Opinión

¿Todos somos Charlie Kirk?… Todos no; algunos

Lee aquí la columna del fundador y expresidente del partido Proyecto Dignidad

Foto de César Vázquez
Cesar Vazquez + columnistas

A Charlie Kirk lo mataron para silenciarlo; para que no siguiera expresando lo que creía correcto. Fue un acto deliberado. El principal sospechoso de este asesinato lo es un hombre joven que vivía en una relación de pareja con otro hombre joven. Su pareja se consideraba trans, un hombre que se siente mujer. Dicho por el mismo sospechoso de asesinato, las palabras de Kirk estaban llenas de odio y esta fue la justificación para sentirse con el derecho de quitarle la vida. “Si las palabras de alguien me incomodan, tengo el derecho de quitarle la vida”. Así pensaban los antiguos monarcas déspotas que se sentían dueños absolutos de vida y propiedad. Los faraones, Nsbucodonosor, Gengis Khan, los Cesares, los reyes europeos, los monarcas aztecas o Incas o Caribes, algún gobernador americano en Puerto Rico, alguien que orquestó lo ocurrido en el Cerro Maravilla y otros, demasiado para poderlos incluir aquí, son ejemplos de esta actitud. Así piensan los actuales dictadores y los regímenes totalitarios que dirigen. Así pensaron miles que se alegraron por este asesinato y aplaudieron y lo justificaron. Estar de acuerdo con ese asesinato es complicidad, burda ausencia de decencia humana básica.

PUBLICIDAD

Nadie debe ser asesinado por expresar lo que cree. No hay “pero…" que valga. La primera enmienda a la Constitución de los Estados Unidos protege el derecho de todos a expresarnos libremente. Si reclamo ese derecho para mí, lo debo reconocer para los demás. La libertad de expresión no es para proteger la expresión de las ideas con las que estoy de acuerdo, sino precisamente para que otros puedan expresar libremente ideas con las que no estoy de acuerdo. Si en algún lugar esta libertad debe primar, es en las universidades, donde se supone que se dé un libre flujo de ideas. No es así. La licenciada Lisie Burgos Muñiz, representante por proyecto Dignidad a la Cámara, ha sido invitada a hablar varias veces en el recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Todas las veces, ha sido interrumpida por grupos que pretendían evitar que hablara, manifestando violencia verbal y física. Otros han tenido experiencias similares. No debería pasar, pero pasa. Lo peor es cuando las autoridades universitarias se hacen de la vista larga.

A Jesús lo mataron para silenciarlo. Su discurso era incómodo para las autoridades religiosas de su época porque ponía en peligro su posición privilegiada y el control que tenían sobre la sociedad. Pilatos se allanó ante la injusticia porque le convenía políticamente. Que conste, jamás se me ocurriría comparar a Kirk con Jesús. Solo estoy estableciendo que los que justifican los asesinatos políticos por conveniencia siempre han existido. Por otro lado, se me hace incomprensible que haya gente que dice amar a Dios y que justifiquen el asesinato de Kirk o cualquier otro asesinato. No saben de qué espíritu son…

Jesús dijo: “Como quieran que los hombres hagan con ustedes, así hagan ustedes con ellos. Esto es la ley y los profetas.” Mateo 7.12 paráfrasis propia.

Estamos en un mal momento como sociedad. Necesitamos hacer un frente común ante los problemas apremiantes que tenemos. Para eso, necesitamos respeto mutuo y la capacidad de dialogar para llegar a consensos que nos permitan trabajar en una misma dirección. La intimidación es un obstáculo para el consenso. Que podamos trabajar con nuestra conciencia limpia en beneficio del bien común es fundamental. Comienza todo con respetar al que difiere, protegiendo la libertad de expresión de todos.

Más columnas por César Vázquez:

Tags

Lo Último