micrófonos submarinos llegó el momento de nadar con las ballenas.
"Cuando una ballena te ve, inmediatamente se calla y empieza a investigarte de cerca", cuanta. "Que un animal tan grande te inspeccione así de cerca te llena de humildad".
Pero lo más impactante fue el canto, que Payne describe como una gran mano vibrante en el pecho que le hacía castañear los dientes.
"Fue una experiencia increíble. Estremecedora", describe. "Era tan intenso que me preguntaba si era capaz de soportarlo".
El paso siguiente era saber por qué lo hacían y de qué se trataban los cantos.
Aunque no se han podido descifrar exactamente, el biólogo concluye que son una demostración de la capacidad del macho, quienes son los que cantan, en parte para mostrar cuánto tiempo pueden aguantar sin salir a la superficie a respirar.
"En ese sentido es como el canto de los pájaros", explica. "Estos lo hacen por dos razones: para llamar la atención de una pareja y para amenazar a otros machos que intenten incursionar en su territorio".
Disco "viral"
Cualquiera que sea la razón, el sonido era tan cautivante que Payne propuso lanzar un disco con los cantos de las ballenas. La idea probó ser muy popular y el disco se convirtió en la grabación de la naturaleza de mayor venta de todos los tiempos.
"El resultado fue lo que hoy en día se llamaría ’viral’. El disco primero se volvió oro y luego alcanzó estatus platino".
El disco incluía un folleto que describía el peligro en que se encontraban estos enormes mamíferos marinos. Su impacto fue inmediato.
"A partir de entonces, muchos países incluyendo Reino Unido empezaron a formar organizaciones para salvar las ballenas", comenta a la BBC.
Aunque ya había activistas que llevaban mucho tiempo trabajando en la protección del medio ambiente, nunca habían recibido tanta atención.
"El canto de las ballenas les dio eso", asegura el doctor Payne.
Fue prácticamente el inicio del movimiento de conservación de la naturaleza.
Organizaciones como Greenpeace empezaron a enfrentar físicamente a las balleneras, interponiéndose entre sus embarcaciones y sus presas.
El propio Roger Payne es fundador y presidente de Ocean Alliance http://www.whale.org/ una organización para la defensa y conservación de las ballenas.
No obstante, frente a todos los problemas ambientales del mundo, el biólogo no le augura un buen futuro a sus animales preferidos.
"Las ballenas son para la humanidad como los canarios en las minas de carbón. A medida que los océanos se contaminen más, las ballenas serán las primeras en morir".