Opinión

Al rescate del sistema eléctrico

Lee aquí la columna del representante por el Partido Independentista Puertorriqueño

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Denis Márquez + columnista

La quiebra de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) es responsabilidad directa e ineludible de los gobiernos del Partido Popular Democrático y Partido Nuevo Progresista. Bajo el bipartidismo rojo y azul, la AEE fue administrada pésima, deficiente y altamente politizada. Posteriormente, la puesta en marcha de un plan deliberado para privatizarla, como la solución mágica a los estragos que ellos mismos crearon, provoca la llegada de LUMA Energy y Genera PR.

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La politización, nombramientos apartados del principio de mérito, los recortes sustanciales al presupuesto, falta de mantenimiento de manera sistemática, la privación de materiales, criminalización de los sindicatos y la ausencia de acciones para garantizar la salud y seguridad ocupacional fueron algunos de los males que el bipartidismo le impregnó por décadas a la AEE.

La privatización de la AEE resultó en un fracaso rotundo. Hoy, ya está demostrado estadísticamente que los apagones son más frecuentes y prolongados y, sumado a la ristra de aumentos en la tarifa eléctrica impuestos desde la llegada de LUMA Energy y Genera PR, han redundado en la precarización de la calidad de vida de los puertorriqueños.

Ante esta realidad, la única salida posible es acoger e implementar la propuesta del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) para rescatar y reconstruir nuestro sistema eléctrico y administrarlo eficientemente sin los males del bipartidismo.

En resumen, la propuesta del rescate energético del PIP dispone que lo siguiente:

• Devuelve a manos del pueblo de Puerto Rico todos los activos y operación de todas las fases del sistema energético.

• Concibe la energía eléctrica como un derecho humano fundamental y un servicio esencial para asegurar un desarrollo económico sostenible que beneficie a todos los sectores del archipiélago.

• Encamina un proceso de transición a las fuentes energéticas renovables, así como el desarrollo de la infraestructura de generación de energía eléctrica de modo que Puerto Rico se dirija, lo antes posible, a su independencia energética.

• Despolitiza y mandata el fiel cumplimiento del principio de mérito en nombramientos y ascensos.

La propuesta del PIP, que abarca más aspectos de los mencionados, llevará a la reconstrucción y fortalecimiento de nuestro sistema eléctrico a la altura de las aspiraciones de los puertorriqueños y reforzar el derecho humano a la energía. ¡Rescatemos uno de los activos más importantes de Puerto Rico!

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